Altos Hornos de Vizcaya:
Cien toneladas diarias de ácido al Nervión.- 1975
Vista
aérea del cargadero de mineral de AHV.
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Cien toneladas de ácidos residuales
procedentes de la línea de decapado son vertidas cada veinticuatro horas al río
Nervión por una de las grandes empresas de nuestro país, legítimo orgullo de la
Vizcaya industrial, Altos Hornos de Vizcaya, S.A. Con esta escalofriante cifra
“colabora” la más antigua siderúrgica del país a la contaminación de los casi
muertos cauces fluviales de la provincia. El dato, increíble, lo ofrece la
propia fábrica en carta-circular que envió, ahora hace un año, a distintas
empresas dedicadas al tratamiento de aguas, cuyo texto íntegro es el siguiente:
“Disolución
procedente de nuestra línea de decapado.
Señores:
Como ustedes saben, dentro de nuestro
proceso de fabricación disponemos de una línea de decapado por medio de ácido
clorhídrico, cuya función estriba en la eliminación de la calamina existente en la superficie de las bobinas
laminadas en caliente.
El subproducto obtenido en la reacción es
una disolución de cloruro ferroso con una concentración de 330 gramos-litro y
ácido clorhídrico a 2 por 100.
Actualmente arrojamos al río unos 100 metros
cúbicos por día de esta disolución y creemos,
quizás pueda tener alguna
aplicación en el tratamiento de aguas.
Por consiguiente, les agradeceremos que nos
informen si están interesados en adquirir dicho producto, o, en caso contrario,
nos indicaran a qué tipo de empresas pudiera interesarle la compra del mismo.
Quedamos a la espera de sus noticias y,
entre tanto, nos es grato saludarles atentamente.”
Si a una sociedad con las disponibilidades
económicas de Altos Hornos – 29.414 millones de pesetas de ventas en el último
ejercicio – no parece preocuparle demasiado la contaminación fluvial, no debe
sorprendernos que en Vizcaya existan 494 empresas contaminantes de los ríos y
de ellas solamente 25 dispongan de estación depuradora.
De
la revista Muy Interesante.
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A
la espera de un decreto oficial.
Hasta hace dos años, nada se había hecho por
conocer primero y después controlar el verdadero estado de los 1.114 kilómetros
que recorren los 17 ríos vizcaínos y sus afluentes. ICONA ha concluido ahora un
importante trabajo en este sentido. Con métodos artesanales, doce guardas han
ido, con su papel de tornasol, midiendo metro a metro todos los cauces. Una a
una han quedado controladas todas las empresas y se ha levantado de cada río el
correspondiente plano, comprobando que más de doscientos kilómetros,
principalmente de los ríos Ibaizabal y Nervión son autenticas cloacas. Este
estudio, primero que se realiza en nuestro país, ha sido entregado hace pocos
días al Instituto Nacional para la Conservación de la naturaleza, de quien se
espera de a la publicidad el resumen del trabajo para que, conociendo los
índices peligrosos de la contaminación actual, se arbitren las medidas
necesarias para combatirla. Camino para la solución puede ser un decreto-ley de
la Presidencia del Gobierno análogo al que el 17 de mayo de 1973 establecía en
la vecina provincia de Guipuzcoa los límites máximos admisibles de elementos
contaminantes para sus ríos.
De todas maneras, tampoco se confía mucho en
que una nueva legislación sea la panacea a los problemas de la contaminación.
Como ejemplo de leyes incumplidas, ahí están la Orden Ministerial de Obras
Públicas del 4 de septiembre de 1959, que define el vertido de aguas
residuales, complemento al Reglamento de Policía de Aguas y sus cauces,
aprobado por dicho Ministerio en la fecha anterior del 14 de noviembre de 1958.
No es problema de legislación, sino, más
bien, de una coherente política estatal.
Desembocadura
del río Cadagua en el río Nervión.
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Conciencia
ciudadana y ayudas de la Administración.
En principio sería deseable una investigación
exhaustiva para conocer el estado real de la contaminación y las soluciones
abordables. Después, promover el diálogo empresa-administración pública para
fijar topes máximos de contaminantes permisible. En este sentido, la Diputación
Foral de Navarra puede considerarse pionera en nuestro país al crear un “Fondo
de ayudas para inversiones anti-contaminación”, con subvenciones de hasta 25
por 100 de lo que inviertan las empresas para combatir la polución atmosférica
de las aguas y del ambiente.
Asimismo, es urgente la unificación de
organismos de la Administración con autoridad sobre aguas, tanto de captación
como de vertidos. Comisaría de Aguas, ICONA, Jefaturas Provinciales de Sanidad,
Plan Nacional de Higiene y Seguridad en el Trabajo, Servicios de Aguas de los
Ayuntamientos, Comisiones de Servicios Técnicos, Comisión Delegada del Medio
Ambiente… son una muestra de organismos pertenecientes a distintos Ministerios
con funciones paralelas, que es aconsejable aunar en un solo departamento.
Sin embargo, los organismos por sí solos de
nada sirven si no hay una inversión pública en el tratamiento de las aguas
servidas y en plantas purificadoras de agua. En nuestro país tan sólo existe
una empresa particular, instalada estratégicamente en la zona más industrial
del país vasco donde una depuradora centralizada neutraliza a diario 260
toneladas de ácidos residuales de decapado, procedentes de medio centenar de
empresas, alavesas, guipuzcoanas y vizcaínas y cuyos primeros resultados han
sido haber limpiado totalmente la ría de Guernica. Puede ser el primer paso
para una toma de conciencia general, si bien aún estamos muy lejos de alcanzar
los niveles conseguidos en otras naciones, donde el mejor ejemplo puede ser el
de Inglaterra, donde han logrado depurar el Támesis y que los peces lleguen a
Londres después de doscientos años de ausencia.
El
Nervión a su paso por Portugalete.
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Publicado en 1975 en la
revista POSIBLE
Obra original
perteneciente a los fondos bibliográficos de la Fundación Sancho el Sabio
Fundazioa. (Vitoria-Gazteiz).
http://hdl.handle.net/10357/30645
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