Altos Hornos de Vizcaya
bate todos sus records.- 1971
La única empresa
siderúrgica nacional de carácter privado.
La villa de Bilbao y su zona de influencia
es con absoluta certeza la primera y casi exclusiva aportación integral de
nuestra patria al proceso abierto por la revolución industrial. Son
inseparables para cualquier español desde sus primeros pasos por la geografía
económica las imágenes de Bilbao y su ría, su caracterización más conocida y la
idea del desarrollo industrial y sus consecuencias. Pero si hemos definió esta
faceta bilbaína como integral, en ella interviene, no obstante, y como
imperativo definidor, la presencia de la siderurgia, representada
fundamentalmente por Altos Hornos de Vizcaya, S.A. Esta empresa puede ser
considerada con toda justicia como el jefe diamantino de toda la actividad
industrial de Vizcaya y, en gran parte, de todo el norte de España. Esta
consideración está avalada por el hecho reconocido de que Altos Hornos
–Abreviatura concreta con que familiarmente se designa a la empresa vizcaína-
ocupa hoy uno de los puestos más importantes entre las empresas capitanas de la
economía española.
UN
POCO DE HISTORIA
Hace casi siglo y cuarto, en 1847, se
enciende en Guriezo, municipio santanderino lindante con Vizcaya, el primer
horno alto del norte de España. Este hecho significa el nacimiento de la
moderna industria siderometalúrgica de la región, un primer paso casi primitivo
y balbuciente. Con él se sentaban las primeras bases del desarrollo industrial
y, al mismo tiempo, comenzaban a convertirse en piezas de museo las
tradicionales ferrerías, en las que, con el mimo artesano, se explotaba la
riqueza minera y multisecular de las minas vascas.
El ejemplo cundió y los años siguientes ven
alzarse, una tras otra, una verdadera teoría de fumatas de nuevos hornos altos.
Paso a paso, Bilbao va perdiendo su aire burgués para iniciar su marcha
industrial, ya sin el aire romántico de los comienzos. Y así se llega a la
fecha, indiscutiblemente histórica, del 26 de junio de 1901, hace ya setenta
años, en la que se firma el pacto de fusión de las empresas Altos Hornos y
Fábricas de Hierro y Acero de Vizcaya –entre sus propiedades figura el horno
alto de Guriezo-, Vizcaya e Iberia.
Y un año más tarde, en 1902, se firma el
acta de constitución de Altos Hornos de Vizcaya. ¿Qué era esta empresa en su
nacimiento? El primer ejercicio de la sociedad se cerró con una producción de
147.778 toneladas de lingote de acero. Su capital social era de 32.750.000
pesetas, y su equipo humano estaba integrado por 6.139 hombres; 5.925, obreros;
200 administrativos y 14 técnicos.
Fábrica
de Sestao
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ETAPAS
EN LA HISTORIA DE LA EMPRESA
Iniciada la marcha de Altos Hornos, ésta se
desarrolla, hasta 1915, de acuerdo con los planes establecidos. Es entonces
cuando comienzan a producir su efecto las incidencias de la primera guerra
mundial, que obligan, por un lado, a buscar su incremento de producción para
defender al mercado español de las consecuencias del conflicto; para ello se
instalan dos nuevos convertidores de quince toneladas. Por otro, las mismas
circunstancias obligan a Altos Hornos a garantizar con medios propios el
transporte de mineral y se compran los cinco buques iniciales de la flota de la
sociedad, que hoy suponen unas cincuenta mil toneladas de desplazamiento.
El año 1923 reviste decisiva importancia
para Altos Hornos con la ampliación y modernización de las fábricas, la compra
de un nuevo tren “Blooming-slabbing”, y el proyecto de la acería Siemens y de
los trenes estructurales. Con ello, Altos Hornos remoza sus sistemas de
producción, poniéndolos a punto de acuerdo con las nuevas técnicas siderúrgicas.
Seis años más tarde, en 1929, como colofón del proceso ampliatorio iniciado en
1923, se instala una batería de hornos de cock con una capacidad de producción
de mil toneladas diarias.
En la decena de los años treinta, Altos
Hornos sufre los mismos avatares que la vida nacional; son años duros y
difíciles en los que bastante se hizo con ir sobreviviendo. Pero, conseguida la
Victoria en el Alzamiento Nacional, en 1940, Altos Hornos compra, en 373
millones de pesetas, la Compañía Siderúrgica del Mediterráneo, en Sagunto. Esta
era la segunda siderurgia integral del país, y, a pesar de su localización, el
esfuerzo creador era bilbaíno, pues había sido fundada por los hermanos de la
Sota. La producción de esta planta siderúrgica era entonces de poco más de
200.000 toneladas. A partir de 1950 se entra ya en un proceso continuo de
expansión industrial que tiene como meta la incorporación total a la técnica
siderúrgica más moderna y en lucha constante por lograr la autosuficiencia del
mercado español. Y esta tarea ingente –y muy costosa, además- se realizó hasta
1963 con el propio esfuerzo, adelantándose a los beneficios de la acción
concertada. Así, en 1950 se amplía la fábrica de Sagunto con nuevas
instalaciones de cock, hornos altos y acería, mientras en Vizcaya se construyen
las instalaciones para la preparación y sinterización de minerales, que se
concluyen cuatro años más tarde y se complementan con un nuevo tren de
palanquilla. También en 1954, Sagunto consigue duplicar su producción mediante
la terminación de la acería Siemens En 1958 entra en funcionamiento el nuevo tren
de laminación de chapas de bandas en frío y se inician las obras del de bandas
en caliente.
