sábado, 25 de febrero de 2017

Barakaldo. ¿Un lugar para morir?- 1991

Barakaldo. ¿Un lugar para morir?- 1991

Imagen del fotógrafo Juatxu Rodriguez.

   Si el grupo teatral La Fura dels Baus tuviera que escoger un escenario urbano para sus espectáculos de íncubos, mutilación, pólvora, degeneración o violencia, nada más propicio que ciertos fragmentos de la ciudad de Barakaldo. Ni la furibunda cárcel de Badajoz, hoy en su esqueleto, ni las salas de terneras del antiguo matadero de Madrid seleccionarían mejor el decorado. En Barakaldo, como en los pueblos adyacente en la margen izquierda de la ría de Bilbao, humean o lanzan fuego las factorías de altos hornos –hornos machos o hembras hechiceras con el nombre de María Ángeles-, esparcen detritos ferruginosos sobre las colchas y los platos a la hora de comer, sobre los cristales o los cristalinos. 

La capacidad de vida en los ríos del entorno (Nervión, Galindo, Cadagua), para peces y plantas, es igual a cero. Se huele el pez muerto, se remueve en las aceras la limadura de hierro, se detectan en las fachadas, junto a la ría, las llagas de la escombrera y la brasa. Se trata de una zona donde el cáncer cobra una incidencia de las más altas de España y donde la contaminación resulta de las más elevadas de Europa. 
No existe conglomerado urbano en el Estado con mayor proporción de enfermedades pulmonares. Ni acaso ningún núcleo de sus características le gane en grado de drogadicción ni en número de jubilados por habitante; Jubilados mayores de 65 años y jubilados anticipados por obra de la reconversión industrial. En el paseo de los Fueros, cuando se aquieta el sol, acuden los ancianos y retirados a recibir la bondad de un cielo que, en general, aparece gris ácido, matizado por el piafar de las industrias químicas o las fundiciones (Sefanitro, Rontealde, CEPSA, ERT, Altos Hornos de Vizcaya, etcétera). Las gaviotas vuelan sucias.

Viejos y jóvenes. El Ayuntamiento de la ciudad acaba de presentar un informe a la Diputación solicitando subvenciones para crear centros destinados a la tercera edad, que ha titulado Barakaldo: un lugar para morir. Mientras la población total tiende a decrecer, el número de ancianos aumenta cada año y representa ya cerca del 14%, unas 15.000 personas entre una población de 111.000 habitantes.

   Esther Urzaiz, concejala socialista de Servicios Sociales, Sanidad y Consumo, explicaba que pese al incremento presupuestario para atender las necesidades de los jubilados no han satisfecho las demandas. Faltos de lugares de reunión y de residencias dignas, ambulan poco menos que a la deriva. Pero a la deriva, igualmente, se encuentra una parte de la juventud que no vislumbra oportunidades al final de sus estudios. Con un paro cifrado actualmente en el 29%, la carencia de perspectivas es, en opinión del departamento de servicios sociales, la razón del alto índice de fracaso escolar entre 7º y 8º de EGB y entre 1º y 2º de formación profesional, donde la tasa de abandonos se cifra entre el 40% y 50%. Esta población juvenil poco esperanzada es la que constituye el pasto natural de la drogadicción, del consumo de alcohol, del pequeño hurto, la vida errante y un extremismo político que reverbera con las pintadas mismas de grupos abertzales luchando contra el consumo de heroína, “¡Drogarik ez! (droga no). No te metas, mételes”.

Dos chavales delante del hospital de Cruces.
Aire y droga. Desde diversos puntos de vista todo parece duro, herrumbroso, al borde de la verdad y de la muerte. En alguna ocasión los incontrolados escapes de ponzoña industrial han chamuscado las hojas de los árboles y los alveolos de los bronquios de algún trabajador, como José Manuel Arrese, 50 años, hoy en situación de invalidez absoluta por afección de sus vías respiratorias. A José Manuel Arrese los médicos le han reordenado la vida. Y dice “Como no puedo fumar ni beber, ¿qué voy a hacer?. Me levanto, barro un poco la casa, hago la compra para que cocine mi madre y me paso por el txoco, el local del Partido Comunista de Euskadi. Por las tardes leo un poco, veo la televisión y me acerco otra vez a charlar de política o de lo que se nos viene al paso. Vuelvo a casa, veo la televisión y nos acostamos”. Su vivienda mide 45 metros cuadrados, la compró hace seis por un millón y medio y cree que podría venderla por unos seis millones.

