Vizcaya, la industria en
picado.- 1975
Ante la recesión actual en la industria
vizcaína que afecta a casi todos los sectores, especialmente el del metal, han
sido numerosas las voces de alarma oídas estas últimas semanas en esta
provincia.
Altos
Hornos de Vizcaya
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En reunión celebrada el día 15 del pasado
mes los 65 empresarios del sector del metal, en el que están encuadrados
sectores como la siderurgia, electrodomésticos, construcción naval,
herramientas, aceros, bienes de equipo, etc., han anunciado: “la gravedad de
los problemas comunes y sin que se vislumbren mejores perspectivas en un futuro
inmediato. Desde hace meses se ha observado una continua recesión en la
demanda, con el consiguiente incremento de stocks, que alcanza, en bastantes
casos, niveles muy superiores a los normales y provocan, asimismo, una fuerte
reducción en la producción, llegando a infrautilizaciones de la capacidad productiva
en algunas situaciones del cincuenta por ciento”.
La creciente inflación y la crisis económica
internacional, con la elevación de costes de producción dificultando la
autofinanciación, hacen difícil no sólo las exportaciones, sino también
cualquier medida reactivadora. A estas serias dificultades, que provocan el
pesimismo industrial vizcaíno del momento, se añaden la imposibilidad o la
renuncia a invertir. Inversión considerada en estos momentos como prácticamente
nula.
Altos
Hornos y Sestao al fondo.
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Por otra parte, la continua recesión de la
demanda ha provocado una gran acumulación de los stocks, sin gran esperanza de
liquidarlos normalmente a corto plazo.
La industria pesada suele ser la última en
entrar en este tipo de crisis a nivel nacional. En este caso, la vizcaína se
puede ver, y de hecho se resentirá de la doble crisis nacional e internacional.
Si en Europa el hundimiento de la siderurgia está llevando consigo el paro, que
se traduce en una reducción de los horarios de trabajo y en una disminución de
las importaciones y exportaciones (en la CEE, por ejemplo), nuestro país puede
verse sometido a una ola de paros forzosos que incrementaría una tensión social
de todos ya conocida. En muchas empresas vizcaínas se plantea ya la posibilidad
de reducir plantillas y suprimir horas extraordinarias. Los empresarios que han
dado su voz de alarma consideran que si a nivel nacional muchos sectores han
tocado fondo, las empresas vizcaínas, por su parte, no lo han hecho todavía:
“La situación es suficientemente crítica como para que se tomen medidas
urgentes antes de tocar fondo”, comentaba a CAMBIO16 un empresario de la margen
derecha. También este debilitamiento económico se resiente en los sectores
químicos, del papel y la madera, previéndose en empresas medianas o pequeñas
expedientes de crisis o hundimientos espectaculares.
La
industria entre Baracaldo y Axpe.
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En otro orden de cosas y según fuentes
bancarias, la evasión de capital en la provincia de Vizcaya en los últimos
meses se cifraría en la suma de trescientos millones de dólares.
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Publicado el 6 de Octubre
de 1975 en la revista CAMBIO 16
Obra original
perteneciente a los fondos bibliográficos de la Fundación Sancho el Sabio
Fundazioa. (Vitoria-Gazteiz).
http://hdl.handle.net/10357/13591
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