jueves, 22 de septiembre de 2016

El porvenir Industrial de Vizcaya.- 1965

El porvenir Industrial de Vizcaya.- 1965


   Las declaraciones el Presidente de la cámara de Comercio, don Isidro Delclaux, exponiendo las líneas maestras del desenvolvimiento industrial vizcaíno y los problemas y dificultades con que se tropieza, han vuelto a poner sobre el tapete de la más palpitante actualidad un tema vital para todos los vizcaínos.

Vista nocturna de la fábrica de A.H.V. de Baracaldo.
Imagen tomada de la página “todocolección”. http://www.todocoleccion.net/
   El enorme desarrollo de Vizcaya iniciado en el siglo pasado ha colocado a nuestra provincia a la cabeza de las concentraciones fabriles de España. A la minería ha ido sucediendo la siderurgia, construcción naval, industrias transformadoras, químicas, navieras, etc. El resultado lo ha constituido el de una evidente prosperidad que nos ha colocado a la cabeza de España, juntamente con Guipúzcoa, en lo que a renta per cápita se refiere.
   En la historia industrial de Vizcaya en lo que va de siglo podrían distinguirse de una forma muy elemental y somera tres etapas:

Primera. 1900-1936 es la época del mineral de hierro, de la creación de los grandes complejos siderúrgicos, de la construcción naval, de los fabulosos negocios navieros de la postguerra de 1914.
Segunda. 1939-1959, la industria vizcaína se hace más diversificada, aparece la industria química, multitud de industrias transformadoras; esta época padeció, sin embargo, de varios defectos fundamentales. La economía española atravesó en este período dificultades especialísimas, encerrada en sí misma, con un grado de proteccionismo a ultranza y con el problema esencial de la escasez, lo que trajo consigo el estraperlo, la especulación, el cupo, la licencia y el privilegio. Muchas de las pequeñas industrias transformadoras se montaron entonces al calor de los cupos de hierro, prevalidas de unas circunstancias coyunturales tan especiales.
Tercera. 1959-1964, el impacto de las medidas estabilizadoras fue tanto mayor cuanto que no se limitó a meras restricciones, sino que supuso el final de una era de autarquía económica y de proteccionismo integral y el comienzo de una gradual liberalización de la economía.

   El anterior panorama, un tanto anárquico, con empresas claramente marginales, con una mentalidad en donde no existían en muchas ocasiones el principio de la racionalidad económica, la conciencia de los costes, la selectividad de las inversiones, ya que las circunstancias coyunturales sumamente favorables no hadan temer peligro alguno. Todo esto cambió radicalmente a partir de 1959.

   Los empresarios vizcaínos han atravesado una dura etapa en la que tienen que hacer frente a estos problemas:
1) Dura competencia interior y exterior provocada por la liberalización (a veces esta competencia ha sido desleal, en régimen de “dumping”), lo que obliga a afinar extraordinariamente en precios y calidades, producía “stocks” que no tenían salida y alarmante disminución de los márgenes de beneficios.
2) Los salarios tienden a crecer a veces más rápidamente que la productividad sin que siempre puedan repercutirse sobre los precios de los artículos.
3) La presión fiscal tiende a ser mayor.

   La restructuración de las empresas se imponía como una exigencia ineludible. Las necesidades de renovación de los equipos, de la técnica y de la organización, exigían en las grandes industrias de cabecera, enormes inversiones en un momento coyuntural extraordinariamente delicado. (Por ejemplo, en el sector siderúrgico, el más importante de nuestra provincia, la coyuntura mundial fue francamente desfavorable con una enorme sobreproducción. Afortunadamente, el signo ha cambiado en los últimos tiempos, la demanda de acero es ahora muy superior; este fenómeno se ha reflejado en nuestras factorías que no sufren en estos momentos de una competencia exterior en régimen de “dumping”, lo que les ha permitido aligerar notablemente sus “stocks”.


   El proceso de Liberalización ha sido un duro tira y afloja entre los intereses de la industria transformadora que necesitaba importar materias primas y equipo capital, lo que ha permitido incrementar grandemente su productividad, y los intereses de la industria básica, que no estaba acostumbrada a tan dura competencia, y que alegaba en su defensa varias razones:
1.º La competencia exterior desleal en régimen de “dumping”.
2.º En los casos de competencia normal usual en el comercio internacional se argumentaba que las estructuras productivas españolas no estaban en condiciones de resistirlas, porque su proceso de readaptación era largo y penoso, y además porque no basta tratar de programar un proceso de fabricación en serie con dimensiones adecuadas que se acerquen a las óptimas, si el mercado interior es estrecho, y, por lo tamo, la demanda no va a responder a la oferta.

   Las grandes empresas (muchas de las cuales han tenido que reducir y aun suprimir los dividendos a sus accionistas), sino también a las pequeñas nacidas al calor del periodo anterior. Estas empresas excesivamente atomizadas (el minifundismo es una plaga extendida tamo en el sector agrícola como en el industrial), tienen que realizar grandes esfuerzos por readaptarse, especializarse, por renovarse, muchas veces es necesaria la expansión y la fusión con otras empresas hasta alcanzar las proporciones  mínimas convenientes, pero todo esto supone una serie de dificultades y resistencias no sólo económicas sino de tipo psicológico y humano. En definitiva, en este como en otros muchos aspectos, estamos pagando el precio de los años de autarquía, vividos de espaldas a la división internacional del trabajo.

   En definitiva el que Vizcaya siga ocupando la primacía dentro del desarrollo industrial de España en unos tiempos en que las corrientes centrifugas parecen querer imponerse por doquier, depende de forma decisiva de la capacidad de los empresarios vizcaínos para adaptarse a las nuevas y cambiantes circunstancias; tarea dura la que tienen ante sí, pero en la que necesitan estar ayudados por el Estado que debe realizar enormes inversiones en infraestructura.


   En la nueva etapa del desarrollo industrial de España, las provincias vascongadas han de jugar un papel primordial (existen una serie de factores que no se improvisan y que empleando la fecunda terminología de Alfred Marshall podemos dividir en economías internas, como son las derivadas de la utilización de terrenos y edificios, de los materiales, de la maquinaria, de la mano de obra de la investigación, de la financiación, de las rentas, de la división del trabajo, etc., y las economías externas, derivadas de una mayor especialización, la de encontrar un mayor mercado, de la mejora de la mano de obra especializada, del abaratamiento de los costos de producción como consecuencia del desarrollo de otros sectores industriales, etc.). A todas estas razones hay que añadir las derivadas del perfeccionamiento del “clima” de la comunidad, lo que en definitiva pone en juego todo conjunto de variables cualitativas resumidas en el término “Innovación” y que juegan un papel decisivo en el proceso de desarrollo.

   Por ello, las regiones industrializadas gozan de la riqueza, no solamente debido a sus recursos naturales, cuanto a sus rituales de vida eminentemente dinámicos, de su espíritu empresarial, de sus  parrones de consumo, de su alto nivel educativo, una abundante formación profesional, de mayores oportunidades y por tantos otros aspectos que de ninguna forma se improvisan de la noche a la mañana. Pero el reconocer las grandes ventajas que la zona fabril del Norte de España, (donde Vizcaya en particular) poseen pura una rápida expansión no nos debe hacer olvidar los inconvenientes que hay salvar.

   El primero de ellos, depende de la clase empresarial vizcaína que como conjunto tendrá que demostrar una vez más su capacidad de maniobra y su coraje para hacer frente a las nuevas circunstancias, la honda reestructuración industrial necesaria, es una labor lenta y difícil.

   Pero para que el esfuerzo de trabajadores y empresarios fructifique  es preciso, además, remover otro tipo de obstáculos para lo cual, es preciso la colaboración del sector público. La atormentada orografía de nuestra provincia complica aun más la situación. El principal núcleo industrial, Bilbao, Baracaldo, Sestao, Basauri, etc.), se encuentra localizado en el valle del Nervión, en el que la aglomeración fabril urbana está llegando a extremos tales que la sobresaturación va a producirse en muy pocos años.

   Para que puedan darse los presupuestos de una expansión industrial  hacen falta terrenos, buenas comunicaciones, agua, etcétera. Por lo que respecta a los solares, las industrias, sobre todo las pequeñas, está en trance de estrangulamiento por la dramática escasez y los precios exorbitantes que elevan en globo los costes fijos de cualquier instalación industrial. Los problemas del agua para usos industriales es igualmente agobiante (este es un problema general de todos los países desarrollados, y como muestra tenemos la preocupación del difunto presidente Kennedy de que el agua llegase a escasear en las zonas industriales de los Estados Unidos).

Vista aérea de la desembocadura del Nervión, el Abra al fondo.
Imagen tomada de la página “todocolección”. http://www.todocoleccion.net/
   El problema de la saturación del valle del Nervión puede solucionarse de momento industrializándose rápidamente los de Asúa y de San Salvador, pero es requisito indispensable la creación de un excelente nudo de comunicaciones que haga rápido y fácil el acceso entre las distintas zonas entre sí, y esto, es algo que no se ha conseguido hasta ahora, porque para acometerlo sería necesario que el Sector Público lleve a cabo fuertes inversiones.

   El Presidente de la Cámara de Comercio, señor Delclaux, apuntó en su conferencia de prensa la idea de industrializar igualmente el valle de Guernica, dadas las excelentes condiciones naturales que dicha ría de más de diez kilómetros de longitud y la abundancia de terrenos industriales pueden proporcionar. Sin embargo, existe el grave inconveniente de las grandes obras de infraestructura precisas (canalización del río, dragado, creación de muelles, diques, etc.), así como la notable mejora a realizar de las comunicaciones de toda esa zona con el resto de la provincia, tanto por ferrocarril o por carretera (otros posibles polígonos de descongestión el Duranguesado y Plencia-Butrón).

   Para conseguir que este proyecto se transformase en realidad sería necesario una constante presión, un continuo hacerse notar ante las autoridades centrales por parte de las autoridades provinciales, organismos (tanto oficiales como privados), empresarios y opinión pública a través de los medios de información. Aun así puede parecer problemático que en momentos como los actuales en que los recursos destinados al crecimiento por parte del Sector Público son limitados y harto escasos para las enormes necesidades a cubrir a escala nacional, máxime con una política de descentralización industrial reflejada en los polos de crecimiento, parece problemático, repetimos, arrancar de los poderes centrales la realización de un proyecto tan ambicioso, que desde luego colmaría para varios decenios, los ya apremiantes problemas de la industria vizcaína.

   Pero si esta solución no se puede conseguir por el momento, el objetivo de todas las fuerzas representativas de Vizcaya debe de consistir en exponer ante el poder central, la urgente necesidad de remediar la serie de problemas que a medio y aun a corto plazo se le van a plantear a la provincia en orden a su expansión, y que si no son rápidamente solucionados amenazan con estrangular el crecimiento económico de una de las más prosperas regiones ele España.