Una vista de Barakaldo sobre el fondo de la factoría A.H.V,
   La vivienda tipo en Barakaldo, según datos del Ayuntamiento, es de 59 metros cuadrados con una ocupación promediada de 5,2 personas. En opinión de algunos, la vivienda es un problema importante, pero no se cita casi nunca entre los primeros. La contaminación y la droga son las crueldades que más se mencionan. Para los responsables municipales, el conflicto de la droga es difícil de resolver en tanto la zona no enriquezca sus expectativas de empleo.

El orgullo y el duende. Jesús María Rodriguez Orrantia, 40 años, socialista, es el alcalde de Barakaldo desde hace 12 años. Atribuye parte de los problemas que padece la ciudad a su estructura urbana, levantada sin planeamiento y al servicio de la bárbara expansión industrial de los años cincuenta y sesenta. La mala calidad de vida en barakaldo cuenta con este sistema difícil de reparar: las aguas fluviales, según los nuevos planes, sólo serán puras en el año 2000; las zonas verdes sólo comenzarán a tener entidad en un quinquenio; el ordenamiento de las barriadas solo es paliable en una proporción muy limitada.

Unos remolcadores ayudan a maniobra a un mercante a orillas de Barakaldo.
   La contaminación atmosférica es alta, los jubilado no encuentran atenciones suficiente, demasiados jóvenes no abrigan esperanzas, faltan zonas verdes y los ríos aparecen parduscos.

   ¿Cómo no huir de barakaldo? Efectivamente, muchas parejas jóvenes se casan y se compran el piso al otro lado de la ría, en la margen derecha, pero allí sólo duermen. La vida laboral y el ocio lo consumen en Barakaldo. Nada sorprendente. La sorpresa comienza cuando los habitantes se manifiestan más que orgullosos de ser barakaldeses o de residir allí, gratificados con el trato y el carácter de las gentes, solidarios de un excepcional sentir comunitario. Comerciantes, dependientes, profesionales y funcionarios escogieron la palabra duende, carisma, misterio para expresar el atractivo que, a su juicio, desprende esa ciudad. La coincidencia hacía pensar en una conspiración radical. Pero, en definitiva, ¿quién podría, tras una experiencia semejante y más allá de los datos objetivos, emitir un juicio sobre el complicado gusto de cada uno por el paisaje, la muerte, la vida?

  
* * * * *

Publicado por Vicente Verdú y Juan Carlos Zafra en 1991

En la revista El País Semanal

Obra original perteneciente a los fondos bibliográficos de la Fundación Sancho el Sabio Fundazioa. (Vitoria-Gazteiz).

http://hdl.handle.net/10357/30270





domingo, 19 de febrero de 2017

El Horno Vasco.- 1991

El Horno Vasco.- 1991


   Los informes técnicos que elabora la Administración recomiendan el cierre de la cabecera de Altos Hornos de Vizcaya. Las presiones políticas y sociales siembran de dudas la puesta en marcha de este plan, mientras los asturianos consideran un trato de favor hacia los vascos.

Manifestación en Barakaldo de los trabajadores de A.H.V.
   La supuesta marcha atrás que ha dado la Administración en el ajuste de Altos Hornos de Vizcaya (AHV), léase desmantelamiento de la cabecera, ha provocado las iras asturianas. La prensa regional no escatima críticas ante lo que considera un favoritismo en el trato del Gobierno al País Vasco. El sentimiento que históricamente embarga a las regiones del norte por el apoyo que revive el País Vasco en detrimento de sus vecinos, se ha recrudecido en Asturias.

   Desde el Ministerio de Industria se acusa directamente al Gobierno vasco y al PNV de estar intentando ganar la batalla política de un proyecto “que todavía está por decidir”. Lo cierto es que la Administración se ha sentado a negociar con las instituciones vascas, algo que hizo en el caso asturiano. Si se plantea el mantenimiento de la acería de AHV no sólo se perjudicaría a Ensidesa; quedaría en entredicho la futura fusión de las dos siderúrgicas. Presiones políticas han llevado a la Administración ha sentarse con los representantes vascos; éste ha sido el precio pagado por el Gobierno tras el apoyo del PNV a la polémica Ley Corcuera.

