Lanzamiento del trasatlántico Alfonso XIII.- 1920
Por la importancia
del acto y la trascendencia de las manifestaciones hechas en él ante S. M. el
Rey por los presidentes de la Sociedad Española de Construcción Naval y de la
Compañía Trasatlántica, reproducimos a continuación los textos íntegros de los
discursos leídos por estos últimos, a los que se refirió S. M. el Rey en la
patriótica alocución que publicamos en el número anterior.
Trasatlántico Alfonso III, en la grada
en su construcción.
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Discurso
del Presidente de la Sociedad Española de Construcción Naval, conde de Zubiría.
"Señor:
Sean mis primeras
palabras para dar rendidas gracias a VV. MM. por haber honrado con su presencia
este acto, dando una prueba más de su patriótico interés por cuanto es
manifestación de vida nacional. Y pocas manifestaciones hay tan intensas como
el lanzamiento de un buque. Integra la construcción de éste, de tal suerte, las
diversas clases del trabajo y la producción, y las desarrolla luego el buque,
como elemento de transporte, de modo tal, que al asistir a este lanzamiento puedo
decir que hemos presenciado el nacimiento de un nuevo elemento de vida
española, fundido en el crisol del mancomunado esfuerzo, no sólo de vosotros todos
los que pertenecéis a la Sociedad Española de Construcción Naval en los
Astilleros de Sestao, sino de cuantas entidades con ésta íntimamente colaboran,
muy particularmente en Vizcaya, y cuyo trabajo ha de convertir en breve ese
casco en potente máquina que, preparada para la lucha comercial ostente fecunda
en las expertas manos de la Compañía Trasatlántica la bandera española por el
mundo entero, acrecentando la influencia, el dominio y la riqueza de la
metrópoli, de que es fragmento consustancial. Que así como España
espiritualmente integra a todas sus regiones y provincias, sin distinción
alguna, uniéndolas bajo una misma enseña, con el santo amor de una Religión, una
Historia y una Monarquía por igual la integra el buque, materialmente; porque a
su construcción concurren todas las actividades industriales del país, con
amplitud y variedad no superadas, y a su navegación dan luego todas las
industrias sus productos, en forma que continente y contenido son óptimo fruto
del trabajo nacional.
SS.MM. en la tribuna regia de los
astilleros de la Constructora Naval.
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Toda España que
labora está, pues, en el buque potencialmente, desde el arado y el pico hasta
lo que el laminador, el martillo y el telar fabrican. Señor; y cuando el buque,
como en este caso acontece, lleva vuestro regio nombre, y le ampara en su
nacimiento como madrina quien mejor que ninguna otra dama puede ostentar la
representación de compañía naviera, con tantos títulos de patrióticos
merecimientos señalados en los anales de la marina mercante española, se puede
afirmar, con legítima ufanía, según antes he dicho, que nuestro trabajo ha
permitido ensanchar, en el día de hoy, el solar español con un trozo más de
gran fuerza expansiva salido de Vizcaya, donde apenas disgregado deja bajo el
nombre de insigne navegante, Juan Sebastián Elcano, el germen de otro, cuyo
desprendimiento fecundo será seguido de otros más, sin soluciones de
continuidad.
Para ese progresivo
engrandecimiento patrio estamos congregadas dentro de la Sociedad Española de
Construcción Naval importantísimas entidades españolas, y a él colaboramos
además en el radio de acción peculiar de cada cual, desde el siderúrgico (Altos
Hornos de Vizcaya) hasta el naviero (Compañía Trasatlántica), colaboración
también patrióticamente prestada por laboriosas y esforzadas empresas de
navegación que llevan la matrícula de este Bilbao, en la historia y en el
presente singular adalid de la conquista pacífica del mar. La coordinación
sistemática de los esfuerzos de esas entidades con las financieras que las
alientan, adecuados a la misión que en España corresponde a cada cual, confía
la Sociedad Española de Construcción Naval que será tan eficaz y duradera como
la nación necesite para su prosperidad.
Aspecto de los astilleros de la
Constructora Naval, en Sestao, momentos antes de la botadura.