   Uno de los factores que más decisivamente han influido en la prosperidad de Vizcaya, lo constituye la ría del Nervión, auténtica arteria del conglomerado fabril que se extiende desde Santurce hasta Galdacano. El emporio de riqueza que en lo que va de siglo se ha creado alrededor de esta vía marítima, a la vista está, no hace falta ponderarlo.

   Pero nada resultaría en estos momentos más peligroso que dormirse en los laureles y pretender vivir de las rentas y del esfuerzo de generaciones anteriores. Maravilla el trabajo realizado por nuestros abuelos que canalizaron la ría, construyeron el puerto, los diques, los rompeolas, los cargaderos y toda clase de instalaciones portuarias muy adecuadas para principios de siglo, pero que hoy en día han quedado evidentemente atrasadas.

Mapa de carreteras de Vizcaya de 1956.
   Han sido varios lustros en los que la labor realizada en la infraestructura de nuestro puerto ha sido escasa, lo que ha contribuido a su evidente descapitalización. Ahora se pretende remediar este problema y en las inversiones del Plan de Desarrollo están previstos 1.194 millones de pesetas para nuestro puerto, lo que indudablemente contribuyen a aliviar la situación. Pero, además, existe un problema de fondo de indudable gravedad. Nuestra ría y nuestro puerto está a la cabeza de los puertos de España en el tráfico de mercancías, destacando por su importancia vital, el de materias primas para las industrias de transformación, pero hay que tener en cuenta que tanto las plantas siderúrgicas, como los cargaderos de mineral y muchas de las instalaciones portuarias, así como su configuración se encuentran instalados un tanto arbitrariamente para las necesidades, ya que fueron programados hace más de medio siglo, con vistas al comercio con Inglaterra. A finales del siglo pasado los barcos ingleses que venían por mineral y que traían carbón inglés a bajo precio para aprovechar el flete, no contaban con el calado y con el tonelaje de los buques actuales.

   De esta forma, el gran problema que se presenta al área industrial del Nervión es la imposibilidad de recibir barcos de gran tonelaje (este problema se encuentra especialmente agudizado en las plantas siderúrgicas por necesitar grandes suministros de carbón y hierro para sus fundiciones).

   Tampoco pueden salir estos buques con mineral o lingote de hierro por razón del calado y porque las instalaciones de carga de mineral se encuentran demasiado anticuadas en relación con los nuevos sistemas, en que se ahorra tiempo y mano de obra. El problema puede ser atenuado aunque no solucionado totalmente mediante el dragado y ensanche de la ría, pero considerando el enorme tráfico existente resulta cada vez más difícil el movimiento de los grandes barcos que no sólo tienen que esperar las mareas, sino también se ven obligados a realizar difíciles maniobras en medio de la ría.

   ¿Cuál puede ser la solución a este problema?. ¿Reside acaso en la terminación de las obras e instalaciones del canal de Deusto?. Francamente creemos que no, más pronto o más tarde es vital acometer la tarea de construcción del puerto exterior, pues el actual, construido hace más de medio siglo se nos ha quedado pequeño.

   Pero no es el del puerto el único problema de comunicaciones que tiene Vizcaya; el de los ferrocarriles y carreteras puede alcanzar igualmente proporciones dramáticas.

   Los ferrocarriles que comunican nuestras provincias con el resto de España padecen los graves defectos estructurales heredados de generaciones pasadas de toda la red nacional. El transporte se mueve principalmente a lo largo de un reducido número de líneas de gran volumen que parten de forma radial de Madrid y conducen a las otras zonas de gran actividad económica en la periferia. Como es lógico, esta estructura crea graves problemas, ya que muchas veces deja deficientemente comunicadas entre sí a zonas de la periferia densamente pobladas y de gran actividad económica. Así no existe comunicación directa continua por ferrocarril a lo largo del Cantábrico; la comunicación directa entre el Norte y el Mediterráneo es igualmente muy defectuosa (termina prácticamente en las Vascongadas); las existentes entre la frontera francesa, Cataluña y Levante, con la región andaluza, resultan asimismo insuficientes.

   No es de extrañar, por tanto, que nuestras líneas férreas, a pesar del Plan de Modernización de la RENFE (que mejorará notablemente nuestras comunicaciones con Madrid y Barcelona) sigan con todos los viejos defectos (vía estrecha y única, material móvil anticuado, etc.), lo que transforma por ejemplo un viaje a Oviedo o a Santiago en toda una aventura.

   Parecidos problemas presentan las carreteras por la orografía tan accidentada de nuestra provincia. Así, si la progresión constante de automóviles y de vehículos industriales continúa al ritmo actual, el Gran Bilbao, cuyos problemas de ordenación urbana son ya tremendos, corre peligro de estrangulamiento, la llamada “Solución sur”, es a este respecto, de una urgencia vital ineludible.

   Pero no existe solamente el problema de los accesos por carretera a la zona de Bilbao, uno de los más difíciles entre todas las provincias españolas, y el de las comunicaciones entre los diferentes núcleos urbanos y fabriles (como muestra tenemos el tramo de Bilbao hasta Portugalete que requiere urgente ampliación y mejora), existen otros proyectos más ambiciosos, como el famoso triángulo Bilbao-Vitoria-San Sebastián, que desgraciadamente no ha pasado hasta ahora de mero proyecto, ya que en un plazo corto no lleva trazas de que sea acometido a pesar de los grandes beneficios que reportaría a toda la región.

Aeropuerto de Sondica en 1967
Imagen tomada de la página “todocolección”. http://www.todocoleccion.net/
   En cuanto a las líneas aéreas, su porvenir debe de ser brillante, dado el gran tráfico de pasajeros que da nuestra provincia, pero igualmente se precisa mejorar notablemente el aeropuerto de Sondica.

   Como resumen puede afirmarse que el futuro de Vizcaya depende de una parte no despreciable de que la mejora de nuestra infraestructura se lleve a cabo, y para ello, todas las fuerzas representativas de la provincia deben redoblar sus esfuerzos para lograrlo.

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Publicado en 1965 por Jesús Dorao Lanzagorta.

Obra original perteneciente a los fodnos bibliográficos de la Fundación Sancho el Sabio Fundazioa. (Vitoria-Gazteiz).


http://hdl.handle.net/10357/40211


domingo, 18 de septiembre de 2016

Altos Hornos de Vizcaya, S.A.- 1963

Altos Hornos de Vizcaya, S.A.- 1963

Una vista general del complejo siderúrgico "Altos Hornos de Vizcaya" de Bilbao que da una idea de su importancia y confirma la posición de liderazgo que la empresa ocupa en la economía del país.

   Altos Hornos de Vizcaya es la más dinámica y más poderosa industria de acero de España, siempre dispuesto a adoptar las técnicas y los diseños estructurales más modernos en este campo.

   Ya, a principios de siglo, la compañía se dio cuenta de la conveniencia de concentrar cuatro plantas de escasa capacidad de producción, en una instalación única a escala internacional. Muy bien situada a la entrada de Bilbao, zona industrial de consumo máximo, y al mismo tiempo, cercano a un importante  centro de producción de mineral de hierro y a poca distancia, por otra parte, de la cuenca de carbón nacional.

   Es ese momento, Altos Hornos se pone en cabeza de la producción nacional, posición que actualmente conservan, llegando a representar dos tercios de la producción total.
   Posteriormente, Altos Hornos lleva a cabo la segunda absorción de la industria del acero español del momento, la fábrica de Sagunto del Mediterráneo, lo que permite la especialización de producción en cada fábrica.

   Recientemente, y ante la creciente demanda de laminados finos, Altos Hornos ha montado en asociación con la segunda empresa española en esta especialidad, una moderna planta de tiras por laminación en frío que producen hojas delgadas de metal y hojalata electrolítica.
   Todos estos procesos estructurales de concentración, asociación y absorción, se llevaron a cabo en paralelo con las de modernización y ampliación de las existentes de acuerdo con las técnicas más avanzadas y los diseños más modernos.

   (Recuperación bajo plantas cokizadoras productos de alta presión, preparación y reducción de minerales, hornos de gran capacidad de alto nivel, convertidores de oxígeno, trenes de laminación continua y semi automático continuo con perfiles y bandas de ancho para frío y calor, etc.).

       La Producción evolucionó de la siguiente manera:
   El nivel actual de consumo de acero del país, por cabeza, prefigura una expansión de acero rápido y muy significativo en España. Expansión que Altos Hornos de Vizcaya participa con la aplicación que se exige de ella, manteniendo su preeminente posición en la economía nacional.

Muelle de mineral de la fábrica de Sestao y transportes e instalaciones para el procesamiento del mineral. 
Un tren de laminación en caliente de la fábrica de Sestao. El empleado, a la izquierda
de la foto, da una idea de las dimensiones de la unidad.

Un lingote llega al principio del laminador. Se comprime, se estira para
 convertirse en un carril, o en una viga, etc.

Hornos eléctricos como en muchas fábricas modernas. "Altos Hornos de Vizcaya", siempre ansioso por fabricar los mejores productos, los ha montado en sus plantas.

Los altos hornos de la empresa entre los mejores de Europa.
 Aquí vemos uno de los que forman la base del complejo de Bilbao.

Fábrica de Baracaldo, en esta foto se muestra una parte los muchos centros de producción acero, instalados por la firma en toda España.

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Publicado en 1963 en LA REVUE FRANCAISE DE L`ÉLLITE EUROPÉENNE.

Obra original perteneciente a los fondos bibliográficos de la Fundación Sancho el Sabio Fundazioa. (Vitoria-Gazteiz).

http://hdl.handle.net/10357/19686






domingo, 4 de septiembre de 2016

Bilbao, emplazamiento de la refinería de Petróleos del Norte de España.- 1961

Bilbao, emplazamiento de la refinería de Petróleos del Norte de España.- 1961


   El interés suscitado por el anuncio de la Refinería de Petróleos de la costa cantábrica, mueve a las entidades que suscriben esta memoria a presentarla como aportación al tema y como expresión de muchos intereses vizcaínos a los que por distintos títulos representan.

Vega y marismas de rio Barbadun, antes de la instalación de la refinería
Imagen tomada de http://turrunteroelkartea.blogspot.com.es/
   No es un localismo egoísta el que dicta estas páginas. En las esferas a que en especial van dirigidas, se sabe que si las realizaciones indus­triáles vizcaínas no se quiebran nunca en fronteras provinciales cuando implican inversiones totalmente propias, menos vamos a pretender poner límites a nuestra medida en una empresa de indiscutible proyección nacional. Por si esto no bastara para comprender el espíritu que nos anima, a la cabeza de nuestro escrito se verá estampada la más rotunda declaración de sometimiento al mayor provecho de la Nación y la línea de pensamiento más estrechamente plegada a él.
  