Plan técnico. A Industria no le falta razón cuando asegura que no hay plan oficial alguno que haya revocado. Pero lo cierto es que desde instancias oficiales se han estado lanzando píldoras sobre el futuro cierre de la cabecera de la empresa vasca. Desde el punto de vista puramente técnico, la media docena de estudios que se elaboran en este momento así lo dan a entender.
   En ellos trabajan desde la Nipon Steel a Mckinsey, pasando por los que realizan expertos de las propias empresas. La minuciosidad con que se están estudiando todos los detalles “línea a línea y producto a producto”, está alargando la solución definitiva.

   Los proyectos técnicos, dejando a un lado los aspectos políticos y sociales, apuntan al cierre de una de las cabeceras. Ensidesa tiene la mejor acería de toda Europa por ser la última que se ha construido, pero también es cierto que la de AHV ha sido reformada en los últimos años. Para los técnicos la más racional es cerrar la cabecera de AHV y mantener el proceso productivo a partir de su tren de bandas en caliente y la fabricación posterior de productos acabados.

Claudio Aranzadi
   Este tren se alimentaría con acero de Ensidesa lo que, para los diseñadores del proyecto, representaría una reducción de costes para AHV y un mejor aprovechamiento de la acería de Ensidesa. Al fin y al cabo se dice que “los vascos terminan mejor el acero que los asturianos”. Con todo, representaría para Altos Hornos un excedente aproximado de la mitad de plantilla y el tráfico del puerto de Bilbao se resentiría sensiblemente.

Aspectos políticos. Pero los informes técnicos de la Nipon Steel o de Mckinsey no serán, en ningún caso, decisivos. La penúltima palabra la tendrá José Manuel García Hermoso, presidente de Sidenor, el holding público que integra a las dos siderúrgicas. La última, Claudio Aranzadi. Aunque en Industria aseguran que la solución les vendrá dada a través de los informes, se reconoce que los aspectos políticos y sociales pesarán sobremanera a la hora de tomar una decisión.

   Así lo demuestran las negociaciones abiertas con el vicepresidente del gobierno vasco y consejero de Industria Jon Azúa y con el propio Arzallus. Además, existe la obligación reconocida de tener que pactar con los sindicatos. Para empezar, la Dirección General de Trabajo ha desestimado el expediente de regulación de empleo que afectaba a 3.000 trabajadores en Ensidesa. En estos momentos, se duda del éxito que acarrearía presentar un recurso ante el Ministerio de Trabajo. Por un lado, se dejaría la decisión final en manos del ministro de Trabajo, Luis Martínez Noval, implicando directamente en la guerra asturiana y, por otro, se perdería una importante batalla en el caso de que Trabajo también se pronunciase igualmente contra este expediente.

Jon Azúa
   Los posibles pactos en Euskadi vienen forzados por la crisis abierta en Acenor. Sobre este grupo de aceros especiales pende el cierre de dos acería, las de Hernani y Llodio, y una disminución de plantilla de 1.800 trabajadores. Tanto en este caso como en el del ajuste que se decida para AHV, el coste tendrán que asumirlo los accionistas: INI y Banco Exterior. Estos han intentando llamarse andanas a la hora de asumir la reestructuración financiera de Acenor pero en Industria tienen claro que los accionistas deben dar directamente la cara.

Invertir es fácil. Si en el caso de Asturias el problema más serio con el que se ha enfrentado la Administración es la ausencia de iniciativa privada para reindustrializar la región, en el del País Vasco es el fantasma de terrorismo el que subyace ante cualquier posible solución, Los instrumentos para fomentar las inversiones han sido los mismos para ambas regiones, pero con resultados dispares. El 50% de los proyectos presentados en Asturias a través de mecanismos como la ZUR o la ZID han estado directamente relacionados con la minería del carbón y el resto ha sido, por lo general, para pequeñas inversiones en el sector servicio. En cambio, en Euskadi, con una larga tradición industrial, la iniciativa privada ha aprovechado subvenciones para la puesta en marcha de un buen número de empresas para la fabricación de productos de alto valor añadido y con plantillas de, al menos, una decena de trabajadores. 

   De no mediar presiones políticas, reconvertir o urbanizar la margen izquierda del Nervión, sería cosa sencilla. Casi en su totalidad es terreno público y su lavado de cara permitiría acabar con los problemas de medio ambiente que sufre Bilbao. Pero los altos hornos de Sesta son utilizados por las instituciones vascas como el estandarte industrial de la región y no parecen dispuestos a admitir su desmantelamiento. Máxime cuando éste se hace en aras de la supervivencia de la propia Ensidesa.

