La construcción naval en Vizcaya.- 1917
Astilleros de la Sociedad Española de
Construcción Naval.
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En Sestao, ese importante
centro industrial de nuestra ría, en el que tiene una de sus grandes fábricas de
hierro y acero la Sociedad Altos Hornos de Vizcaya, acaba de verificarse la
botadura del primero de los vapores construidos en los Astilleros que allí
estableció la Sociedad Española de Construcción Naval, y que fueron inaugurados
a fines de abril del año 1916.
Vizcaya entera acogió con
inmenso júbilo, un año antes, la noticia de la adquisición de 1.300,000 pies
cuadrados de terreno, vendidos para el levantamiento de una gran Factoría naval
por la Sociedad Altos Hornos. Cuando la Constructora Española se constituyó y
emprendió su vasta serie de trabajos en los Arsenales y Astilleros del Ferrol,
Cartagena y Matagorda y en los Talleres de artillería de La Carraca, comenzó a
realizar su principalísimo propósito de ser una entidad nacional; pues consignado
estaba en la escritura de constitución que los extranjeros no podrían tener
participación que excediera del 40 por 100 en el capital social; el 60 por 100
restante fue suscripto en toda España, y una mitad de ese 60 por 100 fue
aportado por entidades vizcaínas (Altos Hornos, Talleres de Deusto, Construcciones
Metálicas, Bancos locales de Bilbao) y por personalidades que aquí ocupan altos
puestos en la esfera de los negocios.
El vapor "Conde de Zubiria", en su lanzamiento (Sestao). |
El establecimiento en
Sestao de una importantísima Factoría naval, creó una intensa compenetración de
afectos e intereses entre la Constructora Española y Vizcaya; vino a reforzar
considerablemente las grandes y beneficiosas obras navales que habían ejecutado, y pudieran ejecutar, los renombrados Astilleros
del Nervión y la no menos renombrada Factoría de la Sociedad Euskalduna de
construcción y reparación de buques; y fue, finalmente, nueva y brillante
página de la gloriosa historia que en obras navales tiene Bilbao, cuyos antiquísimos
Astilleros adquirieron extensa fama en el siglo XVI, cuando los Reyes Católicos
concedieron acostamientos, o primas, a la construcción de buques de más de 600
toneladas.
En los Astilleros de Sestao
-situados entre la línea férrea de Bilbao a Portugalete y la ría, y a los cuales
da entrada, junto a la estación de aquel nombre, un puente de hormigón armado de
24 metros de longitud- fueron levantadas todas las amplias edificaciones que
corresponden a la importancia de la parte de los proyectos ya realizada y de la
parte a realizar, contando, desde luego, con que el contingente de obreros
puede llegar a exceder de 2.000.
Srta. Carmen Zubiría, madrina del
lanzamiento del vapor
«Conde de Zubiría» en los talleres de
la S. E. de C. N.
de Sestao..
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Entre esas edificaciones
merecen especial mención el Taller de herreros de ribera (dos naves de 200 x 17
metros cada una); los Talleres de maquinaria (cinco naves de 115 x 18 metros, de
las cuales hay tres terminadas); la Sala de Gálibos y el Taller de carpintería
(una y otro es un edificio que ocupa una superficie de 70 x 20 metros, estando
emplazada la Sala, con toda esa extensión, en el piso principal, y hallándose
destinado el de planta baja a amplios departamentos para la construcción de mobiliario,
su tapizado, barnizado, etc.); y la Central eléctrica y otros servicios que
ocupan planta baja y piso principal 15 metros de extensión. Completan la serie
de edificaciones el Almacén general, modelo en su clase; el de remaches y
tornillos con sala de jarcias; las Oficinas generales, con una capacidad y
distribución excelentes; Talleres de galvanización, de botes, de carpintería de
grada, fraguas, etc.