   Esta es la norma de nuestro trabajo, que hemos querido aligerar de frases fáciles y poco comprometidas, reduciéndolo a una argumenta­ción rigurosa avalada por cifras hasta donde es posible y sobre todo en aquellos puntos que resultan clave del problema; así será fácil a los orga­nismos que tienen poder decisorio en este asunto calibrar cuanto deci­mos; es una actitud más comprometida -esto nos obliga a reconocer desde ahora la posibilidad de errores que quisiéramos ver corregidos- ­pero demuestra que nuestro propósito no es ligero y efectista, sino que tiende a procurar la más serena y meditada reflexión del tema.

   Con independencia de las razones comparativas expuestas en el cúr­so de la presente Memoria y que conducen, por el camino del mayor in­teres nacional, a la conclusión de ser Bilbao el emplazamiento más ade­cuádo de la refinería proyectada, la relación tan importante entre petróleo e industria llevan al convencimiento de que Vizcaya necesita, en todo ca­so, una refinería. No es que hayamos puesto en primer plano las necesi­dades y conveniencias de la economía vizcaína -que a nosotros nos toca exponer especialmente- sino que éstas vienen de modo muy natural a ser un factor más a favor de la misma solución nacional. Sin esta, coincidencia -que nos excusa de valorar muy exactamente nuestros intereses y de contraponerlos a otros que ciertamente no vemos- no nos hubiéramos manifestado para pedir, que la nueva refinería de petróleos se emplace junto al Puerto de Bilbao.

EXCMA. DIPUTACION PROVINCIAL DE VIZCAYA

EXCMO. AYUNTANUENTO DE BILBAO

CAMARA OFICIAL DE COMERCIO, INDUSTRIA Y NA VEGACION
DE BILBAO

CENTRO INDUSTRIAL DE VIZCAYA

BANCO DE BILBAO

BANCO DE VIZCAYA

   Conforme con la solicitud que en este estudio se formula, por con­siderarla de interés extraordinario para la industria de Vizcaya.

EL GOBERNADOR CIVIL DE VIZCAYA

Bilbao, Julio de 1961


1.- EL INTERES NACIONAL, FACTOR UNICO PARA DECIDIR EL EMPLAZAMIENTO DE LA REFINERIA DEL NORTE DE ESPAÑA

   Aunque el interés nacional debe pesar siempre al decidir las características de cualquier realización industrial de alguna impor­tancia, ocurre generalmente que no se pone expresamente sobre el tapete pues se prefiere -precisamente en razón del mismo interés nacional, que se juzga mejor servido a la larga en un régimen de li­bertad industrial- dejar a la iniciativa privada la decisión sobre la mayor parte de los detalles de la instalación que ella ha promovido.

Plano de la superficie a ocupar por la refinería.
   No es éste el caso de la Refinería de Petróleos del Norte de España, pues todas las circunstancias que concurren en él -el me­diar un convenio. muy especial que ha sido fundamento de la auto­rización, la participación del Estado en el 52 % de la empresa, el hecho de que el comercio de petróleos esté totalmente controlado por el Estado a través de un Monopolio, el mismo interés general que este comercio de petróleos tiene, y hasta el carácter nacional de las entidades que participarán en la empresa- hacen evidente que cuanto concierne a este caso debe resolverse expresamente desde un punto de vista de interés de la Nación, y así lo manifiesta el propio Decreto de autorización reservando al Ministerio de Industria la apro­bación del emplazamiento para esta refinería.

   En función de este interés nacional -suma de los del Estado, de los participantes en la empresa, de los de CAMPSA y de los de los usuarios de productos petrolíferos- es como ha de decidirse el emplazamiento de la refinería; sin poner en juego factores que deben ser ajenos a la solución, tales como exenciones o aportaciones de cualquier entidad, que no dejarán de ser dinero aportado por algún bolsillo español. Elegida con este criterio la solución, siempre podrá el Estado -que en este caso tiene todos los medios en su mano­- repartir en justicia, entre los diversos interesados, los beneficios que la solución óptima representa respecto de cualquier otra menos buena.

   Los términos del problema para encontrar esta solución óptima son, citados de una manera exhaustiva a nuestro parecer, los si­guientes:

- Costo de instalación de la refinería.
- Costo de explotación de la misma.
- Costo de distribución de los productos.
- Efectos de la refinería en los usuarios de productos.
- Efectos de política industrial que la refinería puede producir.

   Los tres primeros se pueden reducir, con más o menos dificultad y precisión, a cifras. Los dos restantes no, pero a la luz de los números que se deduzcan para los anteriores, trataremos de valorarlos.

De acuerdo con este planteamiento pasaremos en lo que sigue revista -de una manera somera, porque otra cosa no es posible y tampoco necesaria- a diversos aspectos de la instalación y explo­tación. A continuación hemos de estudiar la distribución de produc­tos, con mayor detenimiento, pues veremos que resulta éste el punto fundamental para tomar una decisión.

   Consideramos después la influencia que la refinería puede tener en la industria de Bilbao y su zona. Más adelante estudiamos el as­pecto de política industrial que puede encerrar la refinería, para ter­minar con un resumen que, reuniendo los cinco términos en que se descompone el problema, nos lleve a una conclusión.

2.- LA INSTALACION y LA EXPLOTACION

   Dedicamos este apartado a analizar diversas instalaciones que afectan a la refinería (puerto, emplazamiento, terreno, oleoducto, etc.) y cuyo presupuesto puede quedar influido por el emplazamiento que se elija. De ninguna manera pretendemos señalar valores exactos, entre otras razones porque las soluciones concretas exigirán estudios hechos con mejor conocimiento y más tiempo, y sobre todo porque no conocemos con la debida exactitud los datos que corresponden a otros lugares distintos de Bilbao.

   Nuestra pretensión se reduce a señalar las ventajas e inconve­nientes que se presentan, y en su caso el orden de importancia de los respectivos presupuestos, para deducir de aquí, también en cifras de orden, las diferencias que pueden aparecer según la localización.

   Con la misma idea nos referiremos en ocasiones a costos de ex­plotación, siempre de una manera muy superficial pues como hemos de ver las diferencias son en todo caso despreciables.


El emplazamiento

   El previsto en Bilbao se señala en el adjunto PLANO Nº1, donde puede verse que queda a una distancia de 20 km. de Bilbao y 10 de Baracaldo.

PLANO Nº1
   Anotemos en primer lugar, porque es importantísimo, que estos terrenos quedan dentro de una zona netamente industrial, por lo que el emplazamiento de la refinería en ellos no produce extorsión de ningún género; rodeados de montañas y lindando por el Sur con una amplia zona minera, las emanaciones que puedan producirse no oca­sionarán molestias en núcleos importantes de población. Por el Norte terminan en marismas, en la playa y en el mar, de modo que las evacuaciones pueden conseguirse con la máxima facilidad.

   Al Sur lindan con la carretera de Santander a Bilbao en su actual trazado, y a continuación viene el poblado de El Crucero, del Ayun­tamiento de Musques, cuyo Municipio tiene 5.000 habitantes; esta circunstancia convierte a los terrenos en ideales, pues sin dejar de ser eminentemente industriales quedan en la proximidad de un pe­queño núcleo de población.

   Hemos de insistir en la trascendencia del carácter industrial de nuestro emplazamiento, pues sabemos que otros que se han tomado en cuenta ofrecen en este aspecto características bien distintas, que si pueden no tener importancia a la hora de realizar el estudio eco­nómico de la refinería, la tienen extraordinaria si con humos, olores o evacuaciones se causan molestias en zonas de turismo, recreo o pesca. Recordamos a este propósito que en alguna de esas zonas se han visto frenados definitivamente proyectos industriales importan­tes, por consideraciones de este tipo.

   En cuanto a comunicaciones este emplazamiento es excepcional, como puede verse en el Plano Nº 4. Sobre todo es de ex­traordinaria importancia el que, dentro de los propios terrenos elegi­dos, queda la Estación de San Julián de Musques, terminal de la línea de Triano (Renfe), que a través de Olaveaga uniría la refinería con toda la red nacional. Este ferrocarril de Triano, hoy electrifi­cado, se construyó para atender el movimiento de las minas de hierro de esta zona, y habiendo disminuido mucho la actividad en éstas, queda hoy muy descargado de tráfico de manera que estaría prácti­camente a la disposición de la refinería. Aunque se trate de un pro­yecto a plazo no definido, conviene decir que en los planes del «Gran Bilbao» se prevé el unir en forma de lazo esta estación de San Julián con la de Santurce en la línea de 'Bilbao a Portugalete, como puede apreciarse en el Plano Nº 4; este enlace produciría una extraordinaria facilidad de movimiento en la refinería.

   Esta notable ventaja -por el ferrocarril de Triano expediría directamente la refinería de Bilbao el 25 % de su producción- no se da en ningún otro emplazamiento. Parece que en Santander sería necesario construir 8 km. de línea férrea, cuyo presupuesto puede ser del orden de 30/35 millones de pesetas, y 1,5 km. al menos en otros lugares.

* * *

   Las comunicaciones por carretera son en Bilbao excelentes. Como decíamos, el terreno queda limitado por la general de Bilbao a San­tander en su trazado actual, y un proyecto que se realizará en plazo breve (PLANO Nº4) mejora todavía la posición pues los terrenos elegidos limitan precisamente con ese trazado.

PLANO Nº4
   El emplazamiento enlaza por carretera con el puerto de San­turce por dos vías, que pueden verse en el PLANO Nº 4. Una interior, en parte la propia carretera general Bilbao-Santander; otra exterior, próxima al mar y que sería casi exclusivamente utilizada por la refi­nería pues hoy carece de tráfico. La distancia por cualquiera de los dos trayectos es de 9 km.

   Puede observarse en el Plano a que venimos refiriéndonos, que los terrenos quedan circunvalados por estas carreteras y otra se­cundaria.


El puerto

   El PLANO Nº2 es una reproducción del que trazó en 1902 el ingeniero constructor del puerto de Bilbao, D. Evaristo de Churruca. En él puede verse que en una amplia zona del puerto exterior pró­xima al rompeolas, que es la indicada para recibir petroleros, el ca­lado resulta, en una extensión suficiente, superior a 12 y 13 metros respecto a la baja mar equinoccial. Además se sabe por trabajos de la época de la construcción, que la roca está a no menos de 2 metros por debajo de aquella cota, y efectivamente, el rompeolas está cimen­tado a 15 metros de la bajamar equinoccial. El puerto de Bilbao tiene, por tanto, calado claramente suficiente para la entrada de bu­ques petroleros de hasta 40.000 Tm., cuyo calado oscila entre 10,8 y 11,5 metros, y sobre el cual basta un margen de seguridad de medio metro, máxime teniendo en cuenta que los fondos son de fango.

