domingo, 9 de octubre de 2016

Las obras para la mejora de la ría y puerto de Bilbao. II - 1889

Las obras para la mejora de la ría y puerto de Bilbao. II - 1889


IV. DESCRIPCIÓN DE LAS OBRAS PROYECTADAS Y
CONSTRUIDAS PARA MEJORA DE LA EMBOCADURA DE LA RÍA.



Sistema de construcción adoptado.

SECCIÓN TIPO DEL MUELLE DE PORTUGALETE
   Atendiendo a las consideraciones económicas que dejamos expuestas y a la necesidad de ejecutar las obras con la mayor rapidez posible, estudiamos un sistema de construcción que llenara ambos objetos, y a este fin des­pués de estudios comparativos de diferentes sistemas, y teniendo en cuenta la dificultad de llevar materiales con gabarras u otras embarcaciones a las rompientes de la barra, adoptamos una estructura formada de los siguientes elementos:
1.º De una armazón de hierro fundada sobre pilotes de rosca, la cual, a la vez que sirviera de andamiaje auxiliar para la ejecución de las escolleras de basamento y macizo superior, que sólo había de llegar a la altura de las pleamares, quedase como superestructura definitiva para for­mar el piso del muelle, situado a la altura de 7,50m sobre bajamar equinoc­cial, en cuyo extremo, que había de tener hasta 12 metros de anchura, se proyectaba establecer una plataforma, tres metros más elevada, para poner al abrigo de las olas a los que por las necesidades del servicio tuvieran que acudir allí los días de temporal, en donde se había de construir la casilla y torreón de señales, con su luz correspondiente.
2.º De un basamento de escollera arrojada en el mar entre los pilotes antes expresados y a ambos lados de ellos, que, enrasada al nivel de bajamar equinoccial y asentada por la acción del mar, había de servir de cimiento de la obra superior, debiendo advertirse que la extremidad de esta escollera y el talud por la parte del Oeste había de estar defendido con bloques de 27 toneladas de peso.
3.º De un macizo de hormigón que, descansando sobre dicha escollera, llegara a 4,20m de altura sobre bajamar equinoccial, que, siendo la de las pleamares vivas ordinarias, era la suficiente para encauzar las corrientes.

SECCIÓN TIPO DEL MUELLE DE PORTUGALETE
   En el plano que se acompaña se da una ligera idea de la sección gene­ral que había de tener este, muelle, por lo cual excusamos entrar a deta­llarlo, debiendo advertir únicamente que las dimensiones de la armazón se calcularon en la hipótesis de que, además de su propio peso, pudiera actuar, durante la construcción de la obra de fábrica, una carga accidental de 10.666 kilos sobre cada tramo de 6 metros de luz y en una cualquiera de las dos vías que en el piso se establecían, sirviendo la otra para el cruce de los wagones vacios.

Resumen del presupuesto.

   El presupuesto de esta obra era el siguiente:


   Dividido el presupuesto que precede por los 800 metros de longitud del muelle proyectado, resultaba a razón de 2.556 pesetas y 43 céntimos por metro lineal.

Marcha de los trabajos.

