miércoles, 6 de julio de 2016

El famoso puente de Vizcaya.- 1951

El famoso puente de Vizcaya.- 1951


   Fue iniciativa del arquitecto bilbaíno D. Alberto Palacios, el proyecto fue aprobado por el autor de la torre Eiffel y su coste – a fines del siglo XIX -, no llegó al millón de pesetas.

   Se habla mucho del Puente de Vizcaya – el Puente colgante, como se le conoce popularmente -, se han editado innumerables fotografías; hasta en algunas obras teatrales del género revisteril ha aparecido como decoración de fondo la ingente mole  de hierro y acero; se admira por todos este magnífico esfuerzo de la ingeniería, pero…
   Pero es lo cierto que no todos los españoles saben el origen y la gestación de esta famosa obra de la técnica metalúrgica.
   Digamos de estrada que el Puente de Vizcaya fue el primero de sus características que se construyó en el mundo. Esto ya es algo.
   La primitiva idea se debe al ilustre arquitecto en ingeniero bilbaíno, don Alberto Palacios. Este  señor, enamorado de la ría y de Bilbao, tuvo la iniciativa de llevar a cabo una construcción que trasladase sin rodeos de una a otra orilla de la ría. Y de acuerdo con tal iniciativa formuló un proyecto, que sometió a un grupo de amigos. En el proyecto consignaba un presupuesto de 415.000 pesetas que pronto se vió que era insuficiente.
   El proyecto en cuestión del señor Palacios fue llevado a París para ser consultado el ingeniero francés Eiffel, autor de la famosa torre. Este opinó que, en principio estaba bien, salvo algunas fundamentales modificaciones, declarando que era necesario, cuando menos, duplicar la cifra de coste consignada en el presupuesto.


   Por indicación de Eiffel se llevó el proyecto a su discípulo más aventajado y querido: el ingeniero Monsieur Arnodin. A los pocos meses, Arnodin se trasladó a Bilbao para inspeccionar sobre el terreno.
   Era necesario alrededor de un millón de pesetas, cifra poco menos que fabuloso a fines del siglo pasado. En una reunión de ilustres figuras bilbaínas se constituyó la Sociedad Anónima “Puente de Vizcaya”. En la misma reunión se recaudó por derrama entre los asistentes el capital necesario. Se llegó a la cifra de 900.000 pesetas, de las qque puso de su patrimonio particular 350.000 pesetas el prócer bilbaíno don Santos de Letona, a quien ya se había nombrado Presidente de la Sociedad “Puente de Vizcaya”. Y se acometió la obra, llevándose a cabo la mayor parte de la mecanización en Talleres de Zorroza.
   Como consecuencia de la guerra fraticída española, que culminó con la victoria de nuestro Caudillo Franco, el Puente colgante de Bilbao quedó espantosamente mutilado. Se encargó de la reconstrucción al ingeniero de Caminos español señor Aracil, habiendo corrido la parte mecánica a cargo de la Compañía Anónima “Basconia”, y la eléctrica, a cargo de la Casa Eguren. Al mostrarse en principio un poco remisa la Banca local para financiar las obras de reconstrucción, en un bello gesto de blbainismo, se comprometió a hacerlo la por tantos títulos benemérita Caja de Ahorros Vizcaína, Y la reconstrucción fue felizmente coronada.





Publicado en 1951 en la revista METALURGIA Y ELECTRICIDAD.

Obra original perteneciente a los fondos bibliográficos de la Fundación Sancho el Sabio Fundazioa. (Vitoria-Gazteiz).

http://hdl.handle.net/10357/8521










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