jueves, 17 de marzo de 2016

Viaje a Vizcaya del Presidente de la Republica.- 1933

Viaje a Vizcaya del Presidente de la Republica.- 1933

S.E. el Presidente de la Republica con el director gerente de Altos Hornos, D. Eduardo Merello.
   La capital de Vizcaya ha sido visitada hace días por el más alto representante del Estado español. No ha sido la de S. E. el Presidente de la República una de las tantas visitas oficiales, con la frialdad consiguiente del protocolo, sino que ha tenido más bien un marcado carácter de interés que sin duda ha de traducirse en una elevación rotunda de la potencia económica de Bilbao. Lo demuestra así el que el Sr. Alcalá Zamora fué acompañado en todas sus visitas por el ministro de Obras Públicas, Sr. Prieto, hombre que como ministro y como bilbaíno conoce con la suficiencia del problema vivido todas las soluciones y resortes económicos que han de moverse para hacer que la capital de Vizcaya salga del desastre económico que asola al mundo.
 
   Lo merece Bilbao por su limpia ejecutoria de trabajo y lo merece nuestra Joven República, que ha de demostrar en el concierto internacional que su juventud es positiva y fuerte porque es sana. Es una necesidad del Estado español inyectar de trabajo la región vizcaína, fortalecer su centro de vida, Bilbao, hoy decadente y que ayer regaba de riqueza y trabajo el trozo de tierra recio y puramente español que es Vizcaya.

   Todos los desvelos y esfuerzos gigantescos de esta región para lograr una industria y catalogarse en los primeros puestos de las europeas han de ser tenidos presentes por los representantes de la nación, que deben buscar y rebuscar en sus preparaciones técnicas la solución o soluciones que amortigüen de momento, en un sentido de totalidad, esta depresión, que más tarde será llegada la hora de ir con detenimiento atacando el mal parcialmente. Es un imperativo de Gobierno, y así lo ha entendido el nuestro  pues la visita lo demuestra, el que toda esa fantástica obra que supone el logro de Bilbao como cerebro pensante y actuante de la industria española salga del marasmo que sufre.

   El cielo de Bilbao, sin alimento, reclama el humo de las fábricas para nutrirse; la estampa bilbaína que representa el rojo chorro de hierro vertido sobre una caldera ha perdido color; hay que vitalizar la estampa literaria, patinando de sudor, que es trabajo, los músculos fuertes del metalúrgico...

Visita a Altos Hornos de Vizcaya.
   La primera visita realizada por el Presidente de la Republica fue a los Altos Hornos. A su llegada fue recibido por el presidente del Consejo de la Sociedad, D. Víctor Chávarri y Anduiza, marqués de Triano, y los consejeros D. Evencio Cortina, D. Venancio de Echevarría, D. Juan Tomás de Gandarias, D. Femando Ibarra, marqués de Arriluce de Ibarra; D. Fernando, D. Manuel y D. Rafael de Zubiría; director gerente, Sr. Merello, y alto personal.

El director gerente de Altos Hornos, Sr. Merello explicando a S.E. el funcionamiento de la factoria.
   Inició el recorrido de la fábrica de Baracaldo por el laboratorio químico metalográflco, dotado de toda clase de adelantos para el análisis y estudios de la composición y características de materiales relacionados con la industria siderúrgica, trasladándose al departamento de hornos de acero Siemens, presenciando la colada del único horno que está en funcionamiento de los tres de que consta dicho departamento, y cuya producción es de 60 toneladas de capacidad por colada y homo, y después a los grandes trenes de laminación, donde se procedió a laminar en presencia de S. E. los primeros carriles destinados al cumplimiento del contrato con la República Argentina para suministro de 16.000 toneladas. Como es sabido, a falta de pedido de carriles del país, pues él consumo ha disminuido considerablemente aun en relación con los que había antes de la guerra, la Sociedad, al objeto de no reducir todavía más la marcha de sus grandes trenes y poder proporcionar trabajo a sus obreros, haciendo, como es consiguiente, un verdadero esfuerzo, mediante un gran sacrificio en el precio de venta, acudió a un concurso abierto en la Argentina, en el que se admitía, como es natural, las propuestas de las principales firmas siderúrgicas mundiales, habiendo conseguido el que le fuera adjudicado dicho suministro por la enorme ventaja que le proporcionaba a dicha nación en calidad y precio.

