viernes, 5 de junio de 2015

La Casa Aznar, de Bilbao.- 1900

La Casa Aznar, de Bilbao.- 1900

Excmo. Sr. D. Eduardo Aznar y de la Sota.
   Hace pocas semanas dio la prensa bilbaína la noticia, consignada oportunamente en sus crónicas decenales por nuestro ilustrado colaborador Sr. Concas, de haberse constituido en la capital vizcaína la Sociedad “Euskalduna”, para construcción y reparación de buques, con un capital social de 12 millones de pesetas.
 
    Como es de rigor, siempre que se trata de grandes iniciativas marítimo-comerciales que han de tener por campo de acción esa industriosa parte de España, al ocuparse los periódicos bilbaínos de la fundación a que nos referimos, asociaban a la misma el ilustre nombre de una de las personalidades más respetadas y queridas en la invicta villa, acreedora, por muchos y variados conceptos, a las distinciones y preeminencias de que es objeto.
  
   Nos referimos al Excelentísimo Sr. D. Eduardo Aznar y de la Sota, acaudalado naviero, nombrado Presidente de la mencionada Sociedad “Euskalduna”, propietario de las grandes factorías navales que antes de finalizar el año han de reflejar su poderosa silueta en las alborotadas márgenes del Nervión.

   Parécenos, pues, de gran oportunidad honrar las páginas de EL MUNDO NAVAL ILUSTRADO con los retratos y biografías del Excmo. Sr. D. Eduardo Aznar y de la Sota y de sus dos inseparables colaboradores, D. Eduardo Aznar y D. Ramón de la Sota, quienes coadyuvan poderosamente al desarrollo de los atrevidos planes que engendra aquel vigoroso entendimiento.

El vapor “Lekeitio”, de la casa Aznar y Sota.
   Nació nuestro primer biografiado en la ciudad de Sevilla a mediados del año 1830, fecha en que su padre, entonces Coronel del Real cuerpo de Artillería, se hallaba de Director de la Maestranza.

   Siguiendo la noble tradición de sus antepasados, don Eduardo Aznar abrazó la carrera de las armas, por la que sentía especial vocación.

   Otra era, sin embargo, la misión que le reservaba el destino, pues a los pocos años de vestir el prestigioso uniforme de nuestra Artillería, abandonó voluntariamente el Ejército para dedicarse al comercio en Bilbao, donde logró reconstruir, después de tenaz labor, el vasto patrimonio familiar (I), reducido años antes a exiguas proporciones porlas dolorosas contingencias de la vida, y en las cuales tuvo no pequeña, culpa la deplorable gestión económica de los Gobiernos españoles.

(I) La casa solariega de los Aznar se halla en San Julián de Musques (Somorrostro).


   Ese solo hecho de la reconquista de una fortuna y de una elevada posición social por medio de las nobles armas del trabajo, sin desmayos ni desalientos, combatiendo con ánimo viril e incansable brazo contra la adversidad, contra la envidia y la rutina, contra todos los enemigos naturales del hombre de mérito, da singular relieve a la figura del “viejo Aznar”, cariñoso apelativo que aplican al venerable industrial bilbaíno sus agradecidos paisanos.

El vapor “Septiembre”, de Aznar y Compañía.
   En 1880, cuando ya se encontraban en pleno desarrollo las fecundas iniciativas de D. Eduardo Aznar, fundó éste la “Compañía Bilbaína de Navegac¡ón”, cuyo material flotante hizo traer de Inglaterra, sin reparar en los enormes gastos que suponía el abanderamiento de considerable número de buques, muchos de ellos de 1.800 toneladas, límite consentido entonces por las condiciones de la ría de Bilbao.

   Dicha Sociedad fue el germen de las dos importantísimas flotas que hoy poseen la casa Azar y Compañía y la Sota y Aznar que, reunidas bajo la jefatura común del Excelentísimo Sr. D. Eduardo Aznar y de la Sota, forman una de las más brillantes representaciones de la Marina mercante española, puesto que cuentan con un total de 68 magníficos vapores, varios de sistema Turret y algunos, como el Gresa, mayores de 4.000 toneladas.

   Al organizarse las Cámaras de Comercio españolas en 1886, fue designado el Sr. Aznar para la presidencia de la Junta constitutiva de las mismas; posteriormente trajo la representación de la inscripción marítima de Bilbao al Congreso Naviero, celebrado hace poco en Madrid, donde propuso razonables mejoras en la organización de nuestra Marina mercante, que, por razones que no expondremos ahora, no han sido realizadas hasta el presente.

   El año de 1891 fue agraciado con la Gran Cruz del Mérito Naval, y hace poco, al crearse la “Asociación de Navieros de Bilbao”, se le confirió, por unanimidad, la presidencia honoraria de la misma, así como la del Consejo de administración de la Sociedad “Euskalduna”, a que hemos hecho referencia anteriormente.

   Trazada, aunque a grandes rasgos, por imprescindibles exigencias de espacio, la figura del Sr. Aznar, he aquí la del futuro sucesor de esta hermosa dinastía de trabajadores.