Dos hechos importantes surgen en la historia
de Altos Hornos en torno a 1963: la acción concertada, con la aportación de
algo más de cuatro mil millones de pesetas –cuatro exactamente- y la
incorporación de la U.S. Steel a la sociedad. Con esta incorporación, la firma
norteamericana –la primera de la siderurgia mundial- participa en el veinticinco
por ciento del capital social de Altos Hornos.
Fábrica
de Ansio
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LO
QUE ES HOY ALTOS HORNOS DE VIZCAYA, S.A.
Desde 1963 a 1969, Altos Hornos pasa su
crisis difícil, en la que intervinieron, entre otras causas, el esfuerzo
financiero que supuso la modernización de las instalaciones, los precios “dumping”
del exterior, las secuelas de la estabilización y la política de precios siderúrgicos. Todo
ello llevó a la sociedad bilbaína a una difícil situación, que supuso el no
poder repartir dividendo en los ejercicios del 63 al 68. Normalizada la situación, en 1969 ya se pudo
repartir un dividendo del cinco por ciento, y que en el último ejercicio pudo
mantenerse.
Por todos los conceptos, el ejercicio de
1970 puede considerarse como récord por todos los conceptos. Se han batido, y
con creces, todas las producciones de años anteriores, logrando incrementos
espectaculares que en algunos casos –como en el de la producción de acero-
supone un 43,7 por 100 más sobre el año anterior. El cuadro de producciones
para 1970 es el siguiente:
Pero si los resultados de producción no
pueden ser más alentadores, los económicos no lo son menos, ya que sobre una
venta por valor de 13.580 millones de pesetas en 1969 ésta alcanzó una cota de
18.482 en el último ejercicio, con un incremento de 36,1. Hay que advertir que
debido a la recesión económica del último semestre del año pasado y a la
incidencia que las importaciones produjeron en el mercado nacional. Altos
Hornos de Vizcaya tenía al final del ejercicio un “stock” de productos
siderúrgicos valorado en 5.087 millones de pesetas, cuando un año antes aquél
estaba valorado tan sólo en 1.306 millones.
Al hablar del último ejercicio no se puede
dejar rendir un homenaje al personal de la empresa, como lo hizo el presidente
de la misma, señor Villar Mir, al hacer entrega de la memoria del ejercicio a
los accionistas el 8 de marzo de 1971. El personal en plantilla se eleva a la
cifra de 13.788, distribuido de la siguiente forma: obreros, 9.887;
subalternos, 497; administrativos, 1.175; técnicos no titulados, 1.630;
técnicos titulados, 494; personal de la flota de Altos Hornos, 109. Es interesante
hallar la relación existente entre la cifra de personal y el resultado de la
sociedad. Altos Hornos ha obtenido en sus ventas 1,34 millones de pesetas por
cada miembro de su plantilla. También ha obtenido 123.30 toneladas por persona.
El coste de personal, incluidas atenciones sociales en los treinta y dos
millones de horas trabajadas se ha elevado a 3.514 millones de pesetas, por lo
que cada hora trabajada cuesta en gastos de personal 109,81 pesetas.
Tren
de palanquilla, Sestao.
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Para finalizar, digamos que está a punto de
finalizar la operación de absorción de Basconia, S.A., copropietaria con Altos
Hornos de Laminaciones de Bandas en Frío. Hay que contar además con otras cinco
empresas filiales, una de las cuales –Hulleras del Turón, S.A.- va a entrar en
liquidación por incorporación a Hunosa. Altos Hornos de Vizcaya, S.A., posee
participación directa en otras tres empresas, alguna de la importancia de
Sefanitro. Las empresas en las que participa indirectamente son cuatro.
Hoy la empresa se enfrenta con un amplio
programa de consolidación mediante la actualización de su estructura orgánica
para lograr una mejor rentabilidad. Para ello se está dando gran importancia a
la política minera de Altos Hornos.
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Publicado en 1971 en la
revista EN PIE
Obra original
perteneciente a los fondos bibliográficos de la Fundación Sancho el Sabio
Fundazioa. (Vitoria-Gazteiz).
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