A.H.V en Sestao. http://www.euskadi.eus/eusko-jaurlaritza/kultura/

   Para bien o para mal, el plan será presentado por Industria a finales del mes de diciembre. En este tiempo, se tendrán que sortear presiones desde diversos flancos. Queda por ver si los tecnócratas, esta vez, ganan la partida.


* * * * *

Publicado por Carmen Monforte el 11 de noviembre 1991

En la revista El Siglo

Obra original perteneciente a los fondos bibliográficos de la Fundación Sancho el Sabio Fundazioa. (Vitoria-Gazteiz).

http://hdl.handle.net/10357/27265



domingo, 12 de febrero de 2017

La ría de Bilbao.- 1988

La ría de Bilbao.- 1988


   Un foso entre dos mundos que une el puente de Rontegui.

Portugalete con los Altos Hornos al fondo.
   La ría de Bilbao ha sido tradicionalmente un profundo foso que ha dividido a la sociedad vasca en dos partes bien diferenciadas: en la margen derecha, el poder y el dinero –la aristocracia-, y en la izquierda, las fábricas y el trabajador asalariado –la orilla obrera-. El puente de Róntegui, inaugurado a principios de los ochentas, ha servido para salvar algunos de los obstáculos que suponía la ría, pero aún pervivirán por mucho tiempo las huellas de más de cien años de división.
   A comienzos de esta década, con la apertura del puente de Róntegui, la ría dejó de jugar, definitivamente, el papel de cordón sanitario que alguien le había adjudicado cien años atrás. La margen izquierda y la margen derecha estaban, por fin, comunicadas, y la ría no era ya frontera casi infranqueable entre dos mundos: el de las fábrica y quienes las trabajan, y el de aquéllos que las disfrutaban.

Espigón del puerto en la margen derecha
  Sin embargo, los resultados de todo un siglo de urbanismo de clase son prácticamente imborrables. En Neguri –la antigua milla de oro que las grandes familias del hierro y de las navieras se construyeron a la orilla del mar- apenas queda aristocracia, pero sus huecos los han llenado empresarios y altos ejecutivos.

   Getxo, en conjunto, sigue siendo territorio de clase alta y media alta, y allí recoge Hacienda las más altas declaraciones de renta. La margen izquierda, desde Santurce a Baracaldo, está habitada por clase baja y media baja.
   La población activa de Baracaldo, por ejemplo, apenas registra un 3 por 100 de titulados superiores. En Getxo son el 25 por 100. Casi el 60 por 100 de los trabajadores en activo de Baracaldo tienen tan sólo estudios primarios o ni siquiera eso. En Getxo, su proporción apenas supera el 20 por 100.

El muelle de hierro en Portugalete
   De Baracaldo se han ido en los últimos años familias enteras de obreros reconvertidos, que ha preferido regresar a su tierra de origen: Extremadura, Castilla o Galicia. De Getxo también ha huido mucha gente: primero, la flor y nata del dinero, espantada por el terrorismo, la crisis y el empuje creciente de los barrios obrero sobre su periferia; después, jóvenes profesionales que buscaban un futuro más halagüeño fuera del País Vasco.
   Pero los bajos de Getxo los cubren ahora rápidamente otros jóvenes profesionales. Los huecos en Baracaldo, en cambio, no se llenan. Aunque tampoco se notan demasiado, porque allí, al igual que en toda la margen izquierda, apenas cabe un alfiler.

Neguri, la antigua milla de oro de las 
grandes familias del hierro y las navieras
   Cerca de 265.00 personas se apiñan en Santurce, Portugalete, Sestao y Baracaldo. La población de la margen derecha –Getxo, Lejona y Erando- apenas llega a la mitad. El municipio más denso de la orilla derecha, Getxo, suma 6.700 habitantes por kilometro cuadrado. Portugalete, justo en frente, triplicó esa cifra.
   Cada año, cientos de parejas jóvenes saltan de una margen a otra; innecesario decir de cuál a cuál. Porque, en realidad, la especulación inmobiliaria hace casi tantos estragos en la margen izquierda como en la derecha; en Baracaldo no salen a la venta pisos de cuarenta millones –abundantes en cambio en Las Arenas-, pero pagar ocho millones por una vivienda corriente se ha convertido habitual en territorio fabril. Por poco más se puede encontrar un piso semejante en zonas más limpias y desahogadas de la otra orilla. 