PLANO Nº2
   Los calados actuales del puerto de Bilbao son un poco inferiores a los que aparecen en el Plano de Churruca, pues naturalmente a lo largo de 60 años se han ido depositando fangos. Un cálculo hecho recientemente, basado en sondeos también recientes, indica que para restituir al puerto los calados que tenía en 1902 sería necesario dragar en fango 1.300.000 m3, que al precio, bien conocido, de 25 pesetas el metro cúbico, representa para este trabajo un costo de 32.500.000 pesetas. Evidentemente esta operación no debe computarse como un costo más de la instalación de la refinería, pues es una labor normal y necesaria en el puerto, que sin duda se haría con cargo a los fondos de donde habitualmente se nutren los trabajos que en él se hacen.
   Fuera de duda, como vemos, las posibilidades del puerto de Bil­bao en cuanto a calado, queda por analizar brevemente la forma en que se haría la descarga del crudo con buques de 40.000 toneladas. No es éste lugar para decidir de una manera tajante este punto, pero sí cabe decir que hay varias soluciones y todas buenas.
Si se quiere hacer totalmente cómoda la operación de descarga atracando a muelle, cabe mejorar las posibilidades que ofrece el actual de petroleros sustituyéndolo por otro, paralelo a él y más separado del muelle Reina Victoria, que tenga una longitud de 300 metros al menos. Es una obra que carece de dificultades, y no sería sino una parte del plan general de ampliación del Puerto de Bilbao a que en seguida nos hemos de referir; su presupuesto es del orden de 100 mi­llones de pesetas.

   Otra solución, perfectamente viable, plenamente experimentada y ya muy extendida en diversos lugares, es la colocación en el puer­to exterior de una boya especial de descarga, por ejemplo del siste­ma IMODCO, a la cual el petrolero amarra de popa quedando normalmente anclado en proa y así inmovilizado; aunque con la posibilidad de, en circunstancias excepcionales de viento, soltar el anclaje de proa para ponerse en la dirección del viento y reducir su efecto. Es una solución perfectamente estudiada y aplicada en mu­chos otros lugares; creemos que la propia sociedad “Ohio” utiliza ésta u otra similar en Sirte, además en mar abierta. Hay que decir que las ocasiones en que convendría dejar el buque a la gira (ocu­pando alguna extensión del puerto), serían excepcionales: aquellas en que coincidiera la presencia en puerto de un gran petrolero (40 días al año como máximo) con un fuerte temporal (15 días al año en Bilbao), es decir una o dos veces por año; días éstos de muy poco tráfico en el puerto exterior, de manera que este modo de operar no crea ningún inconveniente, según opinión de los técnicos. Una boya IMODCO adecuada para buques de 40.000 Tm. tiene un diá­metro de 10 metros y su presupuesto, incluyendo todas las insta­laciones de señalización, seguridad, etc., es de 15 millones de pesetas; la capacidad de descarga a través de esta boya sería de 1.500 tone­ladas por hora, perfectamente suficiente.

   Como queremos exponer soluciones eminentemente realistas y a plazo corto, hemos dejado para el final el hablar del proyecto de am­pliación que se ha estudiado en el puerto de Bilbao y que se repre­senta en el PLANO Nº3. Con la realización de este proyecto, o sólo de una parte, las posibilidades de nuestro puerto aumentarían de modo extraordinario.

PLANO Nº3
   En resumen, el puerto de Bilbao es perfectamente apto para recibir petroleros de 40.000 Tm.; y, por tanto, desde este punto de vista no se puede hacer ninguna objeción a Bilbao como emplaza­miento de la refinería. Se ha escrito que la proyectada en Puerto­llano se surtirá de crudo desde el puerto de Málaga que, según esa información, no es capaz de momento para dar entrada a buques de más de 10.000 toneladas.

   De las inversiones a hacer en el puerto de Bilbao, por cierto nada impresionantes, sólo ha de imputarse a la refinería el costo de la boya -15 millones de pesetas- supuesto que se adopte esta solución. Las restantes (suponemos que en otros puertos algunas serán también precisas) son normales y necesarias para el desarrollo de un puerto tan importante como el de Bilbao. Tal vez no ocurre otro tanto con la cuantiosa suma que sería preciso gastar en San­tander, expresamente destinada para recibir a petroleros, y que según nuestras noticias proporcionaría un calado de tan sólo 11 metros y entrada a buques de 28.000 toneladas como máximo.

   Hemos de terminar diciendo, para eliminar confusiones muy fre­cuentes, que el gran tráfico comercial del puerto de Bilbao tiene lugar en los muelles de su Ría, de manera que el puerto exterior queda muy descargado de movimiento y ningún inconveniente hay en incre­mentarlo con el tráfico petrolero.


El oleoducto

   El oleoducto que uniría el puerto de Santurce con la refinería es susceptible de realizarse según distintos trazados cuyo análisis detallado corresponde a otro momento; pero probablemente el más aconsejable es aproximadamente alguno de los dos que se represen­tan en el PLANO Nº 4. Nos fijamos preferentemente en el que tiene una longitud total de 6.200 metros, de los cuales 2.420 en tres ga­lerías de 850, 470 Y 1.100 metros.

   Las tuberías necesarias -también distintas según la disposición y volumen del campo de tanques, la velocidad de descarga que se desee y otras circunstancias- parece que pueden ser éstas:

-Tubería de 12" para descarga de crudo.
-Tubería de 8" para retorno de gasolinas.
-Tubería de 8" para retorno de petróleo.
-Tubería de 8” para retorno de gas-oíl.
-Tubería de 10" para retorno de fuel-oíl.

   Un avance de presupuesto de tal oleoducto -prescindiendo del campo de tanques, instalación de bombas, etc., en todo lo cual no puede haber diferencias importantes de una a otra localización- puede ser de este orden:

2,5 km. de galería de 2 X 2,50 m. de sección a 4.000 pe­setas m.l. ..................... 10,0 mill.
6,2 km. de tubería de 12" a 1.620 ptas. m. 1. ……………………………………………………….. 10,0 mill.
18,6 km. de tubería de 8" a 1.000 ptas. m. 1. ……………………………………………………….. 18,6 mill.
 6,2 km. de tubería de 10" a 1.320 ptas. m. 1. ……………………………………………………….   8,2 mill.
                                                                                                          --------------
                                                                                                                46,8 mill.

   No pretendemos que esta cifra de 47 millones sea la realidad del costo, que por todas aquellas variantes que quedan por estudiar, podría alterarse bastante. Pero sí creemos que sobre un costo de oleoducto de 50, 60 ó 70 millones de pesetas, la posible economía en otro emplazamiento tiene un límite muy moderado. Hay alguno en el cual si la longitud es de 5 km., ha de atravesar una zona de pobla­ción, por lo que imaginamos que el costo tiene que ser más elevado; y si se ha pensado en otro trazado, no será más corto. En definitiva de haber alguna fórmula de oleoducto más económica que en Bilbao, lo cual es muy dudoso, no parece posible que el ahorro sea superior a 5, o si se quiere 10 millones de pesetas.

   El costo anual de transporte por el oleoducto no es una cifra importante:

400 Kw X 900 horas al año = 360.000 kWh/año, para trans­porte de crudo.

   Considerando que retorna por el oleoducto la mitad de la pro­ducción (en Bilbao sería menos, y en Coruña mucho más) se con­sumirían al año 540.000 kWh, cuyo valor es del orden de 350.000 pe­setas. Está claro que sobre esta cantidad las diferencias en uno u otro punto no pueden ser muy importantes, pero creemos que serían a favor de Bilbao pues, por ejemplo, el desnivel en Coruña no es despreciable (86 m.), y el volumen de retorno en Bilbao sería la mitad que en cualquier otro puerto.


El campo de tanques

   Aunque no sabemos que se haya decidido -para el caso de em­plazar la refinería en Bilbao- la disposición del campo de tanques de crudo, el cual puede tener varias soluciones de localización (por ejemplo al Oeste del monte Serantes) que influirían igualmente en las características del oleoducto y en las de la estación de bombeo, los técnicos de “Ohio” han manifestado la necesidad de disponer de una superficie de 750 X 100 m. para emplazar este campo junto a la carretera que va de Santurce a Ciérvana, como se indica en el PLANO Nº4.

   Podemos decir que esta superficie se podría conseguir sin difi­cultad y sin que quedara sometida a ninguna servidumbre ni limi­tación de empleo, pues la entidad «Gran Bilbao» la tiene clasificada como “Zona de reserva portuaria”.

   En cambio parece que en alguna otra localidad el campo de tanques se situaría en terrenos ganados al mar a un precio altísimo, cuyo costo debe indiscutiblemente considerarse como carga de la refinería aun cuando por tomarlos en arriendo o con cualquier otra fórmula, no figurasen en el presupuesto de instalación.


El terreno

   En el PLANO Nº5 aparecen los terrenos previstos para el empla­zamiento. Una zona completamente horizontal ocupa una extensión de 51 Ha. y fue adquirida ya hace algún tiempo precisamente para establecer una refinería; otras partes llanas y a media ladera suave (129 Ha. aproximadamente), se pueden adquirir inmediatamente; sin dificultad es posible conseguir más superficie hasta rebasar muy am­pliamente las 200 Ha.

PLANO Nº5
   Puesto que la extensión necesaria se ha fijado, previendo amplia­ciones, en 125 Ha. -probablemente con gran holgura, pues CEPSA, en Tenerife, con 3.600.000 tons. de capacidad de tratamiento ocupa, según creemos, 70 Ha. y tiene 15 en reserva- la superficie de que se dispone es suficiente con creces; aun contando con que la Petro­química de “Dow-Unquinesa”, que ha de establecerse en esta misma zona, necesita 50 Ha. pensando en ampliaciones.

   Algunas partes bajas del terreno requieren una preparación para conseguir su saneamiento, pues ahora quedan artificialmente encajo­nadas entre la carretera y la falda del monte y carecen de evacuación del agua de lluvia que las encharca. La total solución se consigue con la limpieza y encauzamiento del arroyo “Cotorrio” (cegado ahora por aportaciones de polvo de mineral de muchos años atrás) cuyas obras tienen un presupuesto del orden de 12 millones de pesetas; y con el relleno de las partes más bajas en una altura que, como término medio en las zonas que lo necesitan, no será superior a un metro.