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Y como esta
prosperidad V. M. es el primero
en anhelarla y procurarla con ahinco, y
va íntimamente unida al aumento
de las construcciones navales, permítame V. M. que, con su augusta venia,
después de hacer votos por la vida feliz del buque, primero de una serie de
trasatlánticos fatalmente retrasada en su ejecución por la guerra, no obstante
los sacrificios de la Compañía Trasatlántica y la Sociedad Española de
Construcción Naval, alce la copa en nombre de ésta y brinde por el progreso de
¡a Marina española, exclamando: ¡Viva España! y ¡Vivan los Reyes!”.
Trasatlántico Alfonso XIII, en el
momento de su lanzamiento.
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Discurso del Presidente de la Compañía
Trasatlántica, marqués de Comillas, leído por el conde de Güell.
"Señor:
Día de júbilo es
hoy para la Compañía Trasatlántica por haberse realizado felizmente ante VV.
MM. el lanzamiento del primer trasatlántico de los encargados por la Compañía a
la Sociedad Española de Construcción Naval para renovar la flota con que presta
sus servicios al Estado, en forma que llegue a ser exclusivamente de
construcción nacional, dejando así satisfecha la aspiración unánime de la
Compañía, que con ese fin primordial ha contraído estrechos lazos con la Sociedad
que en estos astilleros nos recibe y agasaja, haciéndose acreedora a nuestro
reconocimiento.
Y el júbilo es
mayor al escuchar de boca del señor Presidente de la Sociedad constructora, que
también lo es de Altos Hornos de Vizcaya, frases reveladoras de la comunidad de
ideales y la solidaridad de intereses que las construcciones navales establecen
entre el siderúrgico, el constructor y el naviero, y todos ellos con el país
industrial. La compenetración del productor, el transformador y el
transportador, es evidentemente esencial para la prosperidad de la marina
mercante y del país. Sin ella, el buque no sería prolongación consustancial de
la Patria, ni su pabellón cubriría el fruto íntegro del trabajo nacional, sino
en gran parte la extranjería.
Y cuando lo primero
se logra, como todos estamos procurando con denuedo, entonces, Señor, el
trasatlántico, con sus servicios de comunicaciones marítimas regulares responde
al latido normal del país productor, y la circulación comercial por la red
vascular que el Estado creó para el mantenimiento de la vida marítima nacional
es tan amplia y fecunda como la de la savia en el árbol, cuyas principales
raíces se expanden entre las más jugosas oquedades de la tierra, y cuyas hojas formando
alta y frondosa copa, reciben el sol sin penumbras. Así el trasatlántico de
construcción nacional y porteador del producto nacional, cuando baja la bandera
española lucha con fuerza expansiva porque no se ponga el sol en los países de
influencia económica de la Patria, haciendo circular por sus raíces
industriales la savia del trabajo español, con rítmica pulsación, y recogiendo
ó encauzando la semilla y el riego que por tan variados como complejos surcos
hace llegar la navegación libre a todos los ámbitos del mundo, con pasmosa
irregularidad copiosamente reproductiva; y así es, con mayor intensidad aun,
cuando, como acabamos de escuchar, lo mismo la navegación libre que la navegación
regular, acuden patrióticamente al constructor naval español encomendándole la
construcción de sus buques: que no caben diferencias ni en los ánimos ni en los
hechos, sino por el contrario, la más noble emulación cuando se trata de la
defensa del interés de la Patria.
Momento en que el trasatlántico se desliza
por la grada y entra en el agua.
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Reciban la Sociedad
Española de Construcción Naval y las prestigiosas entidades que con ella
colaboran el aplauso de la Compañía Trasatlántica y la felicitación que merecen
por el loable y creciente esfuerzo que, con notorio éxito, vienen realizando
para proveer de buques a los navieros y al Estado, rescatando la independencia
de la construcción naval del extranjero,- y para aumentar y hacer más duraderas
las conexiones entre los principales elementos afectos a la construcción y la
navegación nacional. En esa labor, el concurso de la Compañía Trasatlántica no
ha de faltar.
Queda esta. Señor,
en deuda de gratitud con Vuestras Majestades por su bondadosa asistencia a este
acto, y para pagarla y seguir cumpliendo siempre sus patrióticos deberes, no
omitirá medio que garantice que la nave que lleva vuestro augusto nombre sea
siempre digna de él y fiel representante y gestora de los intereses españoles,
y colabore con las demás naves de la Compañía Trasatlántica a la grandeza de la
Patria, respondiendo todos sus actos a las divisas: "Por España y por el
Rey”.