Las "Orillas del Nervión",
un mundo entre dos clases.
   Y es que, a pesar de los esfuerzos desarrollados desde hace diez años por los ayuntamientos de la orilla obrera, hay cosas que tienen difícil remedio: la vida sigue siendo más suave en la margen derecha de la ría.











* * * * *


Publicado por María Teresa Santibañez en 1988

En la revista Tiempo


Obra original perteneciente a los fondos bibliográficos de la Fundación Sancho el Sabio Fundazioa. (Vitoria-Gazteiz).

http://hdl.handle.net/10357/29066



sábado, 4 de febrero de 2017

Altos Hornos de Vizcaya y la reconversión de la siderurgia integral (II).- 1982

Altos Hornos de Vizcaya y la reconversión de la siderurgia integral (II).- 1982

Oficinas de A.H.V. en Baracaldo  http://www.ezagutubarakaldo.net/es/
   El plan de reestructuración de la siderurgia española se muestra sumamente polémico. El informe Kawasaki, de un lado, y la ofensiva de la dirección de Altos Hornos de Vizcaya con el libro conmemorativo de sus 80 años de existencias, por otro, han abierto una polémica que compete mucho a los trabajadores.

   A Kawasaki le han encargado su estudio la Administración, por lo tanto debía responder a una óptica global del sector, no particularista de tal o cual empresa. El diseño de las inversiones ha debido combinar rentabilidades económicas aseguradas (a nivel de centro de trabajo y a nivel sectorial) con un criterio “social”, inducido por la Administración. Es verdad que esto último ha sido rechazado por los técnicos de Kawasaki que han negado la influencia de cualquier variable “política” en su plan a la hora de distribuir las inversiones.

La perspectiva KAWASAKI y la perspectiva Altos Hornos

   Sin embargo sus conclusiones, se asemejan totalmente a lo que venía pensando la Administración: Tren de Bandas en Caliente para Altos Hornos del Mediterráneo, Nueva acería para ENSIDESA-AVILÉS y Coladas continuas repartidas entre Altos Hornos de Vizcaya y Ensidesa, así como desaparición de la planta de La Felguera (Ensidesa).

   Las perspectivas sobre la evolución de la demanda son más cautas y por lo tanto, más pesimistas que las que se venían tomando en consideración. En realidad el informe Kawasaki prefiere no “aventurarse” y se conforma diciendo que el montaje de tren de Bandas en Caliente (máxima inversión de las previstas, casi el 50% y, también la inversión que va a aumentar ostensiblemente la capacidad productiva del sector) se debe llevar a cabo cuando exista un déficit de oferta de un millón de Tm, lo que se estima que ocurrirá en 1989.

   La propuesta de eliminación de puestos de trabajo de Kawasaki es mucho mayor de los 5.800 puestos reducidos a raíz del acuerdo de marzo del 81, ya que asciende, hasta 1995 culminación del plan estratégico) a 12.500, lo que representa una pérdida de empleos del 30,5% de las plantillas del sector a comienzos del 81.

   La perspectiva de Altos Hornos de Vizcaya es distinta, se trata de la óptica de una empresa que ha diseñado su táctica, el ahora presente, para: adelantarse al plan de reindustrialización definitivo que elabore la administración, condicionándolo de entrada y situándose en mejor relación de fuerzas para negociarlo, si al final, como parece previsible, hubiera de negociarse.

   No se ha sometido a la líneas maestras de la filosofía de distribución de inversiones de marzo del 81, sino que, con la nueva acería de Sestao y el aumento de producción del Tren de Laminación de Bandas en Caliente de Ansio, compite con los planes de inversión de Ensidesa-Avilés y Altos Hornos del Mediterráneo, lo que supone más que duplicar la inversión prevista de Kawasaki (de 17.800 millones de pesetas a 42.143 millones de pesetas).

¿Por qué nacionalizar Altos Hornos de Vizcaya?

   En este país, donde no se habla de nacionalizaciones por parte de las formaciones mayoritarias de la izquierda ni siquiera en plena coyuntura electoral, defender la nacionalización (sin indemnización, por supuesto) de Altos Hornos puede parecer un desatino pero nosotros creemos que existen razones de peso para proponerlo.

1.- Objetivamente, Altos Hornos de Vizcaya igual que otras empresas del acero no integral, debe su existencia al apoyo directo o indirecto del Estado.