   Para la ejecución de esta obra, emprendida en 1881, se empezó por el montaje del armazón de hierro, que se verificaba con facilidad por medio de una plataforma móvil que avanzaba sobre la extremidad de la obra, y un cabrestante de vapor establecido en ella. A medida que esta obra avanzaba, se arrojaba desde ella, por medio de wagones, y también con gabarras, que se sujetaban a los pilotes de hierro, la piedra para formar la escollera de basamento; y cuando pasado un invierno, al menos, sometida a la acción del mar, se veía que se había enterrado lo suficiente en la arena del fondo para adquirir su posición de equilibrio, se procedía a la construcción del macizo de hormigón. En Mayo de 1882, teniendo la escollera unos 300 metros de longitud, y a pesar de que el macizo de hormigón construido sólo tenía 90 metros lineales, se empezó a notar una importante mejora en la barra, a favor de la cual, en las mareas vivas de mediados de dicho mes, que fueron poco elevadas, salieron del puerto varios buques con 17 pies ingleses de calado. Al empezar el mes de Octubre del mismo año, la armazón metálica tenía 624 metros de longitud y su extremidad llegaba a las rompientes de la barra; las escolleras se habían extendido en gran parte de esta longitud, aunque no tenían todavía la altura y ancho necesarios, y el macizo de hor­migón continuaba con los mismos 90 metros de longitud que tenía en el mes de Mayo; pero no obstante, con sólo el avance expresado de las escolleras, que sólo llegaban hasta la altura de bajamar, continuó profundizándose la canal, saliendo algunos buques en el mes de Septiembre con 18 1/2 pies in­gleses de calado. Se montaron algunos tramos más hasta el 12 de Octubre, y, aunque la atmósfera no presagiaba ningún cambio, en la noche del 12 al 13 sobrevino repentinamente un temporal, que arrebató el carretón o anda­mio volante que se empleaba para la inserción de los pilotes con el cabres­tante de vapor y caldera correspondiente, cuyos aparatos arrastraron en su caída 18 metros lineales de la armazón metálica y dejaron resentidos algunos metros más, que la mar los concluyó de arrebatar en otro temporal mayor que ocurrió el día 27 del mismo mes, perdiéndose por ambos conceptos 67 toneladas de hierro. Pero los daños que estos temporales causaron fueron, más que compensados con los efectos que produjeron en la apertura del cauce al través de los bancos de arena de la barra, pues la gran fuerza de las corrientes de marea en dichos días, y especialmente la vaciante de la marea del día 27, que fue de extraordinaria altura, encauzadas, aunque imperfec­tamente, por las escolleras que se habían arrojado y auxiliadas con el gran oleaje, que ponía en suspensión las arenas de los bancos de la barra, abrie­ron en ellos una verdadera brecha, que aumentó la profundidad de la barra en términos tales, que la mínima profundidad en el talweg alcanzó a 3,40m, en lugar de 1,14m que al empezar los trabajos tenia la que se reducía a veces a O,60m.

PERSPECTIVA DE LAS OBRAS DE PROLONGACIÓN DEL MUELLE DE PORTUGALETE
EN BAJAMAR DEL 30 DE JUNIO DE 1882.
   En la noche del 6 al 7 de Diciembre del mismo año 1882, al querer entrar un vapor en la ría acosado por un gran temporal, embistió a la armazón metálica, produciendo en ella bastantes daños, pero fueron mayores todavía los producidos por otro choque análogo en el mes de Febrero. Ambos accidentes tuvieron lugar en la parte de la armazón donde todavía no se había hecho el macizo de hormigón, y en la que la escollera se había enterrado en la arena, de modo que la armazón no tenia defensa alguna, pues de lo contrario los daños hubieran sido de poca importancia.

Reforma in­troducida en los 200 me­tros últimos del muelle.

   Pero no obstante esta consideración, teniendo en cuenta que en los 200 metros últimos del muelle podrían repetirse accidentes de este género, y atendiendo además a que en las rompientes de la barra las piedras de la escollera en construcción, removidas y lanzadas por el empuje de las olas sobre los pilotes y riostras de la armazón, producían en ella deterioros, se pensó en cambiar el sistema de construcción de dichos 200 metros últi­mos, adoptando un perfil que, aunque fuera más costoso y lento de ejecutar, estuviera sujeto a menos accidentes. Así, pues, dejando subsistente para los 600 primeros metros de longitud del muelle el sistema de construcción que hemos descrito con su armazón metálica, cuyas averías se repararon pronto, se adoptó para los 200 metros siguientes otro perfil macizo en toda su altura, y donde por lo tanto no existe dicha armazón, siendo de advertir que desde el momento en que había absoluta seguridad en el éxito de la obra, estaba perfectamente justificado el que su parte más expuesta se hiciera de carácter más permanente, aunque fuera mucho más costosa y lenta de ejecutar, con tanto más motivo cuanto que los recursos de la Junta habían aumentado y que con las mejoras ya alcanzadas en la barra se llena­ban las necesidades que el comercio reclamaba. 

   El sistema de fundación de estos 200 metros últimos, es el mismo que consta en el proyecto primitivo, o sea por medio de un basamento de esco­llera de piedra natural, cuyo peso mínimo es de 1.000 kilos, reforzado en su extremidad y talud del Oeste por medio de bloques de hormigón de 13 y 1/2 metros cúbicos que pesan 27 toneladas próximamente. Sobre este basa­mento, enrasado el nivel de bajamar viva, mediante una capa de hormigón hidráulico de 0,50m de espesor, descansa la superestructura, que está for­mada con paramentos de bloques de hormigón hecho con cemento de Portland y un relleno interior de hormigón de fraguado rápido. El espesor de este macizo en su base es de 10 metros, que, mediante cuatro retallos de 0,25m cada uno en ambos paramentos, se reduce a 8 metros al nivel general del piso del muelle, situado a 7,50m sobre bajamar equinoccial, debiendo advertirse que dichos espesores aumentan en la extremidad del muelle hasta tener 14 y 12 metros respectivamente. Sobre el expresado nivel del piso general, se eleva, por el lado del Oeste, un parapeto de defensa, de 3 metros de altura e igual espesor, construido de mampostería, que a su vez está coronado por un pretil general que sirve de antepecho.