   En cuanto a la naturaleza del terreno para cimentar, se han hecho dos series de sondeos; la primera previa a la adquisición, y la segunda, más detallada, ha sido llevada a cabo por la empresa especialista KRONSA. A continuación damos en el Cuadro 1 los resultados obtenidos, señalándose en el PLANO Nº5 los puntos corres­pondientes. Hay que destacar que los sondeos se han llevado a cabo en las zonas más bajas y de características peores, según en el mismo plano puede apreciarse, pues hay otras importantes extensiones más elevadas donde el terreno será absolutamente bueno. Puede verse en la hoja de resultados que en toda la superficie es posible cimentar en condiciones que hoy no pueden considerarse anormales. Sobre terrenos de características muy inferiores está construida toda la importantísima industria situada en la Ría de Bilbao: “Altos Hornos de Vizcaya”, “Constructora Naval”, “Babcock & Wilcox”, “Dow­Unquinesa”, etc., sin que nunca se haya tenido el menor reparo en establecer allí estas industrias ni en continuar también allí mismo sus ampliaciones.

   Todas estas observaciones a nuestro terreno desaparecen si se considera el precio de adquisición, que naturalmente y como ocurre siempre, es función de esas mismas características. La importante superficie ya comprada ha resultado a un precio inferior a 2,50 pe­setas/p2, y puede decirse que el precio medio de la total extensión no excederá de las 4 ptas./p2. Partiendo de esta cifra cabe determinar aproximadamente el precio de los terrenos transformados imaginaria­mente en otros de características óptimas, y esto se consigue su­mando a las 4 pesetas del precio de compra el importe de encauza­miento del arroyo «Cotorrio», el del relleno y el sobrecosto de las cimentaciones.

   Los 12 millones de pesetas del primer concepto, referidos a 175 Ha. (Refinería y Dow-Unquinesa) representan una carga de 0,54 ptas./p2. Calculado el relleno a un costo de 28 ptas./m3 (probable­mente sería inferior, dada la gran extensión y la posibilidad de apro­vechar el movimiento de tierras de zonas más altas), repercute en 2 ptas./p2; pero como evidentemente no todo el terreno necesita rellanarse porque hay zonas elevadas, porque los edificios podrían cons­truirse con sótanos utilizables, y porque la superficie no empleada en la primera fase se puede ir elevando paulatinamente con apor­taciones que nunca faltan, es muy suficiente contar con un costo de relleno de 1 pta./p2.

   Más difícil es estimar el sobrecosto de las cimentaciones, pues desconocemos el detalle de las construcciones a realizar, aunque sa­bemos por ejemplo que los tanques producen cargas del orden de 1 a 1,5 kgs/cm2 y que una instalación de Platforming pesa 2.000 toneladas y afecta a una superficie de 2.800 m2 produciendo por tan­to una carga específica de 0,07 kgs/cm2, que es extraordinariamen­te baja. Con todo esto, y conociendo que en una refinería puede ser normal ocupar un 15 % de la superficie con instalaciones de producción, un 35 % con tanques, y el 50 % restante con patios, calles y zonas de seguridad; teniendo en cuenta también que hay zonas de terreno absolutamente bueno en las que se podrían loca­lizar las instalaciones de más carga, hemos estimado que el sobre­costo de las cimentaciones se cubriría con 20 millones de pesetas. Cantidad ampliamente suficiente pues en una refinería cuya inversión es del orden de 1.000 millones de pesetas, las edificaciones no representarán probablemente más de 200 millones de pesetas, para cuyo total 20 millones, que es el 10 %, dan mucho de sí. Repartidos estos 20 millones sobre 100 hectáreas nada más, la repercusión sobre 1 pie cuadrado de terreno no llega a 1,50 pesetas.

El Puerto Exterior. Se distingue la Factoría de CAMPSA en Santurce, ahora en ampliación.
   Sumando a las 4 pesetas del precio de compra estos tres con­ceptos, llegamos a un precio virtual para el terreno, supuesto ya de condiciones óptimas, inferior a 7 ptas./p2, o a 96 ptas./m2. Precio francamente aceptable, que dudamos pueda mejorarse en otros em­plazamientos.

   Tenemos la convicción de haber exagerado todos nuestros cálculos pues:

   -Estamos comparando con un terreno ideal, cuando parece que en otros lugares también hacen falta movimientos de tierra importantes.

   -Según nuestra idea, en la primera etapa de la refinería, y aun en la segunda y tercera, no se emplearían más de 90 Ha. tomadas (aproximadamente) 50 en la zona Este de la parte lla­na, y 40 en la más elevada al SE de la extensión considerada. Estas últimas son de terreno bueno y se situarían en ellas los tanques, más pesados, sin gasto suplementario en cimentacio­nes. Las primeras, de terreno peor (aunque sólo en parte), albergarían las instalaciones de fabricación, que por ser muy ligeras se cimentarían con un sobrecosto despreciable.


CUADRO 1

Resultados de sondeos

                                                    Resumen del resultado


Serie 1ª

  I.              8,50 a 11m.-Arena con poco fango.
                    11 a 16 m. (fin sondeo).- Arena fina sin fango, apta para cimentar.

 II.             4,50 a 14 m. (fin sondeo).- Arena fina gris sin fango, apta        para cimentar.

III.              5,50 a 6,50 m.-Arcilla dura, apta para cimentar.
                   6,50 a 7,50 m.- Cayuela blanda.
                   7,50 a 8 m. (fin sondeo).- Cayuela dura.

IV.               4,50 a 5,50 m.- Arcilla dura, apta para cimentar.
                   5,50 a 6,50 m.-Cayuela blanda.
                   6,50 a 7 m.(fin).-Cayuela dura.
        

V.                  12 a 15 m.- Arcilla dura, apta para cimentar.
                     15 a 15,5 m. (fin).- Cayuela blanda.


VI.            11, 50 a 15 m.- Arcilla amarilla dura, apta para cimentar.
                15 m. (fin).-Cayuela.
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                                                      Resumen del resultado

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Serie 2ª


I-S               0,80 a 4,85.-Arcilla
                    4,85 a 6,85.- Limos arcillosos.
                    6,85 a 7,05.- Arenas duras.
                    7,09 a 9.- Arenas.
                         9 a 9,40 (fin). -Arcillas limosas.


2-S                    0 a 5,10.- Limos arcillosos.
                     5,10 a 10,80.- Limos arcillosos alternando con arenas limosas.
                   10,80 a 15,10.- Arenas limosas.
                  15,10 a 16,40.- Arcillas con cayuela.
                  16,40 a 18,70 (fin).- Cayuela.


3-S                    0 a 4,40.- Arcillas.
                     4,40 a 11,40.- Limos arcillosos.
                   11,40 a 12,05.- Arenas limosas.
                   12,05 a 15.- Arenas limosas grises.
                        15 a 16,20.- Arcillas limosas.
                    16,20 a 19,60.- Arcillas con margas arcillosas.
                    19,60 a 21,25 (fin).- Cayuela.


4-S                     0 a 7,80.- Arcillas.
                      7,80 a 11,10.- Arenas limosas grises.
                    11,10 a 12.- Arcillas limosas.
                         12 a 18,20.- Arenas.
                     18,20 a 20,40 (fin).- Cayuela.
       

5-S                      0 a 7,70.- Arcillas.
                       7,70 a 11,15.-Árenas limosas grises.
                     11,15 a 12.- Arcillas limosas.
                          12 a 20.- Arenas y arenas limosas.
                          20 a 21 (fin).- Margas arcillosas.

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El agua

   El agua necesaria para refrigeración sería, como seguramente en otros emplazamientos, tomada del mar. La solución podría ser la dibujada en el PLANO Nº4, con una longitud de 2,5 km. probable­mente no hay diferencias sensibles con las soluciones de otros lugares.

   La necesidad de agua dulce se ha estimado en 15 litros/segundo para la capacidad primitiva, y en un total de 50 litros/segundo en previsión de ampliaciones. De este caudal se dispone con seguridad plena y en exceso, mediante una toma sobre el río Mayor o Goritza a 10,4 km. del emplazamiento de la refinería, en el lugar que se señala en el PLANO Nº1. “Dow-Unquinesa” ha solicitado la concesión de 200 litros/segundo redactando el oportuno proyecto, con una presa de 24 metros de altura, afectando a una cuenca de 28 km2, y que proporciona un embalse de 1.750.000 m3 útiles, los cuales aseguran ampliamente un caudal permanente de 200 litros/segundo; después de presentado el proyecto se ha cumplido ya el plazo que se concede para impugnar o mejorar la solicitud.

Vista del emplazamiento desde San Juan de Somorrostro.
   Las necesidades de “Dow-Unquinesa” para su primera etapa se estiman en 80 litros/segundo y aún cuando para futuras ampliaciones desearía contar con un caudal de 200 litros/segundo, está de acuerdo en ceder a la refinería su necesidad actual y las futuras hasta 50 litros/seg. al menos, pero tampoco hay ninguna dificultad en aumentar el caudal de la toma mediante un ligero recrecimiento de presa sobre lo proyectado, hasta conseguir 250 litros/segundo y aún más.
   El presupuesto de esta traída de agua es de 25 millones de pe­setas, que naturalmente sería compartido entre “Dow-Unquinesa” y la Refinería en la forma que se decidiera, siendo, por tanto, el costo para la segunda entidad solamente una fracción de aquella cifra, por ejemplo 6 millones de pesetas.
   Parece ser que en Coruña la toma de agua se haría a 7 km. del emplazamiento, y en Santander a 5 km., sin que conozcamos los caudales posibles en uno u otro lugar. La mayor distancia de la traída de Bilbao se compensa ampliamente, a efectos de costo, por participar “Dow-Unquinesa” en el presupuesto.


La energía eléctrica

   La potencia instalada en la refinería se ha estimado en 4.000 k W; teniendo en cuenta que parte de las instalaciones funcionarán per­manentemente, pero otras muy importantes como bombas, etc., ten­drán una utilización bastante baja, puede calcularse que el consumo de energía estará entre 10 y 12 millones de kWh. al año. En el mer­cado eléctrico de la zona, este consumo resulta modestísimo pues la red de alimentación está prevista para la gran industria con consu­mos de mucha mayor importancia.

   La alimentación a la refinería se haría, como en otros servi­cios, conjuntamente con “Dow Unquinesa”, que ha solicitado ya de “Iberduero” suministro para 8.000 kVA instalados. De la línea a 138 kV de doble circuito que parte de la subestación de Alonsótegui para suministrar en Galindo a “Babcok & Wilcox”, una deriva­ción de longitud aproximada de 8 km. serviría a la refinería y a la petroquímica, construyéndose para ambas una subestación con­junta de la que saldría la alimentación a cada factoría en líneas de 30 kV.

El coste de este ramal a 138 kV sería, para doble circuito, de 5,6 millones de pesetas, de los cuales correspondería a la refinería un tercio. La subestación de transformación es un problema común, cualquiera que sea el lugar de emplazamiento de la refinería, pero el hecho de tenerla en comunidad con “Dow Unquinesa” reportaría una importante ventaja económica.

