La construcción de locomotoras en
los talleres de la Sociedad Babcock & Wilcox.- 1928
Los talleres de la
Sociedad Babcock-Wilcox se describieron en el número 23 de esta revista, página
481.
Vamos hoy a dar al
lector, algunos datos relativos a su organización y a las locomotoras
construidas en ellos, describiendo con mayor extensión el último modelo de máquina
adquirido por la Compañía del Norte, el tipo 4-8-2, la más potente de España y
tal vez de Europa.
Figura 1ª.
Talleres Babcock-Wilcox. Vista parcial del
taller mecánico.
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ORGANIZACIÓN DE LOS TALLERES.
La organización de
estos talleres, por lo que se refiere al trabajo de locomotoras, no puede ser
más sencilla: una oficina técnica, en la cual se desarrollan los proyectos; una
sección de compras, que se encarga de la adquisición de los materiales pedidos
por la anterior, y una oficina técnico-administrativa del taller, cuya misión
luego indicaremos.
La oficina técnica,
una vez redactado el proyecto de construcción, remite a la sección de compras
los pedidos de materiales cuya adquisición se precise por no figurar en los
stocks de fábrica, pero dividiendo los distintos elementos de la locomotora en
secciones que respondan a un orden de fabricación previamente fijado.
Estas secciones se
establecen, además, de manera que las entregas de materiales vengan escalonadas
de mayor a menor importancia, y con miras siempre a cumplir el programa trazado
por los elementos técnicos de oficina y taller, que fijan fechas de entrega,
con el fin de tener disponible cada elemento en el momento exacto que se
precise.
La oficina técnica
remite a la correspondiente del taller las colecciones de planos, en papel
prusiato, que se han de enviar a los distintos talleres -Modelos, Fundición, Forja,
Calderería, Taller mecánico (fig.1ª) y Tubos- y acompañando a esos planos unas
hojas llamadas «de pedidos de taller», que son estados en los que figuran por
secciones todas y cada una de las piezas de la locomotora, con su marca
referida al plano, clase de material, número , de piezas iguales, señalando
para cada pieza el taller por donde ha de ir pasando sucesivamente el plano en
que aparece dibujada. Se señala, asimismo, en estos estados las piezas cuyo
material ha de venir de fuera y aquellas para las que ha de tomarse el material
en existencia.
Figura 2ª
Talleres
Babcock-Wilcox. Fresadora especial para largueros
de bastidor.
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La misión de esta oficina es en
extremo importante. Distribuye los planos y hojas a los talleres, fija el plan de fabricación, clasifica los
materiales por contratos y por secciones, cuida de la distribución de los
materiales llegados a cada taller según se van necesitando, y va enviando las
piezas terminadas al taller de montaje de locomotoras en la fecha exacta que se
haya fijado, de manera que la construcción de la locomotora empieza y prosigue
sin interrupción hasta que, completamente terminada, queda lista para las
pruebas.
Todos los talleres
vierten, por decirlo así, dirigidos por la oficina de Producción (así llamada
la técnica del taller), los distintos elementos de la máquina por el frente y
los costados del taller de montajes.
En éste, el orden
de montaje es metódico y sigue un plan predeterminado. Los largueros de los
bastidores, cuyo fresado y taladrado se hace en una sola colocación y por
paquetes de 5 a j8 chapas, según el espesor, en la máquina fresadora especial
que representa la figura 2ª, se montan sobre soportes ad-hoc.
Figura 4ª
Caldera de la
locomotora Montaña.
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Sucesivamente se
van colocando los arriostrados, los cilindros, se montan los bastidores
completos sobre las ruedas, es colocada la caldera, se fijan los mecanismos, se
regula la distribución; entretanto, se han ido colocando todos los accesorios
de vapor y agua, los colchones de amianto del guarda-calor y la envolvente de
chapa sobre ellos. La máquina ya está lista para la prueba y por sus propios
medios sale a la vía de pruebas situada a espaldas de los talleres, en la que
se prueba a la mayor velocidad que pueda adquirir. Después pasa al taller de
pintura definitiva y al peso, quedando lista para la exportación.
Figura 5ª
Hogar,
sistema Belpaire, de cobre rojo para la locomotora Montaña.
