jueves, 27 de agosto de 2015

Los astilleros del Nervión.- 1917

Los astilleros del Nervión.- 1917

BILBAO : Vista panorámica de los Astilleros del Nevión.
   La reciente oportunidad de la botadura del primer barco construido en los Astilleros que, en Sestao, inauguró la “Sociedad Española de Construcción Naval”, a fines de abril del pasado año –botadura de la que di cuenta en mi artículo anterior- hizo que en esta corta serie de breves trabajos se alterara el orden cronológico de información relativa a las tres grandes factorías navales que hoy constituyen en Vizcaya uno de sus más honrosos timbres de inteligencia, laboriosidad y progreso.

   Al hablar de los otros dos grandes Centros de construcciones marítimas, debo atenerme al orden de antigüedad, comenzando por los Astilleros del Nervión.

   Fueron éstos fundados por el finado don José María Martínez de las Rivas, un ilustre hijo del trabajo que a su claro entendimiento, a su vasta cultura, a su actividad incansable y a su espíritu práctico en los negocios, debió su posición y su renombre en las industrias minera y fabril.

   Al crear el señor Martínez de las Rivas, con un capital de 30 millones de pesetas -cuyas acciones de 500 pesetas cada una quedaron casi totalmente en su poder y en el de su familia- la Empresa de construcciones navales, la relacionó íntimamente con su fábrica de fundición de hierros y aceros “San Francisco”, lindante con la factoría, y con sus cercanas minas de hierro de la razón social “Somorrostro Iron Ore Cº Limited”, fábrica y minas que proporcionaban todo lo más necesario para la nueva industria. Así se inició en Bilbao el más importante período de desarrollo de la industria naval vizcaína, porque el concurso que ésta había prestado en la antigüedad a la Marina militar española se engrandecía considerablemente mediante el contrato celebrado por dicho señor con el Estado para construir tres cruceros acorazados de 7.000 toneladas de desplazamiento, cuyos nombres fueron Infanta María Teresa, Almirante Oquendo y Vizcaya; nombres que la desgracia y el heroísmo convirtió en gloriosos al ser sepultados los barcos que los ostentaban, en aguas de Santiago de Cuba el año 1898.

   Para la construcción de esos tres cruceros, que fueron completamente equipados en los magníficos talleres de los Astilleros del Nervión -excepción hecha de la coraza protectora, de los tubos lanzatorpedos y de las ametralladoras- trabajaron constantemente más de 4.000 personas en el recinto de la gran factoría, que ocupa un área de cerca de 60.000 metros, de los que corresponden más de la mitad a edificios cubiertos. En esos edificios se hicieron instalaciones de toda la maquinaria, de todos los elementos precisos para ejecutar grandes obras navales acabadísimas. Cuenta la factoría con tres gradas de más de 100 metros de longitud cada una, y con un dique seco considerado como el mejor que en España existe (143 metros de longitud total y 124 en el interior) para reparaciones en los barcos de gran tonelaje.

BILBAO: Botadura del Martínez Rivas en los Astilleros del Nervión
   Durante bastantes años -desde fines del pasado siglo hasta comienzos de 1916-  las reparaciones y la limpieza de fondos hechas en ese dique, y la construcción de pequeños barcos remolcadores y pesqueros y de balandros para regatas, han sido exclusivamente los trabajos que mantuvieron una parte de la grande actividad con que los Astilleros del Nervión inauguraron y sostuvieron sus tareas. La construcción de balandros merece muy especial mención, pues de allí han salido más de treinta que, desde hace mucho tiempo, vienen figurando y alcanzando los más honrosos premios en los torneos internacionales que anualmente se celebran en los puertos del Cantábrico.

   Figuran entre esa abundante producción los renombrados yates Giralda II, III, IV y V, y Tonino, de su majestad el Rey; Barandil I y II y Meckfoub, de su alteza real el infante don Carlos.

   Don Alfonso XIII dio, hace doce o trece años, una breve y elocuente explicación, una justificación patriótica, a sus grandes aficiones al sport náutico. Dijo que obedecían éstas, principalmente, a su deseo de fomentar esa clase de deporte para que otras muchas personas se aficionaran, como él, a las cosas del mar, y para que se desarrollaran todo lo posible en España unas pequeñas construcciones que, a la vez que hacían pensar en las grandes, aseguraban el sustento de cierto número de modestas familias trabajadoras. Este regio deseo ha venido realizándose durante algunos años en los amplios y perfectos talleres de botes de los Astilleros del Nervión.

   Comenzaron estos Astilleros a recobrar muy buena parte sus antiguas actividades con motivo de la prolongación de la guerra europea y de las grandes y cada vez más apremiantes necesidades originadas por la terrible y constante fuerza destructora de la campaña submarina.

   El 18 de julio de 1916, fue botado al agua el vapor Mudela número 2, de 2.000 toneladas de capacidad de carga, al mismo tiempo que en otra de las gradas fue puesta la quilla del vapor Martínez Rivas, de 5,400 toneladas. Este último y hermoso buque fue lanzado el 21 de mayo del año actual, y muy en breve surcará los mares. Estando ya en construcción el casco del citado vapor, y ante el temor de que por las circunstancias que origina la guerra europea no se recibiera oportunamente la maquinaria encargada a Inglaterra, decidióse la Sociedad Anónima a construirla en sus talleres. Se hizo activamente estudio y planos por personal técnico español, y tan pronto como se obtuvo la aprobación del Lloyd's de Londres, comenzaron los trabajos en los distintos talleres, realizándose en pocos meses una tarea tan activa como abundante en resultados demostrativos del admirable progreso de nuestra industria.

   Están ahora en las gradas de la Factoría los cascos de los vapores Gálea y Galdames, de 5.400 toneladas cada uno. La botadura del Gálea se verificará antes de terminar el corriente mes de agosto. La Sociedad Anónima, cuya gerencia desempeña don José Martínez de las Rivas, hijo mayor del finado fundador de los Astilleros del Nervión, tiene firmados contratos para sucesivas construcciones, que, con las ya ejecutadas y en ejecución, mantendrán la alta significación de la Factoría en la esfera del trabajo nacional. 

Botadura del Martínez Rivas
Publicado el 30 de Agosto de 1.917

Por Tomás Camacho en MERCURIO.

1 comentario:

  1. Buenos días. Estoy haciendo un estudio sobre los balandros construidos en Astilleros del Nervión. Le dejo mi mail por si seria posible contactar con usted. lamarkina@gmail.com Gracias.

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