   Desde el punto de vista de seguridad de suministro, hemos de señalar que la sub estación de “Iberduero” en Alonsótegui es una de las más importantes de España, ligada a la red nacional con línea de 220 kV, a la Central Térmica de Burceña con 2 líneas de 138 kV, a la subestación de Basauri con 2 líneas de 138 kV, estando esta subes­tación a su vez ligada a la red nacional de 220 kV. La seguridad de suministro, por lo tanto, es máxima e inmejorable en compara­ción con cualquier otro emplazamiento en el Norte de España.


La Instalación petrolífera en el puerto

   Bilbao presenta sobre cualquier otro puerto del Cantábrico una notable ventaja para realizar el tráfico de cabotaje, gracias a que es el único puerto de España que tiene dársena petrolífera y ya perfectamente preparada para barcos de hasta 15.000 Toneladas.

   Las instalaciones que CAMPSA tiene en el puerto de Bilbao (almacenamiento, transvase, calefacción y demás tratamientos de los productos), repartidas en sus dos factorías de Santurce (actualmente en curso de ampliación) y Zorroza, son notablemente más completas e importantes que cualquier otra del Norte de España.

   Se ha estimado que por este concepto el establecimiento de la refinería en Bilbao supondría un ahorro de más de 100 millones de pesetas respecto de cualquier otra localización.


El auxilio de la industria vizcaína a la refinería

   Supone una ventaja seguramente digna de tenerse en cuenta la asistencia que la refinería podría recibir en el período de su cons­trucción de la importante industria vizcaína situada en apretado núcleo a 10 ó 15 km. del emplazamiento. Industria completísima, dispuesta a suministrar todo tipo de elementos como estructuras metálicas, tanques, tuberías, y aparatos y productos de todo género. No será despreciable el apoyo de las magníficas instalaciones del puerto de Bilbao, que cuenta, por ejemplo, con grúa flotante de 100 toneladas.

   Estas mismas ventajas continuarán en las etapas de la explo­tación, cuando la refinería precise reparaciones en su equipo, en vagones-cisterna, etc., que nuestra industria pesada puede atender.

   La zona de Bilbao puede proporcionar en uno y otro período mano de obra preparada, en todas las escalas.

Vista del emplazamiento desde Pucheta.
Resumen de las diferencias en la instalación

   Dejando de lado las ventajas, difíciles de valorar, que reúne Bilbao por el carácter netamente industrial del emplazamiento que ofrece y por la colaboración que su importante industria puede apor­tar a la refinería, conviene resumir las diferencias de presupuesto que en los puntos anteriores hemos citado para llegar a una cifra más o menos aproximada que represente la separación en costo de instalación que pueda haber entre Bilbao y cualquier otro lugar:

     - En acondicionamiento de Puerto puede contarse en contra de Bilbao, en comparación con un emplazamiento ideal, los 15 millones de pesetas que costaría, la boya de descarga si se decide colocarla. Otros trabajos a realizar (dragado, y en su caso construcción de un nuevo muelle) entran dentro del normal desarrollo del puerto tal y como está proyectado, y no deben considerarse como carga de la refinería; no ocurre lo mismo probablemente con las obras importantísimas que habría que realizar en algún. otro puerto.

- En oleoducto lo probable es que la solución más económica sea la de Bilbao, pero de cualquier manera en otro empla­zamiento no se encontraría nunca una economía superior a los 5 ó 10 millones de pesetas.

    - Los terrenos, incluyendo en su precio los trabajos para equi­pararlos a otros de características óptimas, son, casi con se­guridad, más baratos en Bilbao que en cualquier otro lugar; pero también cualquier error que hubiéramos sufrido en nues­tras estimaciones se cubriría con una cantidad del orden de 10 millones de pesetas.

    - Igualmente la traída de agua dulce para la refinería debe resultar más barata que en otra parte; pero otra vez apurare­mos la previsión estimando un mayor costo de 5 millones de pesetas para Bilbao, que sólo ocurriría si en algún lugar se tuviera a costo cero.

   Como todas las cifras que acabamos de indicar son valores extre­mos y es absolutamente improbable que en la realidad todos esos máximos se presenten, y que coincidan además en un mismo emplaza­miento en competencia con Bilbao, nos parece muy razonable pensar que la reunión de todos ellos arroje en el peor de los casos una dife­rencia en contra de Bilbao de 25 millones de pesetas.

   Frente a esto están las realidades, a favor de Bilbao, de una economía en la construcción de ferrocarril que puede oscilar entre 10 y 40 millones de pesetas según el emplazamiento en competencia; y de otra cifrada en más de 100 millones de pesetas por ahorro en ins­talaciones petrolíferas portuarias. Seguramente, también menor costo de línea eléctrica y subestación de transformación.

   En resumen, puede decirse que la construcción de la refinería en Bilbao será más económica, respecto a cualquier otro emplaza­miento, en 90 millones de pesetas como mínimo; tal vez en 150 mi­llones y aún en más, pues en el curso de los cálculos hemos acu­mulado los supuestos más desfavorables para Bilbao.
 
   Cuando al final de nuestro estudio reunamos esta economía con la que vamos a deducir derivada de la distribución de productos, consideraremos como ahorro por instalación en Bilbao la cifra redonda de 100 millones de pesetas.

Vista del emplazamiento desde Cardedo.
3.- LA DISTRIBUCION DE PRODUCTOS DE LA REFINERIA

   Sin duda el costo de distribución de los productos de la refinería ha de ser decisivo para elegir emplazamiento. Por esto, y aun cuando resulta evidente la ventaja de Bilbao desde este punto de vista, hemos querido analizarlo con mayor detalle.

   Para ello consideramos toda la zona del Norte de España (son 21 provincias) cuyo suministro quedaría afectado por el emplaza­miento de esta refinería en cualquiera de los puertos del Cantábrico, y analizamos sucesivamente la distribución que se haría suponiendo la refinería localizada en Bilbao, en Santander o en Coruña, punto este último que evidentemente representa bien cualquier otra solu­ción dentro de Galicia. Para cada uno de estos tres supuestos estu­diamos la distribución en toda la zona con las siguientes bases:

      1°- Partiendo (CUADRO 2) de los consumos de diversos productos habidos en cada provincia en 1960 (año por cierto de consumos relativamente bajos, especialmente en la zona de Bilbao), estimamos los que pueden presentarse en 1965, que será probablemente el primer año en que la refinería funcione a lo largo de todo el ejercicio. Para esto, incrementamos los con­sumos de 1960 en cada producto y provincia en un 50 %, que corresponde a un incremento anual acumulativo del 8 %. Sa­bemos que este coeficiente de incremento (que nos parece muy razonable, pues en años anteriores se ha rebasado con amplitud), no se presentará uniformemente en todos los productos sino que con toda probabilidad será mucho más alto en fuel-oíl que en gasolinas, pero esta inexactitud conocida perjudica a Bilbao, pues es en la distribución de productos pesados donde apa­recen diferencias de costo entre uno y otro emplazamiento. Sa­bemos también que el crecimiento no será uniforme en todo el Norte de la Península, y el no tenerlo en cuenta viene otra vez a perjudicar a Bilbao, ya que es evidente que el incremento ha de ser mucho más rápido en nuestra zona, donde los pro­ductos tienen una utilización industrial por cierto hoy sometida a restricciones, que en la gallega, sin restricciones apenas y con empleo en pesca y otros usos de desarrollo más lento; por de pronto el incremento entre 1950 y 1960 fue en nuestra zona del 232 %, mientras que en el Noroeste el 218 %.

CUADRO 2
2º- Suponemos que la refinería va a producir, según se dice en el escrito que se presentó para solicitar la autorización,

Gasolinas ………………………………..  25,0 %
Nafta ………………………………………     6,6 %
Keroseno y Diesel-oíl …………….   20,1 %
Fuel-oíl …………………………………..   45,4 %
Gases, residuos y pérdidas …..    2,9 %

       3º- Como no disponemos de cifras de consumo siguiendo la clasifi­cación de productos que se hace en el punto anterior, hemos hecho la siguiente asimilación:

Clasificación CAMPSA                                       Clasificación REFINERIA

Gasolinas de todo tipo excepto «Aviación»           Gasolinas
Gas-oíl y Petróleos                                           Keroseno y Diesel-oíl Fuel-oíl
Fuel-oíl                                

   Hay que hacer notar que cualquier inexactitud en esta agru­pación carecería de trascendencia, por cuanto el costo de transporte de uno u otro producto no varía.

       4º- Los consumos de productos por provincias que conocemos en litros para 1960 (Cuadro Nº 2), se transforman en kgs utili­zando las siguientes densidades:

Gasolinas ………………………… 0,73
Gas-oíl y Petróleos …………. 0,83

       5º- La distribución que consideramos es la primaria, habiendo su­puesto que se trata de situar los productos en la capital de cada provincia excepto los casos de Pasajes, Gijón y Vigo que se consideran como centros de distribución secundaria para las provincias de Guipúzcoa, Oviedo y Pontevedra.

       6º- La distribución desde el lugar de obtención de los productos a cada uno de los centros de consumo se ha considerado por los medios y trayectos que CAMPSA estima más adecuados, y que son generalmente los que en la actualidad se siguen. Los costos por tonelada son los que la propia CAMPSA utiliza.

       7º- Se ha supuesto que, en el caso de refinería en Bilbao, la dis­tribución a la provincia de Alava se haría por carretera desde Somorrostro, entrando en lo que llamamos “distribución secun­daría”; esta consideración carece de trascendencia, porque en el caso de la refinería en otro emplazamiento consideramos tam­bién el transporte Bilbao-Vitoria a precio cero. Con la refinería en Bilbao hemos supuesto que la distribución de la mitad del consumo en Santander se haría por carretera desde Somorrostro como distribución secundaria, y el resto por mar a la capital; lo cual es conforme con la realidad del consumo en esa. provincia.

       8º- Después de cubrir el consumo de gasolina en toda la zona, queda un excedente cuyo costo de distribución no hacemos entrar en juego, pensando que posiblemente se exportaría. Si, por el con­trario, se colocara en otra zona de la península, habría que ha­cerlo a través del puerto de Bilbao (Bilbao fue hasta que se instaló Escombreras el puerto petrolero de Madrid), en cuyo caso hay una economía emplazando aquí la refinería, que nosotros despreciamos.

       9º- Para hacer perfectamente homogénea la comparación que per­seguimos, después de distribuir los productos de la refinería sobre las provincias más próximas en cada hipótesis de emplazamiento, calculamos también lo que cuesta servir el resto de la zona no cubierta por la Refinería del Norte, suponiendo que estas can­tidades se transportan desde Escombreras por los trayectos y a los precios que señala CAMPSA.