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Dada la diversidad
de tipos de locomotoras que se construyen al mismo tiempo, se tiene especial
cuidado en la perfecta clasificación y ordenado almacenamiento de los
materiales, forma única de evitar pérdidas de tiempo al personal y a las
herramientas.
Figura 6ª
Estampación
de un domo en la prensa hidráulica de 500 toneladas.
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La capacidad de los
talleres Babcock ha permitido fabricar en un intervalo de dos años las
siguientes locomotoras:
Para el ferrocarril
Santander - Mediterráneo, 15. Una 0-4-0, con peso en vacío de 16.200 kgs.
Cuatro 0-6-0, de 35.000 kgs., y diez 2-8-0, de 75.500 kgs. , con
sus ténderes; éstos con peso de 22.250 kgs.
Para el ferrocarril
de Langreo, ocho del tipo 0-6-0 y 42.000 kgs. de peso en-vacío.
Para la Cornearía
de Cementos Ashland y destinadas a su ferrocarril de Villaluenga a Villaseca (Toledo),
dos del tipo 2-8-0, con peso de 45.000 kgs.
Figura 7ª
Colocación
del hogar dentro de la caja de fuego en la construcción
de la
locomotora Montaña.
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Para los ferrocarriles Andaluces: doce 2-8-0
y peso de 56.500 kgs., con sus ténderes, y quince 4-6-0 y 53.000 kgs., con sus
ténderes.
Para la Compañía
del Norte: Setenta y cuatro tipos 2-8-0 y 69.500 kgs. Dieciséis tipo 4-8-0, con
peso de 79.680 kgs., con sus ténderes, y quince 4-8-2 (tipo Montaña), con peso
en vacío de 99.500 kgs.
Actualmente hay en
construcción importantes pedidos, y últimamente, y de acuerdo con la Brown
Boveri, se va a empezar la fabricación de locomotoras eléctricas.
LA LOCOMOTORA MONTAÑA.
De las locomotoras
construidas la más interesante es el tipo Montaña, por su potencia y
características, y aunque ya en esta Revista han tratado de ella en un interesantísimo
artículo los ingenieros Sres. Aza y Costilla, vamos nosotros a
describirla desde el aspecto constructivo presentando al lector la curiosa serie
de fotografías que acompañan el presente artículo, con las que podrá formarse
idea del adelanto conseguido por la industria española en esta especialidad.
Estas locomotoras
(fig. 3ª) del tipo 4-8-2 tienen un peso en servicio de 110 toneladas, un peso
adherente de 67.500 kgs. y un esfuerzo máximo de tracción de 15.690 kgs. La
velocidad máxima que pueden alcanzar es de 108 km. por hora.
La caldera, de
cuyas dimensiones da idea la figura 4ª, trabaja a 16 kg./cm2, con una
superficie total de caldeo de 231,40 m2, de los que 23,40 m2 pertenecen al hogar
y el resto al haz tubular compuesto de 150 tubos hervidores de 50-55 y 30 de
125-133 para el recalentador.
La vaporización
producida por estos elementos es de 15.480 kgs. por hora. El diámetro medio del
cuerpo cilíndrico es 1.790 mm., con altura de su eje sobre el carril de 3.150
mm. Todo el remachado de la caldera se hace con presión hidráulica. El retacado
con útiles neumáticos.
Figura 10.
Largueros del
bastidor de la locomotora Montaña.
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El recalentador, tipo
Schmidt, tiene una superficie de recalentamiento de 231,40 m2.
La caja de fuego,
con superficie de parrilla, de 5 metros cuadrados y emparrillado de percusión
tipo Egui (español), es una pieza de excepcionales dimensiones con
el hogar, sistema Belpaire, de cobre rojo especial (fig. 5ª).
Una y otro tienen
sus fondos y placas de enlace al cuerpo cilíndrico y cámara de combustión de
formas complicadas, habiéndose estampado todas sin el menor inconveniente en la
prensa hidráulica, de 500 toneladas de potencia, de la figura 6ª. La fotografía
señala el momento de estampar un domo.
La operación de
presentar el hogar, suspendido por una grúa-puente, en posición, dentro de la
caja de luego, la señala la figura 7ª.
Figura 11.
Uno de los
dos cilindros de alta presión de la locomotora Montaña
de la
Babcock-Wilcox. Diámetro 460 mm.
