miércoles, 23 de diciembre de 2015

Los laboratorios de la industria siderúrgica vizcaína.- 1926

Los laboratorios de la industria siderúrgica vizcaína.- 1926

   Han variado mucho las cosas. Años atrás era corriente en las fábricas siderúrgicas vizcaínas la venta de gran parte del acero y hierro que fabricaban sin sujetar la partida a pruebas de recepción. Excepción hecha de carriles para las Compañías ferroviarias y de material para la Marina, raro era el pedido que se hacía a base de condiciones de recepción. Y aun éstas, para aquellas partidas en que se las exigía, no eran exageradas ni mucho menos. Se reducían a pruebas a la tracción, alargamiento y al choque. Bien es verdad que, en aquella época, nuestras fábricas no hacían material para locomotoras, coches, vagones, locomóviles, aeroplanos, etc., etc., y la fabricación de aceros especiales, aceros de precio, en España no se conocía, y en el extranjero estaba incipiente.

Exterior del laboratorio de la casa Echevarría, S. A., de Bilbao.
   Hoy Vizcaya, dicho sea en su honor, ha evolucionado en relación con los adelantos siderúrgicos. Sus 14.000 obreros empleados en las fábricas siderúrgicas aparte de los muchos que trabajan en talleres y pequeñas industrias que viven al amparo de aquéllas; sus catorce hornos altos dedicados a la producción de hierro colado; sus dieciocho hornos Siemens, convertidores Bessemer y Robert, y sus cinco hornos eléctricos dedicados a la fabricación de aceros en general y a aceros especiales, la colocan en primer lugar entre la siderurgia española. Y no había de dejar rezagado el laboratorio, tan necesario a estas industrias, no sólo, por la importancia que le dan las pruebas de recepción de los materiales antes de salir de la fábrica, sino y principalmente porque él ha de ser la base de los ensayos, la piedra de toque que ha de conducir a la Dirección en el camino de obtener lo que la industria necesita, lo que el consumidor demanda, ateniéndose a necesidades especiales, bien sea para fabricación de cañones, bien para máquinas de automóviles, aceros que unas veces tengan especial resistencia al choque, otras al calor elevado, ya a la dureza, ya al alargamiento, etc.

   El laboratorio se impone por su necesidad ineludible en toda fabricación bien instalada. Y no es el laboratorio donde se hagan exclusivamente análisis químicos, que esto, con ser muy necesario, no es suficiente. Se necesita el laboratorio de ensayos mecánicos y el laboratorio metalográfico.

Buen número de nuestras fábricas cuentan con laboratorios que, aunque modestos, llenan sus necesidades sin excederse. Hay otras que ya han entrado en el laboratorio mecánico y aun en el metalográfico, si bien por escasez en el personal dedicado a llenar varios puestos a la vez, no se trabaja en los tres laboratorios con la intensidad y eficacia que a mi juicio sería conveniente para obtener resultados prácticos.

   No trataré, por ahora, de los laboratorios de la Sociedad Altos Hornos de Vizcaya, reunidos todos en un nuevo edificio construido en la Vega de Murrieta (Baracaldo), próximo a inaugurarse, donde se agrupan los laboratorios químicos, mecánicos y metalográficos, con tal lujo de detalles que colocan a la poderosa Sociedad en el lugar que la correspondía como productora de hierros y aceros; tiempo habrá para ello. Pero si haré aquí un ligero bosquejo del laboratorio que la casa Echevarría, S. A., ha montado recientemente, con lo cual daré a los lectores una ligera idea de la importancia que el laboratorio en general tiene en una fábrica.

Máquina universal Amsler para ensayos de tracción, flexión,
presión, embutición, doblado y dureza de los aceros.
Echevarría, S. A., que tanto se ha ufanado siempre en modernizar sus procedimientos de fabricación, parece quiere emprender la especialización de los aceros especiales.
   Está en buenas condiciones para ello. Dispone de excelente personal, instruido, laborioso y entusiasta de esa clase de trabajo. Tiene dos hornos eléctricos de dimensiones convenientes para dedicarlos a estos usos.

   Y, por fin, retine en sus laboratorios todos los elementos necesarios para seguir el estudio de las condiciones que llena un acero, desde que está en fabricación hasta que con las preparaciones necesarias puede sacarse de su prueba al microscopio una fotografía en la que se estudien la agrupación de los elementos que acompañan al hierro.

   En su fábrica de Baracaldo ha construido un edificio de nueva planta, planta baja exclusivamente, con grandes ventanales a los cuatro vientos, por los cuales puede penetrar a raudales la luz y el aire.

