jueves, 8 de octubre de 2015

Lanzamiento del trasatlántico Alfonso XIII.- 1920

Lanzamiento del trasatlántico Alfonso XIII.- 1920

   Por la importancia del acto y la trascendencia de las manifestaciones hechas en él ante S. M. el Rey por los presidentes de la Sociedad Española de Construcción Naval y de la Compañía Trasatlántica, reproducimos a continuación los textos íntegros de los discursos leídos por estos últimos, a los que se refirió S. M. el Rey en la patriótica alocución que publicamos en el número anterior.

Trasatlántico Alfonso III, en la grada en su construcción.
Discurso del Presidente de la Sociedad Española de Construcción Naval, conde de Zubiría.

  "Señor:
   Sean mis primeras palabras para dar rendidas gracias a VV. MM. por haber honrado con su presencia este acto, dando una prueba más de su patriótico interés por cuanto es manifestación de vida nacional. Y pocas manifestaciones hay tan intensas como el lanzamiento de un buque. Integra la construcción de éste, de tal suerte, las diversas clases del trabajo y la producción, y las desarrolla luego el buque, como elemento de transporte, de modo tal, que al asistir a este lanzamiento puedo decir que hemos presenciado el nacimiento de un nuevo elemento de vida española, fundido en el crisol del mancomunado esfuerzo, no sólo de vosotros todos los que pertenecéis a la Sociedad Española de Construcción Naval en los Astilleros de Sestao, sino de cuantas entidades con ésta íntimamente colaboran, muy particularmente en Vizcaya, y cuyo trabajo ha de convertir en breve ese casco en potente máquina que, preparada para la lucha comercial ostente fecunda en las expertas manos de la Compañía Trasatlántica la bandera española por el mundo entero, acrecentando la influencia, el dominio y la riqueza de la metrópoli, de que es fragmento consustancial. Que así como España espiritualmente integra a todas sus regiones y provincias, sin distinción alguna, uniéndolas bajo una misma enseña, con el santo amor de una Religión, una Historia y una Monarquía por igual la integra el buque, materialmente; porque a su construcción concurren todas las actividades industriales del país, con amplitud y variedad no superadas, y a su navegación dan luego todas las industrias sus productos, en forma que continente y contenido son óptimo fruto del trabajo nacional.

SS.MM. en la tribuna regia de los astilleros de la Constructora Naval.
   Toda España que labora está, pues, en el buque potencialmente, desde el arado y el pico hasta lo que el laminador, el martillo y el telar fabrican. Señor; y cuando el buque, como en este caso acontece, lleva vuestro regio nombre, y le ampara en su nacimiento como madrina quien mejor que ninguna otra dama puede ostentar la representación de compañía naviera, con tantos títulos de patrióticos merecimientos señalados en los anales de la marina mercante española, se puede afirmar, con legítima ufanía, según antes he dicho, que nuestro trabajo ha permitido ensanchar, en el día de hoy, el solar español con un trozo más de gran fuerza expansiva salido de Vizcaya, donde apenas disgregado deja bajo el nombre de insigne navegante, Juan Sebastián Elcano, el germen de otro, cuyo desprendimiento fecundo será seguido de otros más, sin soluciones de continuidad.

   Para ese progresivo engrandecimiento patrio estamos congregadas dentro de la Sociedad Española de Construcción Naval importantísimas entidades españolas, y a él colaboramos además en el radio de acción peculiar de cada cual, desde el siderúrgico (Altos Hornos de Vizcaya) hasta el naviero (Compañía Trasatlántica), colaboración también patrióticamente prestada por laboriosas y esforzadas empresas de navegación que llevan la matrícula de este Bilbao, en la historia y en el presente singular adalid de la conquista pacífica del mar. La coordinación sistemática de los esfuerzos de esas entidades con las financieras que las alientan, adecuados a la misión que en España corresponde a cada cual, confía la Sociedad Española de Construcción Naval que será tan eficaz y duradera como la nación necesite para su prosperidad.

