La Casa Aznar, de Bilbao.- 1900
Excmo. Sr. D. Eduardo Aznar y de la
Sota.
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Hace pocas semanas
dio la prensa bilbaína la noticia, consignada oportunamente en sus crónicas
decenales por nuestro ilustrado colaborador Sr. Concas, de haberse constituido
en la capital vizcaína la Sociedad “Euskalduna”, para construcción y reparación
de buques, con un capital social de 12 millones de pesetas.
Como es de rigor,
siempre que se trata de grandes iniciativas marítimo-comerciales que han de tener
por campo de acción esa industriosa parte de España, al ocuparse los periódicos
bilbaínos de la fundación a que nos referimos, asociaban a la misma el ilustre
nombre de una de las personalidades más respetadas y queridas en la
invicta villa, acreedora, por muchos y variados conceptos, a las distinciones y
preeminencias de que es objeto.
Nos referimos al
Excelentísimo Sr. D. Eduardo Aznar y de la Sota, acaudalado naviero, nombrado Presidente
de la mencionada Sociedad “Euskalduna”, propietario de las grandes factorías
navales que antes de finalizar el año han de reflejar su poderosa silueta en
las alborotadas márgenes del Nervión.
Parécenos, pues, de
gran oportunidad honrar las páginas de EL MUNDO NAVAL ILUSTRADO con los
retratos y biografías del Excmo. Sr. D. Eduardo Aznar y de la Sota y de sus dos
inseparables colaboradores, D. Eduardo Aznar y D. Ramón de la Sota,
quienes coadyuvan poderosamente al desarrollo de los atrevidos planes que
engendra aquel vigoroso entendimiento.
El vapor “Lekeitio”, de la casa Aznar y Sota.
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Nació nuestro
primer biografiado en la ciudad de Sevilla a mediados del año 1830, fecha en
que su padre, entonces Coronel del Real cuerpo de Artillería, se hallaba de Director
de la Maestranza.
Siguiendo la noble
tradición de sus antepasados, don Eduardo Aznar abrazó la carrera de las armas,
por la que sentía especial vocación.
Otra era, sin
embargo, la misión que le reservaba el destino, pues a los pocos años de vestir
el prestigioso uniforme de nuestra Artillería, abandonó voluntariamente el Ejército
para dedicarse al comercio en Bilbao, donde logró reconstruir, después de tenaz
labor, el vasto patrimonio familiar (I), reducido años antes a exiguas
proporciones porlas dolorosas contingencias de la vida, y en las cuales tuvo no pequeña, culpa la deplorable gestión económica de los Gobiernos
españoles.
(I)
La casa solariega de los Aznar se halla en San Julián de Musques (Somorrostro).
Ese
solo hecho de la reconquista de una fortuna y de una elevada posición social
por medio de las nobles armas del trabajo, sin desmayos ni desalientos,
combatiendo con ánimo viril e incansable brazo contra la adversidad, contra la
envidia y la rutina, contra todos los enemigos naturales del hombre de mérito,
da singular relieve a la figura del “viejo Aznar”, cariñoso apelativo
que aplican al venerable industrial bilbaíno sus agradecidos paisanos.
El vapor “Septiembre”, de Aznar y Compañía.
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En
1880, cuando ya se encontraban en pleno desarrollo las fecundas iniciativas de D.
Eduardo Aznar, fundó éste la “Compañía Bilbaína de Navegac¡ón”, cuyo material
flotante hizo traer de Inglaterra, sin reparar en los enormes gastos que
suponía el abanderamiento de considerable número de buques, muchos de ellos de
1.800 toneladas, límite consentido entonces por las condiciones de la ría de
Bilbao.
Dicha
Sociedad fue el germen de las dos importantísimas flotas que hoy poseen la casa
Azar y Compañía y la Sota y Aznar que, reunidas bajo la jefatura
común del Excelentísimo Sr. D. Eduardo Aznar y de la Sota, forman una de las
más brillantes representaciones de la Marina mercante española, puesto que
cuentan con un total de 68 magníficos vapores, varios de sistema Turret y algunos,
como el Gresa, mayores de 4.000 toneladas.
Al
organizarse las Cámaras de Comercio españolas en 1886, fue designado el Sr.
Aznar para la presidencia de la Junta constitutiva de las mismas;
posteriormente trajo la representación de la inscripción marítima de Bilbao al
Congreso Naviero, celebrado hace poco en Madrid, donde propuso razonables
mejoras en la organización de nuestra Marina mercante, que, por razones que no
expondremos ahora, no han sido realizadas hasta el presente.
El año
de 1891 fue agraciado con la Gran Cruz del Mérito Naval, y hace poco, al
crearse la “Asociación de Navieros de Bilbao”, se le confirió, por unanimidad,
la presidencia honoraria de la misma, así como la del Consejo de administración
de la Sociedad “Euskalduna”, a que hemos hecho referencia anteriormente.
Trazada, aunque a grandes rasgos, por imprescindibles exigencias de
espacio, la figura del Sr. Aznar, he aquí la del futuro sucesor de esta hermosa
dinastía de trabajadores.