   Remontándonos a 1961, con la liberalización de las importaciones siderúrgicas se inicia la crisis de muchas empresas privadas de todo el sector del acero, empresas que, en esta época, preferían conseguir los beneficios en los despachos oficiales y en la antigua Junta de Aranceles y Valoraciones que conseguirlas en las fábrica mediante mejoras técnicas.

   El Estado toma a su cargo la financiación de estas industrias mediante la acción CONCERTADA. En 1961 se declaró a la siderurgia integral “sector preferente”; en 1974 se vuelve a promover la declaración de “interés preferente”. A cada uno de estos jalones corresponden masivas inyecciones de fondos públicos hasta el punto de haberse convertido el Estado en el casi exclusivo canal de financiación del sector a largo plazo.

   Si sumamos los beneficios de todo tipo que ha obtenido Altos Hornos de Vizcaya de 1961 a través de la Administración, así como la garantía que presta a su existencia a pesar de sus cuantiosas pérdidas, debemos concluir que su titularidad es lógico que pase a ser pública.

2.- Es la única empresa privada de la siderurgia integral y, sin embargo, se aprovecha de todos los planes estatales para el sector en igualdad de condiciones a las empresas públicas.

3.- La nacionalización de Altos Hornos de Vizcaya permite la unificación de las tres empresas en un ente siderúrgico único, cuyo control puede recaer en cada nacionalidad o región sobre los entes de autogobierno y los sindicatos eliminando así tensiones competitivas absurdas, y llevando, de este modo, a su culminación lógica todas las medidas de concentración técnica, comercial y financiera.

El edificio “Ilgner” en Baracaldo.
¿Y después qué?

   Es evidente que la nacionalización no resuelve el problema de los sacrificios del Plan de Reindustrialización. La lógica de cualquier proceso de este tipo en una sociedad capitalista esta recorrida por la lucha de clases. Cuanto más duro sea el plan en pérdidas de empleo, congelaciones salariales, jornadas de trabajo y movilidad de plantillas, serán más rentables y competitivos resultados.

   Por mucho que la patronal, la administración y las direcciones reformistas de los grandes sindicatos exijan colaboración, unificación de esfuerzos para abordar la reindustrialización, so pena de que si no se hace será peor (se perderán más puestos de trabajo, desaparecerá la siderurgia de base en zonas enteras como ha ocurrido en la Lorena francesa, se debilitará el país al correr peligro su principal industria estratégica, etc.), la unidad resultante jamás podrá ser natural. Y por desgracia como corrientemente enseña la práctica de las reconversiones y reestructuraciones son los trabajadores los que pierden. En mayor medida aún si caen en las falacias reformistas de creer es posible “aunar esfuerzos” y compartir sacrificios en lugar de resistirse a ellos.

Algunos criterios que nos parecen útiles para enfrentarse a las reestructuraciones siderúrgicas son los siguientes:

1.- A raíz de la presentación del informe Kawasaki hemos visto algo que se volverá a repetir: direcciones de empresas, autoridades territoriales vascas y asturiana, e incluso direcciones sindicales clamando para que las inversiones se realicen en sus territorios y empresas, sin preocuparse de denunciar los contenidos anti obreros de la reindustrialización.

2.- Los trabajadores no deben entrar en este juego, no pueden consentir ser instrumentalizados por la más reaccionaria insolidaridad para evitar que a ellos les toque lo menos malo del plan. De seguir este camino la reindustrialización se impondrá con todas sus secuelas de sacrificios para la parte social y no habrá posibilidades de hacer un frente común de plantillas de todos los centros.

3.- No es posible presentar un plan alternativo al de Kawasaki o al de Altos Hornos de Vizcaya que se mueva sobre los presupuestos de la competencia interempresas e interpaíses capitalistas y sobre la lógica del beneficio y la rentabilidad capitalista y que al mismo tiempo responda a la óptica de los intereses de la clase obrera.

   De intentarlo, tal plan se convertiría en una de las dos variantes posibles: un plan alternativo corrientemente elaboran las direcciones reformistas de los grandes sindicatos por planteamientos económicos burgueses.

Empecemos por algún sitio
  
 Establezcamos unas trincheras de resistencia al plan de la patronal o la Administración, con la clara conciencia de que cuanto más se resista menos sacrificios haremos. Estas pautas son bastante obvias:

-No admitir la pérdida de más puestos de trabajo, aunque estas pérdidas no sean “traumáticas”. Es una exigencia ineludible frente al paro creciente. Se dijo que con 5.800 amortizaciones de empleos la plantilla estaba ajustada, ahora se habla de casi 13.000. Al final ¿cuántos serán? 