Aspecto de los astilleros de la Constructora Naval, en Sestao, momentos antes de la botadura.
   Y como esta prosperidad V. M. es el primero en anhelarla y procurarla con ahinco, y va íntimamente unida al aumento de las construcciones navales, permítame V. M. que, con su augusta venia, después de hacer votos por la vida feliz del buque, primero de una serie de trasatlánticos fatalmente retrasada en su ejecución por la guerra, no obstante los sacrificios de la Compañía Trasatlántica y la Sociedad Española de Construcción Naval, alce la copa en nombre de ésta y brinde por el progreso de ¡a Marina española, exclamando: ¡Viva España! y ¡Vivan los Reyes!”.

Trasatlántico Alfonso XIII, en el momento de su lanzamiento.
Discurso del Presidente de la Compañía Trasatlántica, marqués de Comillas, leído por el conde de Güell.
   "Señor:
   Día de júbilo es hoy para la Compañía Trasatlántica por haberse realizado felizmente ante VV. MM. el lanzamiento del primer trasatlántico de los encargados por la Compañía a la Sociedad Española de Construcción Naval para renovar la flota con que presta sus servicios al Estado, en forma que llegue a ser exclusivamente de construcción nacional, dejando así satisfecha la aspiración unánime de la Compañía, que con ese fin primordial ha contraído estrechos lazos con la Sociedad que en estos astilleros nos recibe y agasaja, haciéndose acreedora a nuestro reconocimiento.

   Y el júbilo es mayor al escuchar de boca del señor Presidente de la Sociedad constructora, que también lo es de Altos Hornos de Vizcaya, frases reveladoras de la comunidad de ideales y la solidaridad de intereses que las construcciones navales establecen entre el siderúrgico, el constructor y el naviero, y todos ellos con el país industrial. La compenetración del productor, el transformador y el transportador, es evidentemente esencial para la prosperidad de la marina mercante y del país. Sin ella, el buque no sería prolongación consustancial de la Patria, ni su pabellón cubriría el fruto íntegro del trabajo nacional, sino en gran parte la extranjería.

   Y cuando lo primero se logra, como todos estamos procurando con denuedo, entonces, Señor, el trasatlántico, con sus servicios de comunicaciones marítimas regulares responde al latido normal del país productor, y la circulación comercial por la red vascular que el Estado creó para el mantenimiento de la vida marítima nacional es tan amplia y fecunda como la de la savia en el árbol, cuyas principales raíces se expanden entre las más jugosas oquedades de la tierra, y cuyas hojas formando alta y frondosa copa, reciben el sol sin penumbras. Así el trasatlántico de construcción nacional y porteador del producto nacional, cuando baja la bandera española lucha con fuerza expansiva porque no se ponga el sol en los países de influencia económica de la Patria, haciendo circular por sus raíces industriales la savia del trabajo español, con rítmica pulsación, y recogiendo ó encauzando la semilla y el riego que por tan variados como complejos surcos hace llegar la navegación libre a todos los ámbitos del mundo, con pasmosa irregularidad copiosamente reproductiva; y así es, con mayor intensidad aun, cuando, como acabamos de escuchar, lo mismo la navegación libre que la navegación regular, acuden patrióticamente al constructor naval español encomendándole la construcción de sus buques: que no caben diferencias ni en los ánimos ni en los hechos, sino por el contrario, la más noble emulación cuando se trata de la defensa del interés de la Patria.

Momento en que el trasatlántico se desliza por la grada y entra en el agua.
   Reciban la Sociedad Española de Construcción Naval y las prestigiosas entidades que con ella colaboran el aplauso de la Compañía Trasatlántica y la felicitación que merecen por el loable y creciente esfuerzo que, con notorio éxito, vienen realizando para proveer de buques a los navieros y al Estado, rescatando la independencia de la construcción naval del extranjero,- y para aumentar y hacer más duraderas las conexiones entre los principales elementos afectos a la construcción y la navegación nacional. En esa labor, el concurso de la Compañía Trasatlántica no ha de faltar.

   Queda esta. Señor, en deuda de gratitud con Vuestras Majestades por su bondadosa asistencia a este acto, y para pagarla y seguir cumpliendo siempre sus patrióticos deberes, no omitirá medio que garantice que la nave que lleva vuestro augusto nombre sea siempre digna de él y fiel representante y gestora de los intereses españoles, y colabore con las demás naves de la Compañía Trasatlántica a la grandeza de la Patria, respondiendo todos sus actos a las divisas: "Por España y por el Rey”.