   En este edificio se han reunido los tres laboratorios: el químico, el mecánico y el metalográfico.

   En el laboratorio químico, provisto de todo lo necesario para seguir el análisis de los productos que son necesarios para la fabricación (carbones, hierro colado, lubricantes, etc., etc.), tiene lo indispensable para seguir la fabricación de aceros, mereciendo citarse el aparato Stroklein, con el cual se puede seguir por su rapidez la marcha del afino en el horno eléctrico o en el Siemens.
   En el laboratorio para pruebas mecánicas disponen de dos aparatos para ensayos a la tracción. Una máquina universal Amsler de potencia variable a voluntad, de 3, 10, 20 y 30 toneladas, capacitada para los ensayos de tracción, y además para los de compresión, flexión, embutición y dureza, accionada por su motor eléctrico de tres caballos. Accesorias a esta máquina son las de dividir las probetas de pruebas y el microscopio para lectura de huellas en ensayos de dureza.

   Otra máquina para ensayos a la tracción de alambres de la casa Falcot Charpentier y Compañía, de tres mil kilogramos de capacidad.

Aspecto del laboratorio químico.
   Para ensayos de dureza de los materiales, disponen de las siguientes máquinas:

   Una máquina de aceite Brinell, de 3.000 kg. de presión, con microscopio portátil y su tabla entre la resistencia en kilos y los números.
   Un aparato escleroscopio portátil para averiguar la dureza en piezas terminadas, no dejando huella en la superficie ensayada, con la relación a la escala Brinell y deducción de la resistencia en kilos.

   Un aparato portátil H. Morin para el mismo uso con relación a la escala Brinell.

   Hay también un péndulo Charpy para ensayar la resiliencia, o sea la no fragilidad, al choque, con cuadrados de reacción que dan la resiliencia directa.
   Hay igualmente dos hornos eléctricos, uno de mufla rectangular con arrollamiento de cromo y cromoníquel para temperaturas hasta 1200° de la casa Ward Leonard Electric y Cía., y otros dos de mufla circular con arrollamiento de platino para temperaturas hasta 1300°; y dos hornos de gas G. Meker y Cía. Para observar las temperaturas tienen cinco pirómetros, dos ópticos ingleses de lectura directa, el uno hasta 2500° y el otro hasta 1200°; y otros cinco de lectura indirecta de los, cuales son dos de Ph. Pellín y tres Strohlein y Cía. Disponen de diversos accesorios, como son: pulidora, taladro, banco de ajuste y carritos para transportar aceite, petróleo, agua salada, etc., donde efectúan los temples a temperaturas determinadas.

Gabinete de clasificación y preparación de muestras.
   Poseen, además, un aparato Saladin-Chatelier y otro Chevenard para la determinación de los puntos críticos de los aceros.

   Por último, en el laboratorio metalográfico se dispone de un banco metalográfico Chatelier, con una colección completa de objetivos y oculares para obtener pruebas desde 40 a 3.600 aumentos y provisto de cámara fotográfica y todos los accesorios necesarios, así como pulidora mecánica con muelas para la preparación de muestras y una colección de reactivos para el ataque y preparación de estas muestras.

   Hemos de agregar a lo expuesto, y que está ya montado y funcionando, aquello que muy pronto será un hecho y que completa la buena instalación de estos laboratorios.

   Nos referimos al último modelo del microscopio Leizt, montado sobre banco insensible a las trepidaciones, y una instalación completa para ensayos magnéticos de hierros y aceros. Para instalar esto último será necesario: ampliar el edificio con un nuevo cuerpo adosado al actual por el lado sur.

Sección de metalografía. Sección de metalografía.
   Véase en lo expuesto la gran importancia que se viene dando a los ensayos mecánicos de los aceros, comparando los resultados obtenidos en estas pruebas con los que se pueden deducir de sus análisis químicos y de la exposición de estas muestras ante el microscopio. Con los resultados obtenidos con las tres clases de ensayos a que antes nos referimos, se forman unas tarjetas para cada colada de acero, en la que constan las pruebas obtenidas en cada uno de los tres laboratorios y las observaciones a que pueden dar lugar la comparación de los resultados obtenidos.

  Bastará con lo indicado para darse cuenta de la importancia que han adquirido y que justamente se les otorga a los laboratorios en las fábricas destinadas a la fabricación de aceros.

Publicado en Junio de 1.926 por Enrique G. Borreguero

En la revista Ingeniería y Construcción.

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