   Todos los cálculos se resumen en el adjunto CUADRO 3, del que resulta que el costo de distribución primaria a toda la zona Norte, formada por 21 provincias, sería:

Con la refinería en Bilbao         268,76 millones de pesetas
Con la refinería en Santander   286,26      “             “ 
Con la refinería en Coruña       306,33      “             “

COSTO DE DISTRIBUCIÓN PRIMARIA A LA ZONA NORTE-NOROESTE



CUADRO 3
 Por consiguiente, la economía anual situando la refinería en Bilbao es de:

17,50 millones respecto de Santander
37,57 millones respecto de Coruña.

   Creemos que en la realidad estas cifras resultarían todavía ma­yores, por las siguientes consideraciones:

       1º- Inexactitud, desfavorable a Bilbao (señalada ya en el pun­to 1.0), al haber tomado como base los con­sumos del año 1960, que no anuncian bien la demanda en las distintas zonas para 1965 porque aquel año fue de con­sumo relativamente bajo en Bilbao (restricción industrial y funcionamiento muy escaso de la térmica de Burceña), y porque a partir de 1960 los incrementos van a ser indudablemente más fuertes en nuestra zona que en la gallega.

       2º- No hemos considerado la distribución de productos varios, cuyo consumo es también mucho más fuerte en el Este que en el Oeste.

       3º- Hemos prescindido de la ventaja económica que represen­taría la utilización de los gases de la refinería en consumos industriales, como podría hacerse estableciéndola en Bilbao.

       4º- No hemos tenido en cuenta el menor tonelaje de doble transporte que se produce situando la refinería en Bilbao, doble transporte que evidentemente tendrá algún costo por transvases.

       5º- Tampoco hemos tenido en cuenta los excedentes de gasoli­nas, que si se venden en la Península habrían de enviarse por Bilbao hacia Madrid, Aragón, etc., por lo que habría una nueva economía de 1,95 millones de pesetas.

       6º- Como nuestro cálculo se ha hecho para 1965 (si, improba­blemente, la demanda no aumenta al ritmo previsto por nosotros, se llegaría a los mismos consumos en 1966 o a más tardar en 1967), no hemos tenido en cuenta que al pasar el tiempo y continuar aumentando los consumos -y eviden­temente también la capacidad de la refinería- la diferencia en el costo de distribución irá también inexorablemente aumentando.

Prescindimos del análisis de todas estas circunstancias, algunas muy importantes, para simplificar el estudio y porque sin tenerlas en cuenta se llega con toda amplitud a demostrar nuestra tesis. En cambio, no podemos dejar de señalar que el ahorro que acabamos de poner de manifiesto es totalmente efectivo, pues se trata de ahorro en transporte marítimo, ya que el movimiento por ferrocarril es, evidentemente, idéntico en cualquier hipótesis (ligera diferencia en el servicio a Salamanca, que se suministraría desde Santander o Vigo). Queremos decir que si el ahorro fuera por disminuir el transporte ferroviario, cabría tacharlo -considerando el problema a escala na­cional, Como estamos haciendo- de ilusorio en parte porque se pro­duciría mermando ingresos de la RENFE. Pero se trata de menor movimiento por mar, efectivo ahorro que aliviará el tráfico de la CAMPSA y su necesidad de prepararse para atender a un transporte de día en día creciente.

   Debemos considerar en este apartado el transporte de crudos entre Libia y la Refinería. Podemos decir que no tiene influencia puesto que los fletes internacionales de transporte de crudos, y tam­bién los nacionales, son iguales hasta cualquier puerto del Cantábrico y aun del Atlántico. Pero por extremar la prudencia, tenemos en cuenta la mayor distancia de Libia a Bilbao. Como máximo 5 pesetas por tonelada a favor de Coruña respecto de Bilbao (los fletes de CAMPSA entre Escombreras y Coruña o Bilbao, un trayecto mucho más corto y en buques de pequeño tonelaje, difieren en 15 ptas./Tm.), que sobre 1.200.000 toneladas son 6 millones de pesetas anuales, a restar de la economía conseguida en la distribución. Ninguna dis­tinción cabe en cambio entre Bilbao y Santander, que tampoco tienen diferencia en el flete CAMPSA desde Escombreras.

      Con esta corrección favorable al puerto de Coruña, queda la siguiente economía a favor de Bilbao:
      31,57 millones anuales, respecto de Coruña.
        17,50 millones anuales, respecto de Santander.

Estas cifras, mínimas por tantos conceptos ya señalados, capi­talizadas al 8% equivalen a una economía actual a favor de Bilbao de

394,46  millones respecto de Coruña
218,75  millones respecto de Santander.

   El GRÁFICO 5 representa las provincias que según fuera el emplazamiento se suministrarían de fuel-oíl y de gas-oíl y keroseno desde la Refinería del Norte. No es suficientemente expre­sivo porque no tiene en cuenta que en el caso de Bilbao el consumo se concentra intensamente alrededor de la refinería.

GRÁFICO 5

4.- LA INDUSTRIA VIZCAINA NECESITA DE LA REFINERIA

   En el punto anterior hemos utilizado unas cifras de demanda en la provincia de Vizcaya obtenidas a partir de los consumos efec­tivos en 1960; a estas cifras hacíamos unos reparos indicando que eran francamente moderadas, porque se fundaban en un año de con­sumo muy escaso en nuestra zona, no tenían en cuenta la restricción a que aquí está sometido el empleo de productos petrolíferos y des­conocían también que el ritmo de incremento ha de ser en el Este más intenso que en el Oeste.

Más real hubiera sido utilizar, por ejemplo, la detallada pros­pección que en 1958 se hizo en Vizcaya para conocer la posible de­manda de gas natural, cuando por SOTUGAS se estudiaba la posi­bilidad de un gasoducto desde Lacq a las provincias vascongadas. Según aquella encuesta la posibilidad de consumo de gas natu­ral en Vizcaya, para sustituir al fuel-oíl y al carbón susceptible de reemplazarse con ventaja, era de 2.080.000 m3/día, lo que equivale a 61,4 X 1011 Kcal/año. Pues bien, la producción de la refinería en fuel-oíl y gas, expresada en Kcal anuales va a ser:

Fuel-oil                 544.800.000 kg. X 10.500 Kcal = 57,5 X 1011 Kcal.
Gas, 1        25.000 ms/día X 7.200 Kcal X 360 días = 3,24 X 1011 Kcal.
                                                                      _________________
                                                               Total. 60,74 X 1011 Kcal.

Es decir, que la demanda potencial de combustibles petrolíferos era en Vizcaya en 1958 ligeramente superior a la total producción de esos mismos combustibles en la refinería en 1965 y siguientes. Si a esto añadimos que la vecina provincia de Guipúzcoa tenía aquel año según la misma encuesta, una demanda potencial igual al 41,7% de la de Vizcaya, podemos deducir que con toda seguridad habrá en 1965 entre ambas provincias una demanda de combustibles líquidos tan grande al menos como la total capacidad de la refinería, y esto sin dar lugar a una gran sustitución del carbón como combustible; carbón que como es bien sabido no tiene en España, desgraciadamente, mu­chas posibilidades para servir de base al incremento de demanda energética, por razón de cantidad, de calidad y también de inferioridad técnica.

   Las cifras que acabamos de estampar, notablemente superiores a las que nos han servido de base para el estudio de la distribución, no las traemos aquí con la idea de rectificar aquel estudio, que sin retoque nos da ya un resultado bien espectacular; sin embargo no pueden perderse de vista para atribuir a aquel resultado toda la impor­tancia que merece.

Maqueta del Gran Bilbao vista desde el Norte, Se distingue el puerto exterior (con parte de los muelles todavía en Proyecto) y los terrenos en que se emplazaría la refinería. 1 Puerto exterior. 2 Emplazamiento.
   Nuestro propósito ahora es poner de manifiesto en qué medida la Refinería del Norte es necesaria para la industria vizcaína. Se podrá decir que cualquiera que sea al emplazamiento nuestra industria dispondrá de esos productos a un precio independiente de la locali­zación; pero esto, no es exacto en todos los casos -en seguida hablare­mos del gas que va a producir la refinería- y sobre todo puede dejar de serlo por completo en algún momento. Y aun cuando per­manecieran eternamente las normas de precio actuales, como sin duda vamos -si no hemos logrado ya- hacía tiempos en que se hará nece­sario afinar todos los factores de los costos para competir internacio­nalmente, un encarecimiento en los combustibles líquidos  por mayor gastos de distribución, llegará siempre -lo pague CAMPSA, o lo pague directamente la industria- a los precios de costo como un factor negativo que ahora es momento de evitar.

   Aparte de este interés general de nuestra industria por los com­bustibles petrolíferos, que radica en su alta cifra de consumo y en las ventajas técnicas que éstos presentan -facilidad de manejo, po­sibilidad de regulación, mejor de rendimiento …-, queremos llamar la atención sobre el interés especial que para la siderurgia y metalurgia vizcaínas tienen los que la Refinería del Norte va a producir, en virtud de su bajo contenido de azufre (0,55 % contra un 4 % del fuel-oíl de que se dispone actualmente), dada la naturaleza de los crudos de que parte.

   Hasta hace muy pocos años los derivados del petróleo se des­conocían prácticamente en las fábricas siderúrgicas, pero sus extraor­dinarias condiciones de manejo y fácil regulación les están dando entrada a pasos agigantados. En varias siderúrgicas americanas y europeas se realizan pruebas de utilización de fuel o gas rico inyec­tados en las toberas de los Hornos Altos sustituyendo a un 5 ó 10 % del cok con lo que se consigue mejorar la productividad en un 10 % aproximadamente. Es ya frecuente el empleo en hornos Martín Sie­mens, en hornos de laminación, en hornos de recocido y de tratamiento térmico, en cuyos casos desplaza al carbón aun a precio más alto porque se consigue una mejora de rendimiento térmico del orden del 20%. En todas estas aplicaciones es fundamental, como se comprende fácilmente, que el combustible sea bajo en azufre para evitar la incorporación de este elemento, tan nocivo, al producto.

   Igualmente el gas de la refinería puede utilizarse para calentar baterías de cok, dejando el gas de estas baterías para uso más ade­cuado; tal ocurre, por ejemplo, en la coquería “Gaziere Basse-Seine” de Rouen, y este modo de operar podría ser muy interesante en “Altos Hornos” que, como es sabido, envía su gas de cok a SEFANITRO, que lo emplea para la obtención del amoníaco.