   Después de visitar estos grandes trenes de laminación, o sea el tren "blooming" o de desbaste y el Reversible acabador, y el grupo "Ilgner", que ha de trasformar y regularizar la energía eléctrica para el accionamiento de los mismos, y en los que se obtienen toda clase de perfiles empleados en la industria metalúrgica de trasformación, en la edificación y Empresas ferroviarias, pasó el Presidente de la República al departamento de acero Bessemer, donde presenció el funcionamiento de los convertidores.

   A continuación se embarcó la comitiva en unos remolcadores, que la trasladaron a los astilleros y dependencias de la Sociedad Española de Construcción Naval, y de allí pasó a la fábrica que en Sestao posee la Sociedad Altos Hornos de Vizcaya, donde aguardaba un tren, compuesto de dos unidades y arrastrado por una máquina motora que había sido engalanada con pequeñas banderitas.

   Utilizando dicho medio de locomoción los visitantes efectuaron un breve recorrido por el interior de la factoría y llegaron frente a las nuevas baterías de Cok, al departamento del tren continuo de laminar, el taller de forja grande y la nueva batería de hornos de Cok recientemente Inaugurada, capaz para una fabricación de mil toneladas diarias, aunque actualmente, por la crisis existente, ha de trabajar a una marcha más reducida. Esta instalación, una de las más modernas en su género, ha sido construida por la casa alemana Doctor Cotto.

   La rapidez de la visita impidió que el Sr. Alcalá Zamora viera las instituciones benéficas de la Sociedad, entre las que se encuentran las escuelas, en las que reciben instrucción más de 1.600 niños, hijos de los empleados y obreros; el sanatorio quirúrgico, en el que se presta asistencia a los lesionados de accidentes de trabajo, y en que, además, hay establecidas consultas de médicos especialistas de la vista, garganta, nariz y oídos, estómago y de obstetricia y ginecología, completamente gratuitas, no sólo para los obreras y empleados, sino también para sus familias.

Visita a La Constructora Naval
   Llegó S. E. el Presidente de la República a esta factoría en el remolcador "Ayeta-Mendi", siendo recibido en el embarcadero de' la Constructora por el vicepresidente del Consejo de Administración, señor marqués de Arríluce de Ibarra; gerente de la Sociedad, D. José María Cervera; director de los astilleros, Sr. Miranda, y director de los talleres del Nervión, también propiedad de la Sociedad Española de Construcción Naval, Sr. Gil de Biedma.

Uno de los grandes motores "Diessel-Naval", construidos para la
C.A.M.P.S.A. en los talleres de Sestao
   El Jefe del Estado recorrió los distintos talleres de la factoría, en los que le fueron mostrados los magníficos motores Diessel, que, lo mismo que los construidos para los submarinos de nuestra Marina de guerra, se construyen hoy en la Naval, con la máxima garantía técnica. En esta visita pudimos admirar uno de los motores en construcción de 2.000 caballos de fuerza, destinado a uno de los buques petroleros en construcción para la Campsa tipo "Campeche".

   Otra de las fabricaciones que la Constructora Naval ha implantado recientemente ha sido la de las hélices, que ha requerido una costosa instalación de maquinaria, creando al mismo tiempo una sección técnica especial en vista de las necesidades de la marina nacional.

   Resuelta por la Constructora Naval la construcción de grandes piezas en sus talleres de Reinosa, hoy tiene solucionado nuestra nación un problema importantísimo, que tanto afecta a la construcción naval en sus distintas variedades.

   En la trasformación que se ha ido dando a las factorías de esta poderosa entidad para adaptarlas a las nuevas necesidades de fabricación, sobre todo en los talleres del Nervión y Sestao, teniendo en cuenta las necesidades nacionales, hay que señalar, sobre todo, la gran perfección técnica y su labor patriótica librándonos de la dependencia extranjera, a que hemos estado sometidos siempre.

   En esta visita hemos podido admirar el magnífico material para ferrocarriles, sobre todo para tracción eléctrica. Locomotoras de las dos clases, vagones, los motores para los camiones "Somna Naval", cuyos chasis, carrocerías, etc., se construyen en los talleres de Reinosa, Nervión y Placencia de las Armas.