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Como consecuencia
de las dimensiones de los elementos de la caldera, las dilataciones tienen
importancia considerable. Un enlace rígido entre el cuerpo de la caldera y el hogar
y la cámara de combustión, daría origen a perturbaciones en el funcionamiento,
pues indefectiblemente habrían de originarse fugas. Por esta razón ese enlace
se efectúa mediante 458 virotillos articulados (fig. 8ª). En la figura 9ª se
aprecia la colocación de estos últimos por el oficial de la izquierda, mientras
que el de la derecha coloca los virotillos ordinarios con máquina especial para
el caso, y el de encima de la caldera el atirantado del cielo del hogar. Estos tirantes
están colgados de articulaciones de bola.
La longitud total
de estas locomotoras es de 16,95 metros y esa es, aproximadamente, la de los
largueros del bastidor, piezas de cuyas dimensiones puede darse cuenta el
lector en la figura 10.
Como antes dijimos,
su fresado y taladrado se hacen por paquetes de ocho chapas y en una sola
colocación.
El espesor de los largueros del
bastidor es de 30 milímetros.
Figura 12.
Cilindros de
baja de 700 mm. de diámetro fundidos en un solo bloque.
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Este tipo de
locomotoras, del sistema Compound, lleva cuatro cilindros. Los dos de alta, de
460 mm. de diámetro (fig. 11), van colocados exteriormente y con su eje
horizontal, y ninguna dificultad presenta su fabricación; los dos de baja, de
700 mm. de diámetro, van fundidos en bloque (fig. 12) y forman una pieza dificilísima
de fundir, no sólo por sus dimensiones y complicación de forma, sino por los
espesores, reducidos al mínimo con miras a disminuir peso muerto. La figura 12
es el bloque de los cilindros de baja en el mármol de trazado. La figura 13
representa la operación de moldeo del bloque y por ella el lector puede
formarse idea del número de machos que son necesarios. La carrera de los
émbolos es 680 mm. La distribución es por el sistema Glehn, que abarca dos
ejes, con distribuciones independientes para los mecanismos de alta y baja presión.
Los cilindros B. P.
accionan el primer eje, que es, por lo tanto, acodado (fig. 14) y de acero
cromo níquel, por bielas de 2.000 mm. de longitud. Los A. P. actúan sobre el
segundo eje, mediante bielas motrices de 3.300 milímetros de longitud.
Figura 13.
Moldeo del
bloque de cilindros de baja presión.
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Como consecuencia de la disposición del mecanismo de
distribución, pueden obtenerse las siguientes combinaciones en el trabajo de
los cilindros:
1ª. En Compóund.
2ª. Con vapor vivo, a
presión reducida de 6 atmósferas en los B. P. y con vapor vivo a 16 kgs. y
escape a la atmósfera en los de A. P.
3ª. Con los de A. P.
solos.
4ª. Con los de B. P.
solos, aunque a presión reducida.
Figura 14.
Primer eje
cigüeñal de acero cromo níquel, accionado por los cilindros
de baja
presión.
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El carretón
giratorio delantero lleva dos ejes, con ruedas de 850 mm. de diámetro, y el
bisel posterior un eje, con ruedas de 1.220 mm. de diámetro.
El giro del primero
se efectúa mediante un pivote central esférico, que va sujeto a los cilindros
de B. P. con tornillos, apoyándose en un balancín transversal suspendido de
bielas de compensación.
La figura 15
representa el montaje en taller de los carretones delanteros.
Las distancias
entre los ejes de las ruedas de la máquina son: de 2.220 mm. entre las del
carretón y 1.850 mm. entre los ejes acoplados, siendo de 1.950 milímetros
la que media entre el segundo eje del carretón y el primer acoplado y de 2.975
mm. entre el último eje acoplado y el del bisel.
Figura 15.
Montaje en
taller de los carretones delanteros.
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La suspensión se ha
estudiado de forma que el equilibrio sea perfecto. El peso de la locomotora
descansa en tres puntos, debido a que los resortes de todos los ejes acoplados
y del bisel se relacionan entre sí mediante balancines equilibradores.
Con miras a la
mejor disipación del calor del rozamiento y a disminuir el peso muerto, todos
los ejes van taladrados con agujeros de 70 mm. de diámetro los acoplados y de
50 mm. de diámetro los del carretón delantero y bisel. Véanse en las figuras 3ª
y 16 los taladros a que se hace referencia.