   Las nuevas inversiones no amplían la mano de obra sino la sustituyen. Además se paran instalaciones y desaparecen centros de trabajado que incorporaban mucha mano de obra.

   Desconfiamos de que las promesas de creación de puestos de trabajo alternativos que sustituyan a los que se ha perdido sea una salida. La experiencia nos dice que hasta ahora no lo ha sido (ver el caso de La Felguera). La crisis generalizada que afecta a todos los sectores no hace fácil la creación de empleos con rentabilidad. En todo caso, y como el plan de reindustrialización es a largo plazo, bien se puede exigir que el empleo alternativo simultáneo a ese empleo producido.


   Son los trabajadores los que están pagando todos estos desvaríos de la Administración y las empresas y lo seguiremos pagando en el futuro si no demostramos la capacidad de oponernos a planes que además de ser nocivos para nuestras economías, resultan innecesarios o mal ajustados a una realidad industrial en profunda y larga crisis.


* * * * *

Publicado por Iñaki Uribarri en 1982

en la revista Combate

Obra original perteneciente a los fondos bibliográficos de la Fundación Sancho el Sabio Fundazioa. (Vitoria-Gazteiz).







Altos Hornos de Vizcaya y la reconversión de la siderurgia integral (I).- 1982

Altos Hornos de Vizcaya y la reconversión de la siderurgia integral (I).- 1982

La fábrica del “El Carmen” en Baracaldo.
   A primeros de este mes de septiembre, la dirección de Altos Hornos de Vizcaya, daba a conocer su libro informe “Altos Hornos-Nueva era”, recogiendo los planes de la sociedad de aquí al año 2.000. La patronal de la más grande empresa de Euskadi, lanza así una alternativa distinta (contrapuesta, se podría decir mejor) a la del informe Kawasaki sobre las perspectivas de reconversión de la siderurgia española y pretende condicionar, de manera definitiva, la segunda fase de las medidas de saneamiento y reconversión pactadas en marzo del 81, por la administración, la patronal siderúrgica y los sindicatos UGT y CC.OO. 

   En marzo del 81 se aprobaba en referéndum por apenas un 50% de los trabajadores de la siderurgia del estado, un plan de reconversión industrial. El 8 de mayo aparecía un Real Decreto dando carácter legal a dichas medidas.

   El plan tenía dos fases: una primera de saneamiento de las empresas que componen el sector y una segunda de reconversión o reindustrialización. Sobre esta segunda fase, casi nada se establecía en los acuerdos ni en el Real Decreto, tan solo habrían de hacerse una serie de inversiones básicas (dos nuevas acerías que sustituyan a las actuales, coladas continuas, Tren de Bandas en Caliente para alimentar al de Bandas en Frio de Sagunto, instalaciones acabadoras) por un valor superior a los 130.000 millones de pesetas, y que su horizonte iría desde el año 80 hasta 1.990.


El “saneamiento” (1ª fase)

   La fase de saneamiento, que es la que está en marcha en la actualidad, tenía por objetivo realizar una serie de ajustes de tipo financiero y laboral. Las inversiones previstas, de carácter complementario, eran mínimas (19.691 millones). En lo financiero, se trataba de renegociar 139.000 millones de deuda existentes y captar 61.000 millones más de créditos para equilibrar lo que saldría; y en lo laboral, reducir las plantillas en 5.800 trabajadores mediante métodos “no traumáticos” (jubilaciones e incapacidad), moderar los salarios (9% de subida en el 81, el 70% del IPC en el 82) e imponer una amplia movilidad del personal.

Tren de Bandas en Caliente de Ansio.
El informe Kawasaki (2ª fase)

   Este polémico informe, dado a conocer en los primeros días de junio, establecía un plan de reconversión de la siderurgia integral, con un horizonte hasta 1.995. Si ha resultado tan polémico ha sido, exclusivamente, por la alternativa que presenta a la hora de realizar las inversiones en las distintas plantas siderúrgicas. Los directivos de cada una de las empresas y también las direcciones sindicales de CC.OO. y U.G.T. en cada una de ellas, se han desgañitado explicando las ventajas comparativas que tienen sus plantas para realizar tal o cual instalación frente a las demás (especialmente el Tren de Bandas en Caliente que se lo disputan Ensidesa o Altos Hornos del Mediterráneo).