D. Eduardo Aznar y Tutor.
   D. Eduardo de Aznar y Tutor, hijo del insigne personaje antes biografiado, vio la luz primera en Bilbao en 1860.

   A los doce años de edad fue enviado a Inglaterra y Alemania, donde terminó con gran brillantez la carrera de comercio, merced a sus excepcionales aptitudes.

   Al regreso a Bilbao, y cuando apenas contaba veinte años, se puso al frente de la casa Aznar y Compañía, contribuyendo al rápido desenvolvimiento de la misma la gran experiencia de las cuestiones mercantiles adquirida por el Sr. Aznar (hijo) en sus viajes por el extranjero.

   Ha sido Diputado provincial y representante en Cortes por el distrito de Marquina, y en la actualidad es Vicepresidente de la Cámara de Comercio de Bilbao y Presidente de su sección de navegación, reelegido varias veces; además representa en la Junta de Obras del Puerto a los navieros bilbainos.

   Su sueño constante ha sido siempre llegar a constituir la “Asociación de Navieros de Bilbao” y la de navieros de España, como organismos susceptibles de poder ser una fuerza viva en el general movimiento económico y una poderosa arma que esgrimir en defensa de los intereses de la respetable clase que aquéllas representan.

   La primera ha quedado definitivamente cimentada, y en cuanto a la segunda, que habrá de llevar el nombre de “Asociación Naval Española”, quedó de hecho fundada en Madrid hace pocos meses al celebrarse la Asamblea de la Marina mercante, siendo designado el Sr. Aznar para la presidencia.

D. Ramón de la Sota.
   No menos interesante que las dos anteriores es la personalidad de D. Ramón de la Sota, primo de D. Eduardo Aznar y Tutor y copartícipe en todas las empresas de la ilustre casa de que nos ocupamos.

   Nació en Somorrostro en 1855, de familia de mayorazgos; siguió en Madrid con gran aprovechamiento la carrera de derecho, ejerciendo luego la profesión de abogado en su país.

   Posteriormente marchó a Bilbao, dedicándose por entero al comercio, y asociándose a su primo don Eduardo Aznar, acometieron ambos con creciente exito vastas empresas mineras y de transportes marítimos.

   De genio emprendedor y activo, de carácter enérgico y de admirable golpe de vista comercial, consigue invariablemente el triunfo en todos los grandes negocios que acomete.

   Examinando ahora los elementos que tienen a su disposición estos tres selfs-mademen, elocuentes ejemplos de lo que puede la voluntad humana cuando está dirigida por una inteligencia poderosa, enumeraremos ante todo los buques de que se componen las flotas Aznar y Compañía y Sota y Aznar.


   De modo que reunidas ambas Sociedades, disponen de un total de 68 vapores con 140.564 toneladas, siendo todos ellos verdaderos modelos de cargo-boats, a fin de poder luchar ventajosamente en los transportes con los buques similares de las demás naciones.

   Los barcos referidos han llevado el pabellón de nuestro país a regiones donde no era conocido hasta el presente, y efectúan constantemente su tráfico en los más apartados puertos del globo.

El vapor “Sestao”, de la casa Sota y Aznar, en el cargadero de Salto Caballo.
   Tenemos a la vista la última hoja de situación de buques que publica con fecha 8 de Abril el Boletín de la Marina Mercante, de Bilbao, y en ella encontramos a los vapores de las Sociedades Aznar cargando trigos en los puntos más lejanos del Río de la Plata, en el Brasil o en el Norte de América, llevando mineral a los puertos de los Estados Unidos, embarcando madera en el Canadá, conduciendo hierro a las ciudades del Báltico; frecuentando el mar Negro, el Danubio, el mar de Azoff, la India y el África Austral; en una palabra, los barcos de Aznar se hallan allí donde hay que disputar a la bandera comercial extranjera, en noble competencia, provechos que deben refluir sobre la riqueza general de España, o donde hay que llevar muestras de los productos españoles.

   Algunos de esos vapores son de construcción sistema Turret, que por sus condiciones especiales se dedican principalmente al transporte de granos, minerales, etc.

   Terminaremos estas líneas indicando que la casa Sota y Aznar posee las minas de Setares y Sierra-Alhamilla, con cargaderos en Salta Caballos, cerca de la costa, y en la ensenada de Agua Amarga, provincia de Almería.

   De los proyectados Astilleros Euskalduna ya nos hemos ocupado en anteriores números de esta revista, razón por la que damos por concluido nuestro trabajo, enviando nuestra entusiasta felicitación a los Sres. Aznar (padre é hijo) y a D. Ramón de la Sota, por la importantísima participación que vienen teniendo en el renacimiento de la Marina mercante española.

El vapor “Noviembre”, de la casa Aznar y Compañía, cargo-boat de 5.800 toneladas de carga.
Publicado el 10 de Abril de 1900 en

La Ilustración Española y Americana.



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