Trasatlántico Alfonso XIII, al caer al
agua.
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En la grada que
quedó libre después del lanzamiento del Alfonso XIII, se colocó a
continuación, a presencia de los Soberanos, la quilla de un nuevo
trasatlántico, cuya construcción acaba de encomendar la Compañía Trasatlántica a
la Sociedad Española de Construcción Naval.
Las características
de este nuevo buque son:
Eslora, entre perpendiculares, 132,586 metros.
Manga, en cuaderna maestra, 17,062
Calado, 7,315.
Puntal, hasta la cubierta Shelter, 9,748.
Tonelaje bruto, 8.600.
Desplazamiento, 12.000
Velocidad, a pruebas, 14 1/2 nudos.
Máquinas: turbinas engranadas, con cinco cilindros de vapor;
maquinillas, molinete para levar anclas, servomotor a vapor para el timón y
alumbrado eléctrico.
A este barco se le
pondrá el nombre de Juan Sebastián de Elcano, nombre glorioso del
célebre marino vasco que un año antes de su muerte coronó la historia brillante
de sus viajes y descubrimientos, acelerando, en Portugalete, la construcción y
armamento de cuatro naves, con las cuales, y tres más, hizo su última
expedición.
Los
astilleros.
Los astilleros de
Sestao, en donde ha sido construido el Alfonso XIII, están situados
entre la línea férrea de Bilbao a Portugalete y la ría, y a ellos da entrada,
junto a la estación de aquel nombre, un amplio puente de hormigón armado de 24
metros de longitud. Ocupan una extensión aproximada de 1.300.000 pies y tienen frente
a la ría una longitud de unos 550 metros.
Desde que
inauguraron los trabajos de construcción naval con los elementos más necesarios
para emprenderlos, se han ido completando las instalaciones, ampliándolas y
dotando a algunas de ellas de la maquinaria y los utensilios que exigía el
desarrollo del trabajo.
En la actualidad
existen en los mismos cuatro gradas: una de 200 metros, otra de 160 y dos de
140 cada una. La de 160 la ha ocupado desde que se inauguraron las tareas, el
trasatlántico Alfonso XIII.
Además de las
oficinas generales y del almacén general y enfermería, figuran en estos
astilleros los departamentos siguientes: el de herreros de ribera, el de
sierras y taller de botes, la sala de gálibos y carpintería, la central
eléctrica, el edificio destinado a fraguas y forjas, el taller de galvanización
y los de maquinaria y monturas a flote, de plomeros y calderería, todos ellos
admirablemente organizados y dotados con todos los modernos adelantos de la
industria naval.
En el enlace de las
grandes actividades industriales que desarrolla la Sociedad Española de
Construcción Naval, figura en puesto culminante un hecho de excepcional importancia
para la vida futura del desenvolvimiento económico de Vizcaya. Nos referimos a
las adquisiciones efectuadas por la Sociedad Altos Hornos, de los astilleros
del Nervión y de las fábricas y demás propiedades del señor Martínez de las
Rivas en la cantidad de 43.000.000 de pesetas, habiendo concedido en arrendamiento
la primera de las citadas entidades, a la Sociedad Española de Construcción
Naval, toda la parte de adquisiciones dedicada a la construcción marítima.
La unión de los grandes astilleros de
Sestao y del Nervión.
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En el grabado que
publicamos, puede apreciarse la extensión de terreno ocupada por la antigua
factoría del Sr. Martínez de las Rivas en relación con la que ocupa la factoría
de la Sociedad Española de Construcción Naval, y calcular lo que representa el
hecho de que ambas puedan funcionar sin solución de continuidad, mediante un
plan armónico, que según nuestras noticias está ya estudiado, y en cuya
realización entra un perfecto aprovechamiento de terrenos disponibles,
construyendo cuatro gradas más, otro gran dique, una gran dársena interior,
reforzando considerablemente todos los elementos para la construcción y para
las carenas y reparaciones.
El presupuesto de
estas nuevas obras excederá de 25.000.000 de pesetas, y se comprenderá
fácilmente lo que representa para el engrandecimiento de Vizcaya y para el
sustento y bienestar de la clase obrera la unión de las dos factorías, en las
que actualmente tienen ocupación unos cuatro mil trabajadores.
Publicado el 30 de Septiembre de 1.920
En VIDA MARITIMA.
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