EXTREMIDAD DEL MUELLE DE PORTUGALETE
   Al pie de los dos paramentos lleva una berma o zampeado de defensa de 4 metros de anchura, construida con bloques de hormigón de Portland, iguales a los de la superestructura, y un relleno interior de hormigón de fraguado rápido, habiéndose agregado otra defensa, de mayor anchura en la extremidad del morro. Los bloques que forman los paramentos de la superestructura, tienen 3m de longitud, 1,50m de latitud y 1,30m de altura, y van colocados alternativamente a soga y tizón, formándose con 5 hiladas los 6,50m de altura que tiene sobre la tongada de hormigón que sirve para enrasar la escollera. Dichos bloques se han asentado por medio de una poderosa grúa giratoria, de 13,72m de radio y 15 toneladas de potencia, que fue probada con un peso de 19 toneladas, puesto en la extremidad de dicho radio. (Esta grúa es completamente análoga a la que proyectó Sir John Coode para las obras de Port Alfred, en la Colonia del Cabo de Buena Esperanza.)

    En el plano que se acompaña  figura la sección de esta obra, que se halla ya terminada a excepción de algunos pequeños detalles, debiendo advertir que, ínterin se formalizaba y aprobaba por el Gobierno esta reforma del proyecto y se empezaban las obras correspondientes a estos 200 metros últimos, se terminaron por completo los 600 metros anteriores, y como quiera que la acción del mar combatía mucho la extremidad de la armazón, se elevó el macizo de hormigón correspondiente hasta la altura del piso en los 30 metros Últimos, ensanchándolo además en su base, con lo cual quedó empotrada la armazón de este pequeño trozo dentro del macizo de hor­migón.

EXTREMIDAD DEL MUELLE DE PORTUGALETE
Importe del presupuesto de todo el muelle con la reforma de los 200 metros últimos.

   Con la reforma de los 200 metros últimos que hemos hecho referencia, el presupuesto de contrata de todo el muelle, que según el proyecto primi­tivo era de 2.045.141 pesetas, se elevó a 3.376,064 pesetas y 17 céntimos, aunque es de notar que, con la baja proporcional de subasta, se reduce a 2.931.536 pesetas, que dividido por los 800 metros de longitud del muelle, resulta a un promedio de 3.376.064 pesetas por metro lineal. Hemos de advertir, que no toda la diferencia de ambos presupuestos es debida a la reforma introducida en los 200 metros últimos del muelle, pues una parte importante procede de haberse observado, durante la construcción de los 600 primeros metros, que la cantidad de piedra que se iba enterrando en la arena, en virtud de las socavaciones producidas por las olas y corrientes en toda la longitud del muelle era mayor que la que se suponía en el proyecto primi­tivo, por lo cual se hizo la correspondiente adición en el proyecto reformado, debiendo advertir además, que en el presupuesto correspondiente de éste, se incluyeron todos los daños que los temporales y choques de los buques produjeron en la armazón metálica. Aunque, según he dicho, faltan algunos pequeños detalles para terminar esta obra, se ve ya que su importe será menor que el presupuesto aprobado.

Resultados obtenidos.

   Los resultados conseguidos con la construcción de esta obra, han superado a las esperanzas que se tenían, pues la profundidad mínima del talweg es de 4,60m, en lugar de 1,14m que tenía cuando en 1878 levantamos el plano de la barra, siendo de advertir que había ocasiones en que esta profundidad se reducía á 0,60m. Es de notar que el sondeo efectuado en el mes de Junio de 1886 acusaba ya el resultado que hemos dicho, en cuya época, si bien estaba formada la escollera en los ,800 metros de longitud, faltaban 125 metros lineales de la superestructura, Desde entonces, con ligeras variaciones, se ha conservado la embocadura en el mismo estado próximamente.