Trasatlántico Alfonso XIII, al caer al agua.

   En la grada que quedó libre después del lanzamiento del Alfonso XIII, se colocó a continuación, a presencia de los Soberanos, la quilla de un nuevo trasatlántico, cuya construcción acaba de encomendar la Compañía Trasatlántica a la Sociedad Española de Construcción Naval.

   Las características de este nuevo buque son:
Eslora, entre perpendiculares, 132,586 metros.
Manga, en cuaderna maestra, 17,062
Calado, 7,315.
Puntal, hasta la cubierta Shelter, 9,748.
Tonelaje bruto, 8.600.
Desplazamiento, 12.000
Velocidad, a pruebas, 14 1/2 nudos.
Máquinas: turbinas engranadas, con cinco cilindros de vapor; maquinillas, molinete para levar anclas, servomotor a vapor para el timón y alumbrado eléctrico.

   A este barco se le pondrá el nombre de Juan Sebastián de Elcano, nombre glorioso del célebre marino vasco que un año antes de su muerte coronó la historia brillante de sus viajes y descubrimientos, acelerando, en Portugalete, la construcción y armamento de cuatro naves, con las cuales, y tres más, hizo su última expedición.


Los astilleros.

   Los astilleros de Sestao, en donde ha sido construido el Alfonso XIII, están situados entre la línea férrea de Bilbao a Portugalete y la ría, y a ellos da entrada, junto a la estación de aquel nombre, un amplio puente de hormigón armado de 24 metros de longitud. Ocupan una extensión aproximada de 1.300.000 pies y tienen frente a la ría una longitud de unos 550 metros.

   Desde que inauguraron los trabajos de construcción naval con los elementos más necesarios para emprenderlos, se han ido completando las instalaciones, ampliándolas y dotando a algunas de ellas de la maquinaria y los utensilios que exigía el desarrollo del trabajo.

   En la actualidad existen en los mismos cuatro gradas: una de 200 metros, otra de 160 y dos de 140 cada una. La de 160 la ha ocupado desde que se inauguraron las tareas, el trasatlántico Alfonso XIII.


   Además de las oficinas generales y del almacén general y enfermería, figuran en estos astilleros los departamentos siguientes: el de herreros de ribera, el de sierras y taller de botes, la sala de gálibos y carpintería, la central eléctrica, el edificio destinado a fraguas y forjas, el taller de galvanización y los de maquinaria y monturas a flote, de plomeros y calderería, todos ellos admirablemente organizados y dotados con todos los modernos adelantos de la industria naval.

   En el enlace de las grandes actividades industriales que desarrolla la Sociedad Española de Construcción Naval, figura en puesto culminante un hecho de excepcional importancia para la vida futura del desenvolvimiento económico de Vizcaya. Nos referimos a las adquisiciones efectuadas por la Sociedad Altos Hornos, de los astilleros del Nervión y de las fábricas y demás propiedades del señor Martínez de las Rivas en la cantidad de 43.000.000 de pesetas, habiendo concedido en arrendamiento la primera de las citadas entidades, a la Sociedad Española de Construcción Naval, toda la parte de adquisiciones dedicada a la construcción marítima.

La unión de los grandes astilleros de Sestao y del Nervión.
    En el grabado que publicamos, puede apreciarse la extensión de terreno ocupada por la antigua factoría del Sr. Martínez de las Rivas en relación con la que ocupa la factoría de la Sociedad Española de Construcción Naval, y calcular lo que representa el hecho de que ambas puedan funcionar sin solución de continuidad, mediante un plan armónico, que según nuestras noticias está ya estudiado, y en cuya realización entra un perfecto aprovechamiento de terrenos disponibles, construyendo cuatro gradas más, otro gran dique, una gran dársena interior, reforzando considerablemente todos los elementos para la construcción y para las carenas y reparaciones.

   El presupuesto de estas nuevas obras excederá de 25.000.000 de pesetas, y se comprenderá fácilmente lo que representa para el engrandecimiento de Vizcaya y para el sustento y bienestar de la clase obrera la unión de las dos factorías, en las que actualmente tienen ocupación unos cuatro mil trabajadores.

Publicado el 30 de Septiembre de 1.920

En VIDA MARITIMA.

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