   En la propia siderurgia estos productos bajos en azufre tienen también un interés extraordinario, aparte las aplicaciones como com­bustibles especiales que acabamos de citar, para formar atmósferas de características determinadas que se precisan en muchos procesos; un ejemplo es el del Tren de Laminación de Bandas en Frío, de Ba­sauri, que ha debido recurrir a un complicado y costoso empleo de gases licuados.

   Una demostración de la importancia que estos combustibles es­peciales tienen en la siderurgia está en el interés con que la Empresa Nacional Siderúrgica de Avilés trata de localizar, como creemos saber, fuel-oíl bajo en azufre en cantidad del orden de las 6.000 Tm. anuales, seguramente para empezar. En nuestra región serían consumidores interesadísimo Altos Hornos de Vizcaya, Basconia, Echevarría So­ciedad Anónima, Tren de Bandas, Aceros de Llodio, Babcock & Wilcox, Earle, Pradera Hermanos, etc.; y otras muchas empresas en la provincia de Guipúzcoa. Como la calidad es en el acero fun­damental y factor de precio, y puesto que el disponer de un fuel muy bajo en azufre permite mejorarla y además disminuye los gastos de elaboración al evitarse la eliminación de ese azufre, es indudable que todas estas empresas pagarían gustosamente un sobreprecio su­perior al 20 % por una calidad de fuel como el que puede propor­cionar esta refinería.

Maqueta del Gran Bilbao vista desde el Este. Además del puerto exterior y el emplazamiento para la refinería, se ve una parte del importante núcleo industrial de la Ría de Bilbao. 1 Emplazamiento. 2 Puerto exterior.
   Cualquiera que sea et régimen de comercio presente o futuro parece poco natural separar innecesariamente la producción de estos combustibles especiales de su centro de consumo más importante. Sobre todo el gas quedaría perdido para la industria; mientras en otros lugares habría de quemarse como combustible vulgar, en Bilbao, aparte la posibilidad de empleo en la Petroquímica de “Dow-Unquinesa”, que sería vecina, podría colocarse con seguridad plena y a precios muy interesantes mediante una tubería de 8 o 10 km. de longitud, pues a esa distancia existen estas enormes capacidades de consumo:

Altos Hornos de Vizcaya
350.000 m3/día
Constructora N aval
12.000
Babcock & Wilcox
10.000
Industrias del Cemento
50.000
General Eléctrica
5.000
Aurrerá
7.000

cuando la producción de gas en la refinería ha de ser de 125.000 m3/día.


5.- LA REFINERIA COMO INSTRUMENTO DE POLITICA INDUSTRIAL

Sabemos -lo hemos manifestado a la cabeza de este trabajo, al señalar los aspectos que deben determinar la decisión- que para elegir el emplazamiento de una instalación industrial importante y de ámbito nacional, debe considerarse junto a otros factores la posibi­lidad de utilizada como Instrumento para favorecer el desarrollo de zonas más atrasadas. Así se piensa en Vizcaya, y es buena prueba el capital de esta tierra que tantas veces ha ido a promover empresas en otras regiones, comprendiendo que al favorecer su desarrollo eco­nómico laboraba muy directamente por el propio, porque no es po­sible el crecimiento indefinido de una provincia si las vecinas y  hermanas quedan estancadas  en un nivel bajo.

   Pero creemos que una refinería de petróleos no es instrumento adecuado para promover la industrialización de regiones menos des­arrolladas. Efectivamente, una refinería es en todo comparable a una central productora de energía eléctrica, y es bien sabido que ésta se localiza o en el punto donde la energía existe (bocamina o salto), o en las zonas de fuerte consumo como universalmente se hace con las centrales térmicas alimentadas por combustibles ricos.

Una instalación productora de energía (y la refinería no es otra cosa) produce anualmente un volumen de producto que indefectible­mente se va a los lugares donde esa energía se solicita, sin que de ninguna manera sirva de acicate a la localización de industrias en su proximidad; mucho menos mientras los productos de la refinería hayan de venderse a precios idénticos en toda la nación.

Por tanto, el efecto que la refinería puede producir en cual­quier emplazamiento poco desarrollado no es otro sino el muy exiguo de ocupar mano de obra en número que, en nuestro caso, no rebase los 160 hombres. Sacrificar a este pequeño objetivo el interés eco­nómico general de la Nación, carece de sentido cuando sin duda aquél podría cubrirse, más eficaz y razonablemente, dedicando a él la economía que un emplazamiento óptimo representa respecto de otro menos adecuado. La industrialización de zonas menos desarro­lladas, tarea importantísima y también costosísima, debe hacerse por procedimiento adecuado, y éste no es de ninguna manera el estableci­miento de una industria productora de energía, en la cual el coefi­ciente “capital/mano de obra” es altísimo y cuyo efecto multiplicador en la localidad es nulo, sino mediante actividades en las que aquel coeficiente sea mucho más moderado y este poder multiplicador bien acusado.

Encarecer la solución -como ocurre situando la refinería en Coruña- en 495 millones de pesetas (100 de instalación y 395 por capitalización del ahorro anual de distribución) por crear 160 puestos de trabajo, equivale a gastar en pura pérdida 3,1 millones de pe­setas por operario. O, refiriéndonos a cifras anuales, encarecer en 39,6 millones de pesetas la explotación de la refinería en que tra­bajan 160 hombres, es como gastar, también en pura pérdida, 247.500 pesetas todos los años por cada uno de ellos, es decir 6 veces su sueldo medio.

No cabe pensar que la refinería en Bilbao viene a complicar una ya fuerte concentración industrial, pues se establecería sin en­torpecer ninguna actividad en unos terrenos hoy totalmente libres, dando ocupación a una cifra tan exigua de operarios como la que hemos señalado. Muy al contrario, hay que considerar a la refinería como una necesidad y un complemento de esta concentración indus­trial que ya existe, y que no se puede estrangular.


6.- RESUMEN Y CONCLUSIÓN

Es indudable que la decisión sobre el emplazamiento de la Refi­nería del Norte de España debe tomarse con un criterio de máxima economía para el conjunto de intereses españoles implicados en ella, es decir de máxima economía para la Nación; si la solución que así resulta favorece más o menos a una u otra parte interesada sería fácil para el Estado -que posee la mayoría de la empresa y tiene plena autoridad sobre el comercio nacional de petróleo- repartir los beneficios de la solución óptima en la forma que estime justa. Y sin perjuicio de que más adelante se realice el plan general de Refinerías que parece necesitará España, con cinco en la Península.
 
Pintoresca fotografía postal de de 1973.
   De acuerdo con este pensamiento, hemos desglosado el problema en cinco aspectos, que son todos los que lo componen, y que repetimos aquí:

- Costo de instalación de la refinería.
- Costo de explotación de la misma.
- Costo de distribución de productos.
- Efecto de la refinería en los usuarios de productos.
- Efecto de política industrial que la refinería puede producir.

   En este análisis hemos encontrado:
- Un ahorro en instalación que puede cifrarse en 100 millones
de pesetas, si el emplazamiento es Bilbao.

        - Una economía en la distribución de productos a favor de Bilbao, que capitalizada equivale cuando menos a 395 mi­llones de pesetas respecto de Galicia, y a 219 con relación a Santander.

        - La suma de estos dos términos nos da un ahorro mínimo de 495 millones de pesetas (con Galicia) o de 319 millones (con Santander).

- Si hay alguna diferencia en la explotación será pequeña, y muy probablemente favorable a Bilbao.

   Las anteriores cifras resultan realmente impresionantes al com­probar que pueden fácilmente representar un 50 % del presupuesto de inversión en la refinería (estimado en 1.080 millones de pesetas).

   En el ahorro predomina la economía de distribución, que supera ampliamente a las diferencias -a favor de Bilbao también– que puedan venir de las características técnicas del emplazamiento; re­sultado previsible antes de cualquier cálculo, pues es la confirmación de la tendencia mundial a colocar las refinerías en los centros de máximo consumo. En cualquier fabricación masiva, si no hay razón de materias primas, la más fácil comercialización del producto impone la ubicación. Acaba de demostrarse esto al decidir “Dow-Unquinesa” tras un concienzudo estudio fundado nada más que en razones econó­micas, localizar su petroquímica -una inversión del mismo orden de importancia- en Bilbao y en los mismos terrenos previstos para la refinería, aun arriesgándose a perder la beneficiosa vecindad de ésta.

   Todavía, sobre aquellas importantísimas cifras hay que poner a favor de Bilbao:

        - Todas las circunstancias por las cuales nuestro cálculo de distribución es muy moderado, que se resumen en los seis puntos señalados anteriormente.

- En Bilbao la refinería quedaría en una zona netamente industrial, sin producir molestias de ningún género a otras acti­vidades.

- Las ventajas que Bilbao ofrece para la construcción y la explotación.

      - La necesidad que la industria de la zona bilbaína tiene de productos que proceden de la refinería; en especial la si­derurgia necesita el fuel-oíl bajo en azufre y los gases.

   Todo lo que antecede es el resultado que arroja el análisis de los cuatro primeros aspectos del problema. Queda el quinto, los efec­tos de política industrial. Pensar en uno negativo porque en Bilbao aumentaría la concentración fabril, es desmesurado cuando se trata de emplear 160 personas y ocupar unos terrenos totalmente libres y suficientemente separados de fábricas existentes. Esperar otro po­sitivo de consideración en distinta provincia, sería olvidar que la refinería no ha de producir ningún efecto multiplicador en la localidad, y que por tener un coeficiente “capital invertido/hombre empleado” elevadísimo, es radicalmente, es radicalmente inadecuada para promover una industrialización.

y sobre todo, al establecer la comparación entre estos exiguos beneficios y la ventaja económica que a la Nación reporta el empla­zamiento en Bilbao, la desproporción es tan notable -por ejemplo 3.100.000 pesetas de pérdida por puesto de trabajo creado- que aun cuando el ahorro fuera 4 ó 5 veces menor que el determinado, seguiría siendo decisivo.

   Hemos de repetir que la falta de conocimiento perfecto de mu­chas circunstancias que concurren en otros emplazamientos en es­tudio, nos ha impedido hacer el nuestro con mayor detalle; y po­siblemente ha podido dar origen a defectos o inexactitudes que siem­pre habrá tiempo de enmendar. Pero es tan contundente el resultado a que llegamos, y tan clara la línea que a él nos conduce, que sólo queda una remota probabilidad de que, tras corregir lo que proceda, surja otra conclusión que la de ser Bilbao el emplazamiento adecuado para la Refinería de Petróleos del Norte de España.

Vista actual de la vega del rio Barbadun en la actualidad.
       Publicado por:
 --     Excma. Diputación Provincial de Vizcaya
-           Excmo. Ayuntamiento de Bilbao
-          Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Bilbao
-          Centro Industrial de Vizcaya
-          Gobierno Civil de Vizcaya
                                       En Bilbao en Julio de 1961.