PLAYA QUE SE FORMABA A LA TERMINACIÓN DEL MUELLE DE LAS ARENAS,
QUE HA DESAPARECIDO CON LOS TRABAJOS DE DRAGADO
   Según preveíamos en la Memoria de nuestro proyecto primitivo, el encauzamiento por la margen derecha se ha ido formando naturalmente con el banco de arena que ha ido avanzando paralelamente al muelle, a medida que éste se prolongaba, y si bien sería de desear que el ancho de la canal que se ha formado, que es de 80 metros próximamente, fuera algo mayor, para que en épocas de temporales no corran peligro los buques al entrar en la ría, las condiciones naturales de ésta tanto por el escaso caudal fluvial del rio, como por el volumen de agua que en la ría entra con las mareas, no permiten conseguir este resultado, que tampoco podría alcanzarse por medio de dragas, pues éstas rara vez podrían funcionar en los bancos de la embocadura, a causa del oleaje que suele haber en ellos, y aun caso que alguna draga especial pudiera funcionar durante algunos días de verano, el primer temporal volvería a restablecer las condiciones de equilibrio anteriores con las arenas que, procedentes de dichos bancos y playa de Las Arenas, ponen en suspensión las olas y transportan las corrientes de marea. El banco de arena de que tratamos, que encauza la corriente de la embocadura por la margen derecha, aumenta o disminuye paralelamente así mismo, con arreglo a la intensidad de las corrientes y avenidas del rio, ensanchándose algo la canal cuando ocurren grandes mareas o avenidas del rio, y estrechándose un poco, por el contrario, en épocas de mareas muy muertas; pero además de estas causas que afectan con regularidad a toda la longitud de la desembocadura, que sigue paralela al nuevo muelle, influ­yen más principalmente las marejadas en la forma y extensión de la extre­midad del expresado banco, puesto que, cuando la mar está picada, las rompientes de las olas socavan la extremidad del banco y ponen en suspensión las arenas, que son arrastradas fácilmente por las corrientes de flujo y reflujo, en cuyo caso se acorta la punta o extremidad del mismo y se ensancha algo la embocadura, mientras que por el contrario, cuando soplan los vientos del N. E y demás del primer cuadrante, que vienen acompaña­dos de mar bella y mareas poco elevadas, las arenas que las corrientes del flujo y reflujo tienen en constante movimiento, se depositan a lo largo y en la extremidad del banco, estrechando algo la canal. Por esta razón, durante los veranos está algo más estrecha la embocadura que durante los invier­nos, llegando la diferencia de anchura entre una y otra estación a 20 metros próximamente en las curvas de nivel de la extremidad del banco.

BASAMENTO Y ARMAZÓN METÁLICO DEL MUELLE DE PORTUGALETE
   En comprobación de lo expuesto debemos observar, que habiéndose levantado un plano de la embocadura en el mes de Febrero último, pocos días después de los temporales ocurridos a principios del mismo que coincidieron con una pequeña avenida del río, se vio que si bien delante de los 500 primeros metros del muelle nuevo se había conservado el ancho de la canal tal y como estaba en Junio de 1888, no sucedía lo propio en adelante, pues se había abierto más la embocadura, en términos, que la extremidad de la curva de nivel de 3 metros de profundidad ocupaba la posición misma que en Junio de 1888 tenía la de 2 metros, ensanchándose la emboca­dura unos 20 metros en la curva de nivel de 2 metros de profundidad y 30 metros en la curva de nivel de 1 metro de profundidad a bajamar equinoc­cial. La punta que formaba la extremidad del banco del N. E. se acortó en 80 metros.


   Además del gran aumento de profundidad, se ha conseguido con las obras del muelle de Portugalete fijar completamente la posición de la canal, que antes era variable, a favor de cuyas ventajas se ha regularizado el ser­vicio de entrada y salida de los buques, que antes era intermitente, resul­tando que, en pleamares vivas, se pasa la barra con 22 pies ingleses de calado (6,70m), y con 18 pies ingleses (5,50m) en las pleamares más muertas, siendo así que, en el estado que antes tenía la ría, el mayor calado de los buques en aguas vivas, no pasaba de 13 pies ingleses, o sea 4 metros próximamente, que se reducía a 10 pies, o sea 3 metros en pleamares muertas.

En el espacio comprendido entre el nuevo muelle y la costa situada entre Portugalete y Santurce, se ha acumulado mucha arena en la parte su­perior de la playa; pero desde la línea de bajamar hacia afuera, lejos de haberse depositado arenas, se ha profundizado el fondo según preveíamos, estando ahora la curva de nivel de 4 metros de profundidad donde antes se hallaba la de 2 metros, así es que no hay temor alguno que se formen ban­cos de arena que avancen hacia la canal entre el muelle y la costa.

VISTA DEL ABRA EN 1891, TERMINADA CONSTRUCCIÓN DEL MUELLE DE HIERRO DE PORTUGALETE
Publicado en Bilbao el 5 de Julio de 1889.

Por Evaristo de Churruca



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