Los trabajos de
construcción naval dieron comienzo el 28 de abril del pasado año, en las dos
gradas que hallábanse preparadas en aquella fecha. En una de ellas, de 160
metros, púsose la quilla de un gran transatlántico de 15.000 toneladas -el Alfonso XIII,- para la Compañía
Transatlántica Española, destinado a la línea Norte-España-Cuba-México. Las
máquinas principales se construyen en los Talleres de la sociedad. Varias industrias
barcelonesas contribuirán en su día a la perfecta habilitación de este hermoso
buque, que estará dotado de todos adelantos y de todas las comodidades.
Botadura del «Conde de Zubiría».
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En la otra grada, de 200
metros, se colocaron las quillas de los buques de 4,500 toneladas cada uno,
encargados por la Sociedad Altos Hornos de Vizcaya, y cuyos nombres son: Conde de
Zubiría y Marquéis de Chavarri. Las máquinas principales de estos barcos, que
son del tipo de turbinas engranadas Parsons se han construido en los Talleres
de la Sociedad Naval, y maquinas auxiliares son de la Maquinista Terrestre y
Marítima, de Barcelona.
Poco tiempo después de
comenzada la construcción de estos barcos y por virtud de apremiantes demandas,
decidió la Sociedad ampliar los medios de producción de los Astilleros, construyendo
dos nuevas gradas -una de 200 metros y otra de 150- y firmando contrato con la
Sociedad Metalúrgica Asturiana Duro-Felguera, para la cual se harán dos buques
que recibirán nombres de Felguera y Sama; tendrá cada uno de ellos capacidad
para 3.300 toneladas y el tipo más conveniente para el trafico a que han de
dedicarse. Los materiales serán españoles en su mayor proporción.
Botadura del Conde de Zubiria.
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Bien conocidas son las
aspiraciones que, respecto de la producción nacional, tiene la Sociedad
Constructora Española desde que, en concurso con grandes entidades extranjeras,
le fue adjudicada por el Gobierno la importantísima obra de resurgimiento de
las construcciones marinas militares. Esas patrióticas aspiraciones se han
robustecido, se han ensanchado, por decirlo así, en estos tres años de guerra
mundial, durante los cuales han ido creciendo constantemente las dificultades, las
perjudicialísimas demoras, los cuantiosos gastos para la importación de ciertos
materiales y elementos de maquinaria que aquí no producimos. La urgente
necesidad de nacionalizar la construcción naval es evidentísima, y la Sociedad
pone actualmente todos sus entusiasmos y recursos en la realización de un plan
que puede satisfacer esa necesidad imperiosa y asegurar la ejecución de otro
plan más vasto: el de fundar un gran Establecimiento industrial, semejante a
los que existen en otras naciones, que, dedicándose a la construcción de
material de guerra para nuestro Ejército y Armada, pueda auxiliar cuanto sea
necesario a la industria oficial, servir de base a la organización de nuestras
industrias militares y no oficiales, de apoyo y auxilio para las civiles que a
militares habrían de transformarse en tiempo de guerra, y, en una palabra, ser
firme cimiento para la independencia industrial de España.
El vapor «Conde de Zubiria» amarrado en
los muelles de la S. E. de C. N.
después de su lanzamiento (Sestao).
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Ante la perspectiva de
estos nobles anhelos, de los que seguramente participa toda la nación, hemos
presenciado el acto solemne del lanzamiento al agua del primer vapor construido
en los Astilleros de Sestao, acto en el que una alta representación de la
Sociedad Española de Construcción Naval, las autoridades de todos los órdenes,
los representantes de varias entidades industriales y económicas y la gran masa
obrera de la Factoría, han saludado, con el mayor cariño, esta nueva
manifestación del inteligente trabajo nacional, este nuevo buque -Conde de Zubiria- que lleva un nombre
cuyos prestigios se cimentan en el amor intenso, desde hace muchos años
consagrado a ese trabajo, al desarrollo industrial de Vizcaya y al
engrandecimiento de toda la nación.
Vapor Conde de Zubiria.
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Publicado el 19 de Julio de 1.917
Por Tomas Camacho en MERCURIO.
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