D.M. A LBERTO DE
PALACIO. - 1893
Distinguido ingeniero y arquitecto bilbaíno.
D.M. Alberto de Palacio.
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El Sr. Palacio, arquitecto e ingeniero de talento nada
vulgar, de energía admirable para acometer las más arduas empresas, de singular
perseverancia para llevarlas a término, cuyas obras, todas notables, llevan
impreso un sello de grandeza y de originalidad que obliga a admirarlas.
El Sr. Palacio es
joven aún. Cursó la licenciatura en ciencias como alumno muy aventajado, y
completó sus estudios en la Escuela de Ingenieros, tomando titulo de arquitecto
en la Escuela de Arquitectura de Madrid en 1882. Formó mas tarde parte de
algunas comisiones oficiales y dirigió la construcción de muchos edificios
particulares. Viendo el desprecio de la higiene que aquí padecemos, lo mismo el
Estado que la casi totalidad de los particulares en toda edificación, marchó a
Paris a estudiar, en sus aplicaciones a la arquitectura, esta ciencia
importantísima.
Suya es la idea y
traza de aquel monumento a Colón, consistente en una inmensa esfera de 300
metros de diámetro, sobre la base de 80, que de realizarse habría sido la mayor
obra arquitectónica salida de manos humanas, sin excluir las pirámides de
Ejipto, ni la torre Eiffel. También son obras suyas la recientemente construida
estación del Mediodía en Madrid, los tres puentes sobre el Nervión y otras
muchísimas, que aunque no tan
importantes como éstas le honran también.
MONUMENTO COLOSAL, EN MEMORIA DE CRISTÓBAL COLON. |
El rápido
desarrollo industrial y mercantil de Bilbao resérvanos cada día agradables
sorpresas. A una empresa grande y arrojada síguese otra que la aventaja, y a
una obra gigantesca otra mayor. El puente Palacio, que cruza el Nervión en su
desembocadura, poniendo en comunicación (quizás fuera más verdadero decir en contacto) Las Arenas con
Portugalete, y que acaba de inaugurarse, es buen testigo de lo que decimos.
El movimiento de
viajeros entre Bilbao y los pueblos, que sin impropiedad podríamos llamar sus
arrabales, es tal, que solo algunas cifras permitirán al lector imaginarlo, y
vaya como muestra una harta demostrativa: el ferrocarril de vía ancha de Bilbao
a Portugalete transporta muchos más viajeros que los que salen y entran en
todas las estaciones de Madrid reunidas. Tanto Portugalete como Las Arenas son
poblaciones de mucha importancia, donde vive gente rica, a pesar de lo cual no
tenían medio de comunicación que los botes que cruzan el rio.
Hace años que el
ingeniero Sr. Palacio venía estudiando el modo de resolver el problema de
enlazar las dos márgenes del Nervión cerca de la desembocadura, sin perjuicio
de la navegación del rio. Propuso primero la construcción de un túnel, después
la de un puente giratorio, mas adelante la de un puente fijo superior, y, por
último, la de una vía férrea apoyada por la cual circulara un bastidor
metálico. Reconocidos los inconvenientes de cada uno de estos proyectos, fijóse
al fin en el que acaba de realizarse.
Consiste en cuatro
torres, dos a cada lado del rio, de 45 metros de altura, la mayor conocida en
las de este sistema, y un tablero horizontal de ocho metros de ancho que va de
unas a otras, y en el que hay establecida una vía férrea de cuatro rails, sobre
la cual circula un tren de rodillos acoplados que soportan la plataforma o
carro transbordador. En este caben hasta 200 personas y un carruaje cualquiera
que se transportan de uno al otro lado como por el aire, fuera del alcance de
las olas, en un minuto de tiempo, sirviéndose de un ingenioso y fácil sistema
de suspensión por medio de fuertes y resistentes cables cruzados, a fin de
evitar los efectos de los vientos fuertes que pudieran producir oscilaciones
peligrosas o molestas.
El movimiento es
producido por una máquina de vapor de 25 caballos situada en una de las torres,
cuya maquina mueve un cable sin fin; y como los movimientos de la plataforma
son independientes del agua, va y vuelve de uno a otro lado con gran suavidad.
El embarque y el
pasaje se verifican sin molestia alguna, como en el más cómodo de los
carruajes, y no existe el temor de que un desperfecto interrumpa los viajes,
porque están tomadas todas las medidas y precauciones necesarias para sustituir
en brevísimo tiempo cualquier pieza u organismo que se deteriore.
El carro
transbordador puede soportar 30.000 kilogramos, y transportar sin inconveniente
alguno caballerías, vagones con carga y hasta locomotoras.
El presupuesto
total de la obra, concluida del todo, es de 670.900 pesetas, cantidad que
excede algo de lo calculado, según ocurre en todas las grandes construcciones.
El exceso se debió en ésta a inconvenientes surgidos en la ejecución de las
obras. El de los gastos anuales, entretenimiento y conservación será de 10.950
pesetas, habiéndose calculado el producto liquido anual en 96.000 pesetas.
En todo el tiempo de la construcción no ha ocurrido, a pesar de la magnitud de la empresa, accidente ni desgracia alguna entre los obreros.
Merece especialísima
mención el ingeniero constructor, que con mucho acierto y sin emplear andamio
de ninguna clase ha montado los elevadísimos pilares de hierro del puente y el
tablero horizontal, todo al aire, por medio de cables ingeniosos y pies
derechos de madera de 4 metros de longitud.
En una palabra, la
obra es de una exactitud y una precisión admirables; un puente rígido y en
completo equilibrio, cuyos pilares tienen
62 metros de altura y 45,10 desde el tablero del puente hasta las aguas
de la ría en la sobrepleamar equinoccial, siendo la flecha del tablero 0,2m en
sentido no horizontal y 150 de luz de eje a eje de pilares.
Para dar una idea
de la importancia que este hermoso puente ha de tener en el desarrollo del
tráfico entre ambas márgenes del Nervión, bastará decir que pueden cruzarlo
hasta 10.000 viajeros diarios, sin contar las mercancías, ganados y vehículos
de todo género.
Vista de conjunto del puente Palacio en la desembocadura del Nervión. |
El Sr. Palacio,
autor de esta hermosa obra (que con tanta justicia lleva su nombre), ha tenido
que luchar, hasta terminarla, con toda suerte de obstáculos, principalmente con
la desconfianza y los desmayos de los interesados en ella; pero de ha triunfado,
mostrando en la realización de su empresa energía y constancia extraordinarias.
Publicado el 15 y 22 de Agosto de 1893 en
La Ilustración Española y Americana.
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