El Presidente de la República en su visita a
La Constructora Naval.
   Estos camiones, que han probado su Insuperable construcción en las numerosas líneas que hoy funcionan en nuestras carreteras, en competencia con las más famosas marcas extranjeras, circulan en varias líneas urbanas de Barcelona, Córdoba y Bilbao, esperando que sean ampliadas las que funcionan en otras capitales y líneas regulares.

   Hoy la Naval de Sestao sufre una crisis de trabajo tan intensa como la que padezcan las demás industrias de las márgenes de la ría, y sus tres grandes capaces para albergar durante su construcción cascos de hasta 30.000 toneladas, no están ocupadas más que en una parte exigua por un futuro barco de 6.500 toneladas para la Trasmediterránea.

   Esto es todo lo que en construcción tienen los Astilleros de Sestao que necesitan para trabajar normalmente ocupar sus gradas con unas 50.000 toneladas, y si no se lleva a la práctica el proyecto de comunicaciones marítimas, de que tanto se ha hablado y escrito, no vemos la manera de que llegue por ahora a alcanzar esa cifra de producción.

El Presidente con el Sr. Cervera.
      Estos talleres y astilleros son los que lanzaron los tres barcos de más tonelaje de la flota española: los "Cabo San Agustín", "Santo Tomé" y "San Antonio", de 17.000 toneladas, de la Compañía Ibarra, propulsados por motores de aceite pesado.

El Presidente en la Babcock & Wilcox
   Su Excelencia el Presidente de la República, acompañado del ministro de Obras Públicas, hizo una visita a esta importante fábrica. Entre vítores y aplausos de centenares de niños de las escuelas, que se situaron a la entrada para presenciar el paso del Presidente, fue recibido éste en la puerta de la factoría por el presidente del Consejo de Administración, D. Víctor Chávarri, marqués de Triano; D. Enrique Ocharan, consejero; D. José Torrontegui, director gerente, que acompañaron a Su Excelencia por las hermosas naves y los distintos talleres que forman parte de la fábrica.

Edificio de nueva construcción donde se encuentran los comedores de los obreros y
empleados además de la Escuela Teórica de Aprendices.
    Hoy que, con la depresión industrial, estas grandes fábricas sufren la crisis con más intensidad que los pequeños talleres, la Babcock no ha podido sustraerse a ella y sus 3.000 obreros que trabajaban en época normal están reducidos a la mitad aproximadamente; pero la Sociedad auxilia constantemente a sus obreros que temporalmente tiene sin trabajo, contribuyendo a mitigar con su auxilio la crisis en que se encuentra la población obrera de Bilbao, a pesar de ser quizá la factoría donde más se acusa la falta de trabajo.

   La visita presidencial comenzó por los departamentos de fundición, ajuste y montaje de locomotoras, viendo funcionar la maquinaria para tallar engranajes y las prensas para la estampación de calderas; continuó la visita de los nuevos talleres para la fabricación de bidones, instalada hace unos meses por la Babcock, y que en la actualidad está en pleno funcionamiento, ya que tiene que servir un importantísimo pedido de 20.000 bidones para la Campsa.

   Por último visitaron las naves dedicadas a la fabricación de tubos de acero, presenciando las distintas operaciones, sobre todo el estirado de los tubos, cosa que no se realiza en ninguna fábrica nacional, siendo la única la gran fábrica del Galindo, dotada de toda clase de maquinarla para esta fabricación especial.

    Después de recorrida la fábrica visitó el Presidente el nuevo edificio, donde está instalado el restaurante para obreros y empleados y la Escuela de Aprendices.

    La Babcock & Wilcox, teniendo en cuenta el trastorno que representaba para sus obreros el trasladarse a los talleres, enclavados a orillas del Galindo, instaló el edificio con hermosos comedores para obreros y empleados.