Estas locomotoras
llevan frenos de vacío con eyector tipo «Super-Danton» y de contravapor con dispositivo
«Le Chatelier», areneros de vapor sistema «Gresham y Graver», que sirven al
primero y segundo eje acoplados, y otro de mano que envía la arena a los ejes tercero
y cuarto.
El engrase de
émbolos y distribuidores corre a cargo de engrasadores de condensación
«Detroit», y el alumbrado de la máquina es eléctrico mediante turbodinamo «Baldwin-Sumbean».
Los inyectores son
marca «Friedman» y, como complemento a la alimentación, llevan calentador de
agua sistema «Worthington», por vapor de escape.
Las figuras 16, 17
y 18 son tres vistas del taller de montajes en pleno trabajo con las
locomotoras que se han descrito, y señalando diferentes fases de la erección.
Figura 16.
Montaje de
las locomotoras. En la fotografía se distinguen los taladros
que llevan
los ejes para disipar mejor el calor del rozamiento y
para
disminuir el peso muerto.
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En la figura 16, en
primer término, hay un bastidor con los arriostrados colocados, y en él centro
una caldera sobre el bastidor con ruedas, a falta del bastidor del carro
delantero y del bisel.
En la caldera se
están colocando las chapas de la envolvente que van sobre los colchones de
amianto del guardacalor. Los cilindros están ya colocados y el bloque de baja
presión sirviendo de asiento y amarre a la caldera.
Como se ve, estos
cilindros tienen su eje inclinado respecto a la horizontal.
Puede apreciarse
perfectamente el taladrado de los ejes, y la colocación de las válvulas de
seguridad «Pop-Coale» inclinadas respecto al plano de simetría de la máquina;
situación obligada por la altura de la locomotora y con objeto de respetar los
gálibos.
En la figura 17 hay
una locomotora suspendida por las grúas-puente para colocar el carretón
delantero y el bisel. Es otra fase del montaje más avanzada que la de la figura
anterior. Nótese que de una a otra ya se ha terminado de colocar la envolvente,
la marquesina, y se están montando los accesorios de vapor y agua.
La figura 18 es una
perspectiva del taller de montajes. En ella se observan, desde el bastidor,
solo con sus arriostrados, hasta la locomotora que, y a termina da, sale
(puerta del fondo) por sus propios medios a la prueba, en las vías destinadas
al efecto, que, tendidas en los amplios campos que rodean la fábrica, permiten obtener
toda clase de velocidades en rectas y curvas y mantenerlas largo tiempo, con lo
que se verifican estas pruebas en las condiciones más cercanas a las de
servicio.
Como ha podido ver
el lector, la industria de fabricación de locomotoras en España es una feliz
realidad.
Y no sólo los talleres que
hemos estudiados dedican a ello sus actividades, sino que otras varias
industrias de gran importancia descuellan a gran altura, como son la Maquinista
Terrestre y Marítima de Barcelona y la Compañía Euskalduna de Bilbao, descritas
también en los artículos que siguen a éste.
Figura 17.
Detalle del
montaje de las locomotoras montaña.
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Tal vez quienes
lean este artículo consideren una puerilidad dar tanta importancia a una
fabricación que es ordinaria y corriente en otros países. Cierto es; pero no es
menos cierto que implantar una industria nueva en España y triunfar, constituye
un éxito enorme, clamoroso, tratándose de un país en el cual priva lo «no español»,
en el que en un artículo o máquina que lleve sello extranjero se le considera
superior sin discusión.
Y esto es lo que
los españoles debemos evitar; y si hemos de triunfar, ha de ser considerando lo
español superior a todo, sólo por el hecho de haberlo hecho en España, y esta
idea grabarla en nuestro corazón con letras de fuego.
Figura 18.
Taller de
montajes de la factoría Babcock-Wilcox.
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Un artículo español, sea el que sea, aunque cueste más que
otro extranjero, debe adquirirse , pues con ello se dará trabajo a
conciudadanos, no saldrá nuestro dinero del país y la balanza comercial se
inclinará a nuestro favor con sus benéficas consecuencias sobre el crédito del
país y el valor de la moneda.
Publicado por Enrique Pérez Villamil en Marzo de 1928
En la revista Ingeniería y Construcción.
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