   La inversión total que prevé Kawasaki es de 154.220 millones de pesetas. Dicha inversión se recuperará en un tiempo de 4 años y 5 meses, arrojando unas ventajas económicas de 368.150 millones de pesetas, con una tasa interna de rentabilidad de 32,21%. La plantilla de 41.00o trabajadores existente cuando se inició el estudio debería quedarse en 31.500 al final de 82 (supone casi 4.000 puestos más a reducir que los 5.800 pactados en marzo del 81) y en 28.621 en 1995 (es decir una disminución de casi el 30% de la mano de obra). La distribución de nuevas instalaciones comportan importantes diferencias por centros de trabajo, así, a la planta de La Felguera (Ensidesa), no se destina ninguna nueva inversión en tanto se paran la Batería de Cock, el Horno Alto y el Tren de Perfiles estructurales.

   En Sagunto se prevé crear una nueva planta (New Works) y en la que se hará la máxima inversión del plan, por valor de 65.210 millones de pesetas en un Tren de Bandas en Caliente, además, la vieja planta de Sagunto (Old Work) recibirá 6.220 millones para remodelar el convertidor existente y montar una nueva instalación de colada continua de slats. Al mismo tiempo se pararán el foso de colada de lingotes y el actual tren Blooming-slabbing.

   En Ensidesa-Avilés la reconversión será de 38.700 millones para remodelación de las acerías 1 y 2, la instalación de 2 nuevas coladas continuas en casa acería y una nueva línea de acabado TGL. Las instalaciones que quedan en desuso son muchas, los hornos Siemens-Martin, uno de los pozos de lingote y dos trenes estructurales.

La “nueva era” de Altos Hornos de Vizcaya

   El plan de reindustrialización previsto por Altos Hornos de Vizcaya, entra en franca contraposición con el informe Kawasaki en lo referente a: previsiones de mejoría de la demanda (Kawasaki es más pesimista, y estima que hasta 1.988 no se producirá un déficit de oferta de un millón de TM, momento que considera favorable para abordar las inversiones que crearán fuerte aumentos de producción, como el Tren de Bandas en Caliente) cantidad total a invertir y nuevas instalaciones que resultarán de dichas inversiones.

   Altos Hornos de Vizcaya con el objetivo de equilibrar su proceso productivo desea una siderúrgica integral completamente autosuficiente, pretende aumentar su capacidad de producción de acero, para lo que invertirá en una nueva acería, instalada sobre la actual LD en Sestao, y en la ampliación de la capacidad de producción del Tren de Bandas en Caliente de Ansio. Al mismo tiempo se instalaría tres colada continua de Slats pata mejorar los rendimientos del acero.

   Las instalaciones que quedaría paradas sería: el horno eléctrico, el horno devastador y los trenes de palanquilla y redondo.

   El coste de la inversión asciende a 42.143 millones de pesetas, casi dos veces y medio el previsto por Kawasaki para esta empresa.

   La pérdida de empleo estaría en torno al 20% sobre la plantilla ya sometida a la reestructuración del 81 los puestos de trabajo descenderían en 2.550 (1.500 corresponden a la reestructuración del 81) sobre una plantilla estimada para todos los centros de trabajo de Altos Hornos de 11.584 personas.

   Estas medidas son a juicio de la dirección de Altos Hornos de Vizcaya mucho más ventajosas que las propuestas por Kawasaki (acería nueva en Avilés y Tren de Bandas en Caliente en Sagunto), porque con una inversión mucho menor se obtiene rendimientos equivalentes e incluso mucho más elevados. Así como Altos Hornos de Vizcaya pasaría en 1.995 a fabricar 2,2 millones de Tm/año de acero (en 1.980 fueron 1,2 millones de TM) con un rendimiento Tm-hombre-año de 260 (frente a 156 en 1-980) y sin pérdidas (en 1.980 perdió 10.943 millones de pesetas y en 1.981 entre las tres siderurgias del estado alcanzaron los 41 mil millones.


* * * * *

Publicado por Iñaki Uribarri en 1982

En la revista Combate

Obra original perteneciente a los fondos bibliográficos de la Fundación Sancho el Sabio Fundazioa. (Vitoria-Gazteiz).

http://hdl.handle.net/10357/38873