    Consta este edificio de dos plantas; la baja con un amplio comedor económico para obreros, con capacidad para 600 plazas. La Sociedad ha cedido todo lo necesario para el servicio, que está atendido en todos sus detalles por un personal competente y activo. El menú servido corrientemente a los obreros consta de sopa, cocido, un principio de carne o pescado, postre y el correspondiente pan, todo ello por el módico precio de una peseta y diez céntimos. En el piso primero, y ocupando la parte central, está el comedor para empleados, con una capacidad para 200 plazas. El menú servido es igual, aumentándose únicamente el café, siendo su precio el de una peseta cincuenta céntimos.

    En el ala izquierda de dicho piso está el comedor de ingenieros y jefes de taller. El resto de este piso comprende cinco departamentos: cuatro destinados a escuela teórica de aprendizaje y el otro para sala de exposición de los trabajos hechos por los aprendices y diversos productos de la Sociedad.

   Se ha previsto la utilización de una parte del local para salón de conferencias, en el que se proyectarán películas de gran valor industrial, especialmente referidas a los trabajos de esta factoría y que se han de utilizar como medio intenso de enseñanza.

   A estas importantísimas obras debe añadirse la de una Sociedad de Socorros Mutuos, fundada en 26 de marzo de 1929, subvencionada por la Empresa y con el concurso del 2 por 100 de los jornales devengados por los obreros asociados y el descuento máximo de diez pesetas mensuales del sueldo de los empleados.

   Como consecuencia de la crisis latente y la reducción de la jomada, los ingresos en el año 1931 han sido inferiores a los gastos en 48.018,77 pesetas, aumentando en 1932 a la importante cifra de 54.106,55 pesetas.

   Después de recorridos los comedores visitaron la Escuela de Aprendizaje, que fue creada el 1 de octubre de 1927, en época de plena actividad de trabajo industrial y con el exclusivo objeto de preparar personal apto y eficiente para todas las secciones de la factoría. En ella se ingresa por oposición, y son preferidos los familiares de obreros y empleados.

    Los alumnos ingresados, cuyo número se fija cada año, siguen cuatro cursos de seis meses, y durante ellos reciben, dirigido por ingenieros, delineantes y jefes de taller, instrucción teórica, de taller y dibujo. Una vez aprobados estos cuatro cursos ingresan en taller, aunque dependiendo de la Escuela,  pues están obligados a seguir cuatro cursos más de ampliación. Las materias que se cursan son: Aritmética, Geografía, Algebra, Trigonometría, Física, Geometría descriptiva. Mecánica, Electricidad, Tecnología, Máquinas y motores, Organización racional del trabajo, Francés (y últimamente se ha pensado en hacer seguir a los alumnos cursos de Inglés), Dibujos geométrico e industrial, Croquización, y en el taller propio de la Escuela, dirigido por un maestro, se les da sólida enseñanza de práctica, que permite a los alumnos, al pasar al taller, desenvolverse en su trabajo de una manera verdaderamente admirable.

Una vista del interior de la Escuela de Practicas de Alumnos.
    Ningún sacrificio pecuniario se impone a los alumnos, salvo la adquisición de sus libros, y, en cambio, la Sociedad, y con objeto de incitar su aplicación, concede jornal a los alumnos que obtienen la calificación de sobresaliente, incluso desde el momento de su ingreso.

    El horario que se sigue es tal que los alumnos tienen diariamente cuatro horas de taller, tres de dibujo o croquización y hora y media de clase teórica.

   Los trabajos que se efectúan en el taller de la Escuela son insuperables, habiendo tenido en el último certamen de trabajo, celebrado en Bilbao en agosto de 1928, el honor de ser premiados.

   Actualmente, y aun cuando el sostenimiento de la Escuela representa una fuerte carga para la Sociedad, sigue aquélla funcionando de igual forma que en los tiempos en que el trabajo abundaba y el porvenir de sus alumnos estaba bien asegurado. De seguir la crisis agudizándose, es de suponer que el número de alumnos irá decreciendo, ocasionando irreparables perjuicios a la industria si no cuenta con obreros aptos para luchar con la competencia extranjera el día que los necesite.

   Tanto los empleados como los obreros, que ven el interés que la Sociedad pone en cuantos detalles se relacionan con su bienestar, sin reparar en sacrificios corresponden con su agradecimiento, contribuyendo a una sana convivencia social, que tan difícil es en estos tiempos.


Publicado en el diario LA LUZ

el 10 de mayo de 1933 


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