D. Eduardo Aznar y Tutor.
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D.
Eduardo de Aznar y Tutor, hijo del insigne personaje antes biografiado, vio la
luz primera en Bilbao en 1860.
A los
doce años de edad fue enviado a Inglaterra y Alemania, donde terminó con gran
brillantez la carrera de comercio, merced a sus excepcionales aptitudes.
Al
regreso a Bilbao, y cuando apenas contaba veinte años, se puso al frente de la
casa Aznar y Compañía, contribuyendo al rápido desenvolvimiento de la
misma la gran experiencia de las cuestiones mercantiles adquirida por el Sr.
Aznar (hijo) en sus viajes por el extranjero.
Ha sido
Diputado provincial y representante en Cortes por el distrito de Marquina,
y en la actualidad es Vicepresidente de la Cámara de Comercio de Bilbao
y Presidente de su sección de navegación, reelegido varias veces; además representa en la Junta de Obras del Puerto a los navieros
bilbainos.
Su
sueño constante ha sido siempre llegar a constituir la “Asociación de Navieros
de Bilbao” y la de navieros de España, como organismos susceptibles de poder
ser una fuerza viva en el general movimiento económico y una poderosa arma que
esgrimir en defensa de los intereses de la respetable clase que aquéllas
representan.
La
primera ha quedado definitivamente cimentada, y en cuanto a la segunda, que
habrá de llevar el nombre de “Asociación Naval Española”, quedó de hecho
fundada en Madrid hace pocos meses al celebrarse la Asamblea de la Marina mercante, siendo designado el Sr. Aznar para la presidencia.
D. Ramón de la Sota.
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No menos
interesante que las dos anteriores es la personalidad de D. Ramón de la Sota,
primo de D. Eduardo Aznar y Tutor y copartícipe en todas las empresas de la
ilustre casa de que nos ocupamos.
Nació en
Somorrostro en 1855, de familia de mayorazgos; siguió en Madrid con gran aprovechamiento
la carrera de derecho, ejerciendo luego la profesión de abogado en su país.
Posteriormente
marchó a Bilbao, dedicándose por entero al comercio, y asociándose a su primo
don Eduardo Aznar, acometieron ambos con creciente exito vastas
empresas mineras y de transportes marítimos.
De genio
emprendedor y activo, de carácter enérgico y de admirable golpe de vista
comercial, consigue invariablemente el triunfo en todos los grandes negocios
que acomete.
Examinando ahora los elementos
que tienen a su disposición estos tres selfs-mademen, elocuentes
ejemplos de lo que puede la voluntad humana cuando está dirigida por una
inteligencia poderosa, enumeraremos ante todo los buques de que se componen las
flotas Aznar y Compañía y Sota y Aznar.
De modo que
reunidas ambas Sociedades, disponen de un total de 68 vapores con 140.564 toneladas,
siendo todos ellos verdaderos modelos de cargo-boats, a fin de poder luchar
ventajosamente en los transportes con los buques similares de las demás
naciones.
Los barcos
referidos han llevado el pabellón de nuestro país a regiones donde no era
conocido hasta el presente, y efectúan constantemente su tráfico en los más
apartados puertos del globo.
El vapor “Sestao”, de la casa Sota y Aznar, en el cargadero de Salto
Caballo.
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Tenemos a la vista
la última hoja de situación de buques que publica con fecha 8 de Abril el Boletín
de la Marina Mercante, de Bilbao, y en ella encontramos a los vapores de
las Sociedades Aznar cargando trigos en los puntos más lejanos del Río de la
Plata, en el Brasil o en el Norte de América, llevando mineral a los puertos de
los Estados Unidos, embarcando madera en el Canadá, conduciendo hierro a las
ciudades del Báltico; frecuentando el mar Negro, el Danubio, el mar de Azoff,
la India y el África Austral; en una palabra, los barcos de Aznar se hallan
allí donde hay que disputar a la bandera comercial extranjera, en noble
competencia, provechos que deben refluir sobre la riqueza general de España, o
donde hay que llevar muestras de los productos españoles.
Algunos de esos
vapores son de construcción sistema Turret, que por sus condiciones
especiales se dedican principalmente al transporte de granos, minerales, etc.
Terminaremos estas
líneas indicando que la casa Sota y Aznar posee las minas de Setares y
Sierra-Alhamilla, con cargaderos en Salta Caballos, cerca de la costa, y en la
ensenada de Agua Amarga, provincia de Almería.
De los proyectados
Astilleros Euskalduna ya nos hemos ocupado en anteriores números de esta
revista, razón por la que damos por concluido nuestro trabajo, enviando nuestra
entusiasta felicitación a los Sres. Aznar (padre é hijo) y a D. Ramón de la
Sota, por la importantísima participación que vienen teniendo en el
renacimiento de la Marina mercante española.
El vapor
“Noviembre”, de la casa Aznar y Compañía, cargo-boat de 5.800 toneladas
de carga.
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Publicado el 10 de Abril de 1900 en
La Ilustración Española y Americana.
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